Profesora en Tarot Marcelles, Rider,Egipcio, Scarpini, Profesora en Metafisica Aplicada ,Angeologia

RITUAL DE NAVIDAD PARA ILUMINAR LO MEJOR ESTA DENTRO DE CADA CORAZÓN

lunes, 3 de diciembre de 2018

RITUAL DE NAVIDAD PARA ILUMINAR LO MEJOR ESTA DENTRO DE CADA CORAZÓN

RITUAL DE NAVIDAD PARA ILUMINAR LO MEJOR ESTA DENTRO DE CADA CORAZÓN
Este mensaje fue publicado en las paginas de Miguel Angel Arcel de mi autoria hace años
RITUAL DE NAVIDAD
ELEMENTOS
Como acostumbramos el ocho de diciembre, armaremos el tradicional arbolito de navidad, pero esta vez de una manera especial, y veras luego los resultados de este bello ritual de ángeles.
MATERIALES:
El arbolito ya armado. Una vasija de arroz. Una vasija de agua. Un paquete de varillas de incienso. Velas de color azul, amarillas, rosas, blancas, naranjas,verdes,violetas. Vela paloma de la paz. Vela espíritu santo. Un sobre de carta por cada integrante de la familia, que vivan en tu hogar. Papel blanco en tiritas. Cartulina verde. Ocho monedas de chocolate. Una bolígrafo.
El dia 8 de diciembre escribe en papelitos todo lo que deseas, en tu vida, absolutamente todo y estos se colocaran en el sobre luego se cerrara, y se colocara entre las ramitas del arbolito,al igual que las ocho monedas de chocolate. Haras con la cartulina verde una casita por cada miembro de la familia, tambien la recortarás y colocarás en el arbolito. Debajo, al pie del arbolito irá, el pesebre. Colocarás el bol con arroz que representa la prosperidad, elemento tierra, a su lado el bol con agua, elemento agua, que representa los sentimientos, y un sahumerio elemento aire.
Una vez armado el arbolito, encenderemos dia a dia una velita el dia que le corresponde a cada Arcangel con su respectivo color en un lugar seguro, NO debajo del arbolito.
ORACIONES PARA CADA ARCÁNGEL
Dia domingo se enciende una vela azul.
Amado Arcangel Miguel principe de las milicias celestiales, yo te invoco y pido protección,voluntad para mi ,para mi familia y para todos los seres que habitan el universo,cubrenos con tu luz divina . Gracias Dios mio porque esto ya esta realizado.
Dia lunes Arcangel Jofiel vela amarilla.
Amado Arcangel Jofiel cubrenos con tu luz divina ,brindanos la iluminación, el discernimiento y la sabiduria divina para mi y todos los seres humanos.Gracias Padre por que ya lo estas realizando.
Dia martes Arcangel Chamuel, vela rosa.
Amado Arcangel Chamuel ilumina nuestros corazones nuestro mundo asuntos e intereses con tu manto de amor y prosperidad, brindanos la armonia,dinero, belleza,abundancia opulencia para mi y para todo el mundo Gracias Dios mio porque siempre me escuchas.
Dia miercoles,Arcangel Gabriel, vela blanca.
Amado Arcangel Gabriel .Luz amada del universo bendito seas hoy en escuchar mis plegarias, te pido protección, y la luz para los seres que han ascendido a otros planos que ya no estan en la tierra con nosotros, que nos proteja iluminandonos de todo ataque psiquico, te pido pureza y resurrección, para mi y para todo el mundo , Gracias Dios mio que siempre me has escuchado.
Jueves Arcangel Uriel y el Maestro Jesus, vela naranja.
Amado Arcangel Uriel y Jesus el Cristo cubrenos con un manto de paz a todos nosotros que vivimos en la tierra, otorganos el suministro divino, actua en cada uno de nosotros con tu bendita pesencia .Gracias Dios mio porque siempre me escuchas.
Viernes Arcangel Rafael, vela verde.
Amado Arcangel Rafael , médico del cielo te pido que intercedas ante Dios para que sane todas las enfermedades mias y de todo el mundo, Gracias Dios mio porque siempre me escuchas.
Sabado Arcangel Zadquiel, vela violeta.
Amado Arcangel Zadquiel te pido la transmutación de todo lo negativo en positivo para mi vida , la de mis seres queridos, y para todo el mundo.Gracias Dios mio porque siempre me escuchas.
Se comienza el 8 de diciembre al 24 del mismo mes .
DIA 24 DE DICIEMBRE
Se enciende una vela del color del dia, con el arcángel correspondiente, junto a las dos palomas. A las 24 horas del mismo dia se enciende la vela espíritu santo que se colocará tambien en un lugar más apartado del arbolito, cada integrante de la familia escribirá detrás de cada casita de cartulina verde tres deseos, los más importantes, se colocaran luego otra vez en el arbolito.
EL DIA 31 DE DICIEMBRE
Se escribirá en una hoja de papel blanco todo lo que no deseamos para nuestras vidas. Se enciende una vela violeta y se pide la transmutación de todo lo negativo en positivo a nuestro amado arcángel Zadquiel.
EL 6 DE ENERO: Desarmaremos el arbolito, las monedas de chocolate junto con los sobres de los pedidos se guardaran donde guardaremos todas las cosas del arbolito hasta el próximo año. Esperaremos para abrir el sobre hasta el 8 diciembre del próximo AÑO. Alli veremos, cuantos deseos se han cumplido. Las casitas pueden dejarse cerca de árboles que conectados al elemento tierra están en mayor concordancia con la firmeza y enraizamiento.
IMPORTANTE: -No olvidar que cada vez que enciendes una vela, colocar una varilla de incienso. Pegar y encender las velas con fósforos, de esta manera respetaremos el elemento fuego.
Viviana Tozzi Advertencia:
Cada vez que haga el encendido de velas, si tiene que ausentarse o alejarse de su casa, apaguelas con los dedos o con un matacandelas. NO DEJE ENCENDIDAS LAS VELAS SI NO VA A ESTAR PRESENTE. Tampoco encienda las velas en lugares cercanos a elementos que puedan quemarse fácilmente. Use su sentido común y buen criterio en lo que respecta al uso de las velas. Cada vez que haga el encendido de velas, si tiene que ausentarse o alejarse de su casa, apaguelas con los dedos o con un matacandelas. NO DEJE ENCENDIDAS LAS VELAS SI NO VA A ESTAR PRESENTE. Tampoco encienda las velas en lugares cercanos a elementos que puedan quemarse fácilmente. Use su sentido común y buen criterio en lo que respecta al uso de las velas. Amado Arcangel Jofiel cubrenos con tu luz divina ,brindanos la iluminación, el discernimiento y la sabiduria divina para mi y todos los seres humanos.Gracias Padre por que ya lo estas realizando. Dia martes Arcangel Chamuel, vela rosa. Amado Arcangel Chamuel ilumina nuestros corazones nuestro mundo asuntos e intereses con tu manto de amor y prosperidad, brindanos la armonia,dinero, belleza,abundancia opulencia para mi y para todo el mundo Gracias Dios mio porque siempre me escuchas. Dia miercoles,Arcangel Gabriel, vela blanca. Amado Arcangel Gabriel .Luz amada del universo bendito seas hoy en escuchar mis plegarias, te pido protección, y la luz para los seres que han ascendido a otros planos que ya no estan en la tierra con nosotros, que nos proteja iluminandonos de todo ataque psiquico, te pido pureza y resurrección, para mi y para todo el mundo , Gracias Dios mio que siempre me has escuchado. Jueves Arcangel Uriel y el Maestro Jesus, vela naranja. Amado Arcangel Uriel y Jesus el Cristo cubrenos con un manto de paz a todos nosotros que vivimos en la tierra, otorganos el suministro divino, actua en cada uno de nosotros con tu bendita pesencia .Gracias Dios mio porque siempre me escuchas. Viernes Arcangel Rafael, vela verde. Amado Arcangel Rafael , médico del cielo te pido que intercedas ante Dios para que sane todas las enfermedades mias y de todo el mundo, Gracias Dios mio porque siempre me escuchas. Sabado Arcangel Zadquiel, vela violeta. Amado Arcangel Zadquiel te pido la transmutación de todo lo negativo en positivo para mi vida , la de mis seres queridos, y para todo el mundo.Gracias Dios mio porque siempre me escuchas. Se comienza el 8 de diciembre al 24 del mismo mes . DIA 24 DE DICIEMBRE Se enciende una vela del color del dia, con el arcángel correspondiente, junto a las dos palomas. A las 24 horas del mismo dia se enciende la vela espíritu santo que se colocará tambien en un lugar más apartado del arbolito, cada integrante de la familia escribirá detrás de cada casita de cartulina verde tres deseos, los más importantes, se colocaran luego otra vez en el arbolito. EL DIA 31 DE DICIEMBRE Se escribirá en una hoja de papel blanco todo lo que no deseamos para nuestras vidas. Se enciende una vela violeta y se pide la transmutación de todo lo negativo en positivo a nuestro amado arcángel Zadquiel. EL 6 DE ENERO: Desarmaremos el arbolito, las monedas de chocolate junto con los sobres de los pedidos se guardaran donde guardaremos todas las cosas del arbolito hasta el próximo año. Esperaremos para abrir el sobre hasta el 8 diciembre del próximo AÑO. Alli veremos, cuantos deseos se han cumplido. Las casitas pueden dejarse cerca de árboles que conectados al elemento tierra están en mayor concordancia con la firmeza y enraizamiento. IMPORTANTE: -No olvidar que cada vez que enciendes una vela, colocar una varilla de incienso. Pegar y encender las velas con fósforos, de esta manera respetaremos el elemento fuego. Viviana Tozzi Advertencia: Cada vez que haga el encendido de velas, si tiene que ausentarse o alejarse de su casa, apaguelas con los dedos o con un matacandelas. NO DEJE ENCENDIDAS LAS VELAS SI NO VA A ESTAR PRESENTE. Tampoco encienda las velas en lugares cercanos a elementos que puedan quemarse fácilmente. Use su sentido común y buen criterio en lo que respecta al uso de las velas.

viernes, 16 de marzo de 2018

UN CURSO DE MILAGROS parte 1

UN CURSO DE MILAGROS EDICIÓN EN UN SOLO VOLUMEN 1. TEXTO 2. LIBRO DE EJERCICIOS 3. MANUAL PARA EL MAESTRO Fundación para la Paz Interior Traducido por Rosa M. G. De Wynn y Fernando Gómez Este libro fue pasado a formato Word para facilitar la difusión, y con el propósito de que así como usted lo recibió lo pueda hacer llegar a alguien más. HERNÁN Para descargar de Internet: Biblioteca Nueva Era Rosario – Argentina Adherida al Directorio Promineo FWD: www.promineo.gq.nu UN CURSO DE MILAGROS I. LIBRO DE TEXTO Introducción Capítulo 1: EL SIGNIFICADO DE LOS MILAGROS I. Principios de los milagros – II. La revelación, el tiempo y los milagros – III. La Expiación y los milagros – IV. Cómo escapar de la oscuridad – V. Plenitud y espíritu – VI. La ilusión de las necesidades – VII. Las distorsiones de los impulsos milagrosos Capítulo 2: LA SEPARACIÓN Y LA EXPIACIÓN I. Los orígenes de la separación – II. La Expiación como defensa – III. El altar de Dios – IV. La curación y la liberación del miedo – V. La función del obrador de milagros – VI. Principios especiales de los obradores de milagros – VII. Miedo y conflicto – VIII. Causa y efecto – IX. El significado del juicio final Capítulo 3: LA PERCEPCIÓN INOCENTE I. Expiación sin sacrificio – II. Los milagros y la percepción verdadera – III. Percepción y conocimiento – IV. El error y el ego – V. Más allá de la percepción – VI. Los juicios y le problema de la autoridad – VII. Crear en contraposición a fabricar una imagen propia Capítulo 4: LAS ILUSIONES DEL EGO Introducción – I. La enseñanza y el aprendizaje correctos – II. El ego y la falsa autonomía – III. Amor sin conflicto – IV. Esto no tiene por qué ser así – V. La ilusión del ego-cuerpo – VI. Las recompensas de Dios Creación y comunicación. Capítulo 5: CURACIÓN Y PLENITUD Introducción – I. La invitación al Espíritu Santo – II. La Voz que habla por Dios – III. El Guía a la salvación – IV. Enseñanza y curación – V. El uso que el ego hace de la culpabilidad – VI. El tiempo y la eternidad – VII. La decisión en favor de Dios Capítulo 6: LAS LECCIONES DEL AMOR Introducción – I. El mensaje de la crucifixión – II. La alternativa a la proyección – III. La renuncia al ataque – IV. La única Respuesta – V. Las lecciones del Espíritu Santo – a) Para poder tener, da todo a todos; b) Para tener paz, enseña paz para así aprender lo que es – c) Mantente alerta sólo en favor de Dios y de Su Reino Capítulo 7: LOS REGALOS DEL REINO I. El último paso – II. La ley del Reino – III. La realidad del Reino – IV. La curación como reconocimiento de la verdad – V. La curación y la inmutabilidad de la mente – VI. De la vigilancia a la paz – VII. La totalidad del Reino – VIII. La confusión entre dicha y dolor – IX. El estado de gracia Capítulo 8: EL VIAJE DE RETORNO I. La dirección del plan de estudios – II. La diferencia entre aprisionamiento y libertad – III. El encuentro santo IV. El regalo de la libertad – V. La voluntad indivisa de la Filiación – VI. El tesoro de Dios – VII. El cuerpo como medio de comunicación – VIII. El cuerpo como medio o como fin – IX. La curación como resultado de una percepción corregida. Capítulo 9: LA ACEPTACIÓN DE LA EXPIACIÓN I. La aceptación de la realidad – II. La respuesta a la oración – III. La corrección del error – IV. El plan de perdón del Espíritu Santo – V. El sanador no sanado – VI. La aceptación de tu hermano – VII. Las dos evaluaciones – VIII. La grandeza en contraposición a la grandiosidad Capítulo 10: LOS ÍDOLOS DE LA ENFERMEDAD Introducción – I. En Dios estás en tu hogar – II. La decisión de olvidar – III. El dios de la enfermedad – IV. El fin de la enfermedad – V. La negación de Dios Capítulo 11: DIOS O EL EGO Introducción – I. Los regalos de la paternidad – II. La invitación a curar – III. De las tinieblas a la luz – IV. La herencia del Hijo de Dios – V. La “dinámica” del ego – VI. El despertar a la redención – VII. La condición de la realidad – VIII. El problema y la respuesta. Capítulo 12: EL PROGRAMA DE ESTUDIOS DEL ESPÍRITU SANTO I. El juicio del Espíritu Santo – II. Cómo recordar a Dios – III. Cómo invertir en la realidad – IV. Buscar y hallar V. El programa de estudios cuerdo – VI. La visión de Cristo – VII. Introspección – VIII. La atracción del amor por el amor. Capítulo 13: EL MUNDO INOCENTE Introducción – I. Inocencia e invulnerabilidad – II. El inocente Hijo de Dios – III. El miedo a la redención – IV. La función del tiempo – V. Las dos emociones – VI. Cómo encontrar el presente – VII. La consecución del mundo real – VIII. De la percepción al conocimiento – IX. La nube de culpabilidad – X. Tu liberación de al culpabilidad – XI. La paz del Cielo. Capítulo 14: LAS ENSEÑANZAS A FAVOR DE LA VERDAD Introducción – I. Las condiciones del aprendizaje – II. El alumno feliz – III. La decisión a favor de la inocencia – IV. Tu papel en la Expiación – V. El círculo de la Expiación – VI. La luz de la comunicación – VII. Cómo compartir la percepción del Espíritu Santo – VIII. El santo lugar de encuentro – IX. El reflejo de la santidad – X. La igualdad de los milagros – XI. La prueba de la verdad. Capítulo 15: EL INSTANTE SANTO I. Los dos usos del tiempo – II. El final de las dudas – III. La pequeñez en contraposición a la grandeza – IV. La práctica del instante santo – V. El instante santo y las relaciones especiales – VI. El instante santo y las leyes de Dios – VII. El sacrificio innecesario – VIII. La única relación real – IX. El instante santo y la atracción de Dios X. La hora del renacer – XI. La Navidad como símbolo del fin del sacrificio. Capítulo 16: EL PERDÓN DE LAS ILUSIONES I. La verdadera empatía – II. El poder de la santidad – III. Las recompensas que se derivan de enseñar – IV. Las ilusiones y la realidad del amor – V. La decisión de alcanzar la compleción – VI. El puente que conduce al mundo real. VII. El final de las ilusiones. Capítulo 17: EL PERDÓN Y LA RELACIÓN SANTA I. Cómo llevar las fantasías ante la verdad – II. El mundo perdonado – III. Sombras del pasado – IV. Los dos cuadros – V. La relación que ha sanado – VI. Cómo fijar la meta – VII. La invocación a la fe – VIII. Las condiciones de la paz. Capítulo 18: EL FINAL DEL SUEÑO I. El substituto de la realidad – II. La base del sueño – III. Luz en el sueño – IV. La pequeña dosis de buena voluntad – V. El sueño feliz – VI. Más allá del cuerpo – VII. No tengo que hacer nada – VIII. El pequeño jardín – IX. Los dos mundos. Capítulo 19: LA CONSECUCIÓN DE LA PAZ I. La curación y la fe – II. El pecado en contraposición al error – III. La irrealidad del pecado – IV. Los obstáculos a la paz. A. El primer obstáculo: El deseo de deshacerte de la paz. i. La atracción de la culpabilidad – B. El segundo obstáculo: La creencia de que el cuerpo es valioso por razón de lo que ofrece. i. La atracción del dolor – C. El tercer obstáculo: La atracción de la muerte. i. El cuerpo incorruptible – D. El cuarto obstáculo: El temor a Dios – i. El desconocimiento del velo Capítulo 20: LA VISIÓN DE LA SANTIDAD I. La Semana Santa – II. La ofrenda de azucenas – III. El pecado como ajuste – IV. La entrada al arca – V. Los heraldos de la eternidad – VI. El templo del Espíritu Santo – VII. La correspondencia entre medios y fin – VIII. La visión de la impecabilidad. Capítulo 21: RAZÓN Y PERCEPCIÓN Introducción – I. La canción olvidada – II. Somos responsables de lo que vemos – III. Fe, creencia y visión – IV. El miedo a mirar adentro – V. La función de la razón – VI. La razón en contraposición a la locura – VII. La última pregunta que queda por contestar – VIII. El cambio interno. Capítulo 22: LA SALVACIÓN Y LA RELACIÓN SANTA Introducción – I. El mensaje de la relación santa – II. La impecabilidad de tu hermano – III. La razón y las distintas formas del error – IV. La bifurcación del camino – V. La debilidad y la indefención – VI. La luz de la relación santa. Capítulo23: LA GUERRA CONTRA TI MISMO Introducción – I. Las creencias irreconciliables – II. Las leyes del caos – III. Salvación sin transigencias – IV. Por encima del campo de batalla. Capítulo 24: EL DESEO DE SER ESPECIAL Introducción – I. El deseo de ser especial: el substituto del amor – II. La perfidia de creerse especial – III. Cómo perdonar el deseo de ser especial – IV. Ser especial en contraposición a ser impecable – V. El Cristo en ti – VI. Cómo adaptarse del miedo – VII. El punto de encuentro. Capítulo 25: LA JUSTICIA DE DIOS Introducción – I. El vínculo con la verdad – II. El que te salva de las tinieblas – III. Percepción y elección – IV. La luz que traes contigo – V. El estado de impecabilidad – VI. Tu función especial – VII. La roca de la salvación – VIII. La restitución de la justicia al amor – IX. La justicia del Cielo. Capítulo 26: LA TRANSICIÓN I. El “sacrificio” de la unicidad – II. Muchas clases de error; una sola corrección – III. La zona fronteriza – IV. El lugar que el pecado dejó vacante – V. El pequeño obstáculo – VI. El Amigo que Dios te dio – VII. Las leyes de la curación – VIII. La inminencia de la salvación – IX. Pues Ellos han llegado – X. El fin de la injusticia. Capítulo 27: LA CURACIÓN DEL SUEÑO I. El cuadro de la crucifixión – II. El temor a sanar – III. Más allá de todo símbolo – IV. La callada respuesta – V. El ejemplo de la curación – VI. Los testigos del pecado – VII. El soñador del sueño – VIII. El “héroe” del sueño. Capítulo 28: EL DES-HACIMIENTO DEL MIEDO I. El recuerdo del presente – II. La inversión de efecto y causa – III. El acuerdo a unirse – IV. La unión mayor – V. La alternativa a los sueños de miedo – VI. Los votos secretos – VII. El arca de seguridad Capítulo 29: EL DESPERTAR I. La clausura de la brecha – II. La llegada del Invitado – III. Los testigos de Dios – IV. Los diferentes papeles del sueño – V. La morada inmutable – VI. El perdón y el final del tiempo – VII. No busques fuera de ti mismo – VIII. El anti-Cristo – IX. El sueño de perdón. Capítulo 30: EL NUEVO COMIENZO Introducción – I. Reglas para tomar decisiones – II. El libre albedrío – III. Más allá de todo ídolo – IV. La verdad que yace tras las ilusiones – V. El único propósito – VI. La justificación del perdón – VII. La nueva interpretación – VIII. La realidad inmutable. Capítulo 31: LA VISIÓN FINAL I. La simplicidad de la salvación – II. Caminando con Cristo – III. Los que se acusan a sí mismos – IV. La verdadera alternativa – V. El concepto del yo frente al verdadero Ser – VI. El reconocimiento del espíritu – VII. La visión del salvador – VIII. Elige de nuevo * * * INTRODUCCIÓN 1. Éste es un curso de milagros. 2Es un curso obligatorio. 3Sólo el momento en que decides tomarlo es voluntario. 4Tener libre albedrío no quiere decir que tú mismo puedas establecer el plan de estudios. 5Significa únicamente que puedes elegir lo que quieres aprender en cualquier momento dado. 6Este curso no pretende enseñar el significado del amor, pues eso está más allá de lo que se puede enseñar. 7Pretende, no obstante, despejar los obstáculos que impiden experimentar la presencia del amor, el cual es tu herencia natural. 8Lo opuesto al amor es el miedo, pero aquello que todo lo abarca no puede tener opuestos. 2. Este curso puede, por lo tanto, resumirse muy simplemente de la siguiente manera: 2Nada real puede ser amenazado. 3Nada irreal existe. 4En esto radica la paz de Dios Capítulo 1 EL SIGNIFICADO DE LOS MILAGROS I. Principios de los milagros 1. No hay grados de dificultad en los milagros. 2No hay ninguno que sea más "difícil" o más "grande" que otro. 3Todos son iguales. 4Todas las expresiones de amor son máximas. 2. Los milagros -de por sí- no importan. 2Lo único que importa es su Origen, El Cual está más allá de toda posible evaluación. 3. Los milagros ocurren naturalmente como expresiones de amor. 2El verdadero milagro es el amor que los inspira. 3En este sentido todo lo que procede del amor es un milagro. 4. Todos los milagros significan vida, y Dios es el Dador de la vida. 2Su Voz te guiará muy concretamente. 3Se te dirá todo lo que necesites saber. 5. Los milagros son hábitos, y deben ser involuntarios. 2No de¬ben controlarse conscientemente. 3Los milagros seleccionados conscientemente pueden proceder de un falso asesoramiento. 6. Los milagros son naturales. 2Cuando no ocurren, es que algo anda mal. 7. Todo el mundo tiene derecho a los milagros, pero antes es nece¬sario una purificación. 8. Los milagros curan porque suplen una falta; los obran aquellos que temporalmente tienen más para aquellos que temporalmente tienen menos. 9. Los milagros son una especie de intercambio. 2Como toda ex¬presión de amor, que en el auténtico sentido de la palabra es siem¬pre milagrosa, dicho intercambio invierte las leyes físicas. 3Brindan más amor tanto al que da como al que recibe. 10. Cuando se obran milagros con vistas a hacer de ellos un espec¬táculo para atraer creyentes, es que no se ha comprendido su propósito. 11. La oración es el vehículo de los milagros. 2Es el medio de comu¬nicación entre lo creado y el Creador. 3Por medio de la oración se recibe amor, y por medio de los milagros se expresa amor. 12. Los milagros son pensamientos. 2Los pensamientos pueden re¬presentar el nivel inferior o corporal de experiencia, o el nivel superior o espiritual de experiencia. 3Uno de ellos da lugar a lo físico, el otro crea lo espiritual. 13. Los milagros son a la vez comienzos y finales, y así, alteran el orden temporal. 2 Son siempre afirmaciones de renacimiento, que parecen retroceder, pero que en realidad van hacia adelante. 3Cancelan el pasado en el presente, y así, liberan el futuro. 14. Los milagros dan fe de la verdad. 2Son convincentes porque proceden de la convicción. 3Sin convicción degeneran en magia, que es insensata, y, por lo tanto, destructiva; o más bien, el uso no creativo de la mente. 15. Todos los días deberían consagrarse a los milagros. 2El propó¬sito del tiempo es que aprendas a usarlo de forma constructiva. 3El tiempo es, por lo tanto, un recurso de enseñanza y un medio para alcanzar un fin. 4El tiempo cesará cuando ya no sea útil para facilitar el aprendizaje. 16. Los milagros son recursos de enseñanza para demostrar que dar es tan bienaventurado como recibir. 2Aumentan la fortaleza del que da y simultáneamente le dan fortaleza al que recibe. 17. Los milagros transcienden el cuerpo. 2Son cambios súbitos al dominio de lo invisible, más allá del nivel corporal. 3Por eso es por lo que curan. 18. El milagro es un servicio. 2Es el máximo servicio que le puedes prestar a otro. 3Es una manera de amar al prójimo como a ti mismo, 4en la que reconoces simultáneamente tu propia valía y la de él. 19. Los milagros hacen que las mentes sean una en Dios. 2Se basan en la cooperación porque la Filiación es la suma de todo lo que Dios creó. 3Los milagros reflejan, por lo tanto, las leyes de la eter¬nidad, no las del tiempo. 20. Los milagros despiertan nuevamente la conciencia de que el espíritu, no el cuerpo, es el altar de la verdad. 2Este reconoci¬miento es lo que le confiere al milagro su poder curativo. 21. Los milagros son expresiones naturales de perdón. 2Por medio de los milagros aceptas el perdón de Dios al extendérselo a otros. 22. Los milagros se asocian con el miedo debido únicamente a la creencia de que la oscuridad tiene la capacidad de ocultar. 2Crees que lo que no puedes ver con los ojos del cuerpo no existe. 3Esta creencia te lleva a negar la visión espiritual. 23. Los milagros reorganizan la percepción y colocan todos los niveles en su debida perspectiva. 2Esto cura ya que toda enferme¬dad es el resultado de una confusión de niveles. 24. Los milagros te capacitan para curar a los enfermos y resucitar a los muertos porque tanto la enfermedad como la muerte son invenciones tuyas, y, por lo tanto, las puedes abolir. 2Tú mismo eres un milagro, capaz de crear a semejanza de tu Creador. 3Todo lo demás no es más que tu propia pesadilla y no existe. 4Sólo las creaciones de luz son reales. 25. Los milagros son parte de una cadena eslabonada de perdón que, una vez completa, es la Expiación. 2La Expiación opera todo el tiempo y en todas las dimensiones del tiempo. 26. Los milagros representan tu liberación del miedo. 2"Expiar" significa "des-hacer". 3Deshacer el miedo es un aspecto esencial del poder expiatorio de los milagros. 27. Un milagro es una bendición universal de Dios a todos mis hermanos por mediación mía. 2Perdonar es el privilegio de los perdonados. 28. Los milagros son un modo de liberarse del miedo. 2La revela¬ción produce un estado en el que el miedo ya ha sido abolido. 3Los milagros son, por lo tanto, un medio, y la revelación, un fin. 29. Los milagros alaban a Dios a través de ti. 2Lo alaban al honrar a Sus creaciones, afirmando así la perfección de las mismas. 3Curan porque niegan la identificación con el cuerpo y afirman la identifi¬cación con el espíritu. 30. Dado que los milagros reconocen el espíritu, ajustan los nive¬les de percepción y los muestran en su debido lugar. 2Esto sitúa al espíritu en el centro, desde donde puede comunicarse directa¬mente. 31. Los milagros deben inspirar gratitud, no reverencia. 2Debes dar gracias a Dios por lo que realmente eres. 3Los Hijos de Dios son santos, y los milagros honran su santidad, que ellos pueden ocul¬tar, mas nunca perder. 32. Yo inspiro todos los milagros, que en realidad son intercesio¬nes. 2Interceden en favor de tu santidad y santifican tus percepcio¬nes. 3Al ubicarte más allá de las leyes físicas te elevan a la esfera del orden celestial. 4En ese orden tú eres perfecto. 33. Los milagros te honran porque eres digno de ser amado. 2Desvanecen las ilusiones que albergas acerca de ti mismo y perciben la luz en ti. 3De esta forma, al liberarte de tus pesadillas, expían tus errores. 4Al liberar a tu mente de la prisión de tus ilusiones te restauran la cordura. 34. Los milagros le devuelven a la mente su llenura. 2Al expiar su sensación de carencia establecen perfecta protección. 3La fortaleza del espíritu no da cabida a intromisiones. 35. Los milagros son expresiones de amor, pero puede que no siempre tengan efectos observables. 36. Los milagros son ejemplos de recto pensar que armonizan tus percepciones con la verdad tal como Dios la creó. 37. Un milagro es una corrección que yo introduzco en el pensa¬miento falso. 2Actúa como un catalizador, disolviendo la percep¬ción errónea y reorganizándola debidamente. 3Esto te coloca bajo el principio de la Expiación, donde la percepción sana. 4Hasta que esto no ocurra no podrás conocer el Orden Divino. 38. El Espíritu Santo es el mecanismo de los milagros. 2Él reconoce las creaciones de Dios así como tus ilusiones. 3Separa lo verda¬dero de lo falso mediante Su capacidad para percibir totalmente en vez de selectivamente. 39. El milagro elimina el error porque el Espíritu Santo lo identi¬fica como falso o irreal. 2Esto es lo mismo que decir que al perci¬birse la luz la oscuridad desaparece automáticamente. 40. El milagro reconoce que todo el mundo es tu hermano así como mi hermano también. 2Es una manera de percibir la marca univer¬sal de Dios. 41. El contenido perceptual de los milagros es la plenitud. 2De ahí que puedan corregir o redimir la errada percepción de carencia. 42. Uno de los mayores beneficios que se deriva de los milagros es su poder para liberarte de tu falso sentido de aislamiento, priva¬ción y carencia. 43. Los milagros surgen de un estado mental milagroso, o de un estado de estar listo para ellos. 44. Los milagros son expresiones de una conciencia interna de Cristo y de haber aceptado Su Expiación. 45. Un milagro nunca se pierde. 2Puede afectar a mucha gente que ni siquiera conoces, y producir cambios inimaginables en situacio¬nes de las que ni siquiera eres consciente. 46. El Espíritu Santo es el medio de comunicación más elevado. 2Los milagros no entrañan ese tipo de comunicación, debido a que son medios temporales de comunicación. 3Cuando retornes a la forma original de comunicación con Dios por revelación directa, los milagros dejarán de ser necesarios. 47. El milagro es un recurso de aprendizaje que reduce la necesi¬dad del tiempo. 2Establece un intervalo temporal fuera de lo nor¬mal que no está sujeto a las leyes usuales del tiempo. 3En ese sentido es intemporal: 48. El milagro es el único recurso que tienes a tu inmediata disposi¬ción para controlar el tiempo. 2Sólo la revelación lo transciende al no tener absolutamente nada que ver con el tiempo. 49. El milagro no distingue entre diferentes grados de percepción errónea. 2Es un recurso para sanar la percepción que es eficaz inde¬pendientemente del grado o dirección del error. 3En eso radica su verdadera imparcialidad. 50. El milagro compara lo que tú has hecho con la creación, acep¬tando como cierto lo que concuerda con ella, y rechazando cómo falso lo que no. II. La revelación, el tiempo y los milagros 1. La revelación produce una suspensión completa, aunque tem¬poral, de la duda y el miedo. 2Refleja la forma original de comuni¬cación entre Dios y Sus creaciones, la cual entraña la sensación extremadamente personal de creación que a veces se busca en las relaciones físicas. 3La proximidad física no puede proporcionarla. 4Los milagros, en cambio, son genuinamente interpersonales y conducen a un auténtico acercamiento a los demás. 5La revelación te une directamente a Dios. 6Los milagros te unen directamente a tu hermano. Ni la revelación ni los milagros emanan de la con¬ciencia, aunque ambos se experimentan en ella. 8La conciencia es el estado que induce a la acción, aunque no la inspira. 9Eres libre de creer lo que quieras, y tus actos dan testimonio de lo que crees. 2. La revelación es algo intensamente personal y no puede trans¬mitirse de forma que tenga sentido. 2De ahí que cualquier intento de describirla con palabras sea inútil. 3La revelación induce sólo a la experiencia. 4Los milagros, por otra parte, inducen a la acción. 5Por ahora resultan más útiles debido a su naturaleza interpersonal. 6En esta fase del aprendizaje, obrar milagros es importante porque no se te puede forzar a que te liberes del miedo. 7La reve¬lación es literalmente inefable porque es una experiencia de amor inefable. 3. La reverencia se debe reservar sólo para la revelación, a la que se puede aplicar perfecta y correctamente. 2No es una reacción apropiada hacia los milagros porque un estado de reverencia es un estado de veneración, lo cual implica que uno de rango infe¬rior se encuentra ante su Creador. 3Tú eres una creación perfecta y deberías sentir reverencia solamente en presencia del Creador de la perfección. 4El milagro es, por lo tanto, un gesto de amor entre iguales. 5Los que son iguales no deben sentir reverencia los unos por los otros, pues la reverencia implica desigualdad. 6Por consi¬guiente, no es una reacción apropiada hacia mí. 7Un hermano mayor merece respeto por su mayor experiencia, y obediencia por su mayor sabiduría. 8También merece ser amado por ser un her¬mano, y devoción si es devoto. 9Es tan sólo mi devoción por ti lo que me hace merecedor de la tuya. 10No hay nada con respecto a mí que tú no puedas alcanzar. 11No tengo nada que no proceda de Dios. 12La diferencia entre nosotros por ahora estriba en que yo no tengo nada más. 13Esto me coloca en un estado que en ti es sólo latente. 4. "Nadie viene al Padre sino por mí" no significa que yo esté en modo alguno separado de ti o que sea diferente, excepto en el tiempo, y el tiempo no existe realmente. 2La afirmación tiene más sentido desde el punto de vista de un eje vertical que de uno horizontal. 3Tú estás debajo de mí y yo estoy debajo de Dios. 4En el proceso de "ascensión" yo estoy más arriba porque sin mí la distancia entre Dios y el hombre sería demasiado grande para que tú la pudieses salvar. 5Yo salvo esa distancia por ser tu her¬mano mayor, por un lado, y por el otro, por ser un Hijo de Dios. 6La devoción que les profeso a mis hermanos es lo que me ha puesto a cargo de la Filiación, que completo porque formo parte de ella. 7Tal vez esto parezca contradecir la afirmación "Yo y el Padre somos uno"; pero esa afirmación consta de dos partes en reconocimiento de la mayor grandeza del Padre. 5. Las revelaciones son indirectamente inspiradas por mí debido a mi proximidad al Espíritu Santo y a que me mantengo alerta para cuando mis hermanos estén listos para recibir la revelación. 2De esta manera puedo obtener para ellos más de lo que ellos podrían obtener para sí mismos. 3El Espíritu Santo es el mediador entre la comunicación superior y la inferior, y mantiene abierto para la revelación el canal directo de Dios hacia ti. 4La revelación no es recíproca. 5Procede de Dios hacia ti, pero no de ti hacia Dios. 6El milagro reduce al mínimo la necesidad del tiempo. 2En el plano longitudinal u horizontal el reconocimiento de la igualdad de los miembros de la Filiación parece requerir un tiempo casi interminable. 3El milagro, no obstante, entraña un cambio súbito de la percepción horizontal a la vertical. 4Esto introduce un inter¬valo del cual tanto el que da como el que recibe emergen mucho más adelantados en el tiempo de lo que habrían estado de otra manera. 5El milagro, pues, tiene la propiedad única de abolir el tiempo en la medida en que hace innecesario el intervalo de tiempo que abarca. 6No existe relación alguna entre el tiempo que un milagro tarda en llevarse a cabo y el tiempo que abarca. 7El milagro substituye a un aprendizaje que podría haber durado miles de años. 8Lo hace en virtud del reconocimiento implícito de la perfecta igualdad que existe entre el que da y el que recibe en la que se basa el milagro. 9El milagro acorta el tiempo al producir su colapso, eliminando de esta manera ciertos intervalos dentro del mismo. 10Hace esto, no obstante, dentro de la secuencia tem¬poral más amplia. III. La Expiación y los milagros 1. Yo estoy a cargo del proceso de Expiación, que emprendí para darle comienzo. 2Cuando le ofreces un milagro a cualquiera de mis hermanos, te lo ofreces a ti mismo y me lo ofreces a mí. 3La razón por la que te lo ofreces a ti mismo primero es porque yo no necesito milagros para mi propia Expiación, pero estoy detrás de ti por si fracasas temporalmente. 4Mi papel en la Expiación es can¬celar todos los errores que de otro modo tú no podrías corregir. 5Cuando se te haya restituido la conciencia de tu estado original pasarás naturalmente a formar parte de la Expiación. 6A medida que compartas conmigo mi renuencia a aceptar error alguno en ti o en los demás, te unirás a la gran cruzada para corregirlos. a Escu¬cha mi voz, aprende a deshacerlos y haz todo lo necesario por corregirlos. 7Tienes el poder de obrar milagros. 8Yo proveeré las oportunidades para obrarlos, pero tú debes estar listo y dispuesto. 9El obrarlos trae consigo convicción en la capacidad, ya que la convicción llega con el logro. 10La capacidad es el potencial, el lograrlos es su expresión, y la Expiación -la profesión natural de los Hijos de Dios- es el propósito. 2. "El Cielo y la tierra pasarán" significa que no continuarán exis¬tiendo como estados separados. 2Mi palabra, que es la resurrec¬ción y la vida, no pasará porque la vida es eterna. 3Tú eres la obra de Dios, y Su obra es totalmente digna de amor y totalmente amo¬rosa. 4Así es como el hombre debiera pensar de sí mismo en su corazón, pues eso es lo que realmente es. 3. Los perdonados son el medio de la Expiación. 2Al estar infundi¬dos por el espíritu, perdonan a su vez. 3Aquellos que han sido liberados deben unirse para liberar a sus hermanos, pues ése es el plan de la Expiación. 4Los milagros son el medio a través del cual las mentes que sirven al Espíritu Santo se unen a mí para la salva¬ción o liberación de todas las creaciones de Dios. 4. Yo soy el único que puede obrar milagros imparcialmente por¬que yo soy la Expiación. 2Tú tienes un papel en la Expiación que yo te dictaré. 3Pregúntame qué milagros debes llevar a cabo. 4Ello te ahorrará esfuerzos innecesarios porque estarás actuando bajo comunicación directa. 5La naturaleza impersonal del milagro es una característica esencial del mismo, ya que me permite dirigir su aplicación, y bajo mi dirección los milagros conducen a la expe¬riencia altamente personal de la revelación. 6Un guía no controla, pero sí dirige, dejando a tu discreción el que le sigas o no. 7”No nos dejes caer en la tentación” significa: "Reconoce tus errores y elige abandonarlos siguiendo mi dirección." 5. El error no puede amenazar realmente a la verdad, la cual siem¬pre puede resistirlo. 2En realidad, sólo el error es vulnerable. 3Eres libre de establecer tu reino donde mejor te parezca, pero no pue¬des sino elegir acertadamente si recuerdas esto: 4El espíritu está eternamente en estado de gracia. 5Tu realidad es únicamente espíritu. 6Por lo tanto, estás eternamente en estado de gracia. 7Desde este punto de vista, la Expiación deshace todos los erro¬res, y de esta forma extirpa las raíces del temor. 8Cada vez que experimentas las palabras tranquilizadoras de Dios como una amenaza, es siempre porque estás defendiendo una lealtad mal situada o desencaminada. 9Al proyectar eso sobre otros los aprisionas, pero sólo en la medida en que refuerzas los errores que ellos ya han cometido. 10Eso los hace vulnerables a las distor¬siones de los demás, ya que la percepción que tienen de sí mis¬mos está distorsionada. 11El que obra milagros tan sólo puede bendecirlos, lo cual desvanece sus distorsiones y los libera de su prisión. 6. Respondes a lo que percibes, y tal como percibas así te compor¬tarás. 2La Regla de Oro te pide que te comportes con los demás como tú quisieras que ellos se comportasen contigo. 3Esto signi¬fica que tanto la percepción que tienes de ti como la que tienes de ellos debe ser fidedigna. 4La Regla de Oro es la norma del com¬portamiento apropiado. 5Tú no puedes comportarte de manera apropiada a menos que percibas correctamente. 6Dado que tú y tu prójimo sois miembros de una misma familia en la que gozáis de igual rango, tal como te percibas a ti mismo y tal como lo percibas a él así te comportarás contigo mismo y con él. 7Debes mirar desde la percepción de tu propia santidad a la santidad de los demás. 7. Los milagros se dan en la mente que está lista para ellos. 2Dicha mente, al estar unida, se extiende a todos aun cuando el que obra milagros no se dé cuenta de ello. 3La naturaleza impersonal del milagro se debe a que la Expiación en sí es una, lo cual une a todo lo creado con su Creador. 4Como expresión de lo que verdaderamente eres, el milagro sitúa a la mente en un estado de gracia. 5La mente, entonces, naturalmente da la bienvenida tanto al Huésped interno como al desconocido externo. 6Al invitar adentro al desco¬nocido, éste se convierte en tu hermano. 8. El hecho de que el milagro pueda tener efectos en tus herma¬nos de los que ni siquiera eres consciente no debe preocuparte. 2El milagro siempre te bendecirá. 3Los milagros que no se te ha pedido que hagas no dejan de tener valor. 4Siguen siendo expre¬siones de tu estado de gracia, pero dado mi absoluto conoci¬miento del plan en su totalidad, yo debo controlar su ejecución. 5La naturaleza impersonal de la mentalidad milagrosa asegura tu gracia, pero sólo yo estoy en posición de saber dónde pueden concederse. 9. Los milagros son selectivos únicamente en el sentido de que se canalizan hacia aquellos que los pueden usar en beneficio propio. 2Puesto que esto hace que sea inevitable el que los extiendan a otros, se suelda una fuerte cadena de Expiación. 3Esta selectivi¬dad, sin embargo, no toma en cuenta la magnitud del milagro mismo, ya que el concepto de tamaño existe en un plano que de por sí es irreal. 4Dado que el milagro tiene como objeto restable¬cer la conciencia de la realidad, no sería eficaz si estuviese limi¬tado por las leyes que gobiernan el error que tiene como objeto corregir. IV. Cómo escapar de la oscuridad 1. Escapar de la oscuridad comprende dos etapas: Primera, el reconocimiento de que la oscuridad no puede ocultar nada. 2Este paso generalmente da miedo. 3Segunda, el reconocimiento de que no hay nada que desees ocultar aunque pudieses hacerlo. 4Este paso te libera del miedo. 5Cuando ya no estés dispuesto a ocultar nada, no sólo estarás dispuesto a entrar en comunión, sino que entenderás también lo que es la dicha y la paz. 2. La oscuridad, de hecho, jamás puede ocultar a la santidad, pero tú puedes engañarte a ti mismo al respecto. 2Este engaño te hace temer porque te das cuenta en tu corazón de que es un engaño, y realizas enormes esfuerzos por establecer su realidad. 3El milagro sitúa a la realidad en el lugar que le corresponde. 4A la realidad le corresponde estar, únicamente en el espíritu, y el mila¬gro reconoce únicamente la verdad. 5De este modo desvanece las ilusiones que albergas con respecto a ti mismo, y te pone en comu¬nión contigo mismo y con Dios. 6El milagro se une a la Expiación al poner a la mente al servicio del Espíritu Santo. 7Así se establece la verdadera función de la mente y se corrigen sus errores, que son simplemente una falta de amor. 8Tu mente puede estar poseí¬da por ilusiones, pero el espíritu es eternamente libre. 9Si una mente percibe sin amor, percibe tan sólo un armazón vacío y no se da cuenta del espíritu que mora adentro. 10Pero la Expiación restituye el espíritu al lugar que le corresponde. 11La mente que sirve al espíritu es invulnerable. 3. La oscuridad es falta de luz de la misma manera en que el pecado es falta de amor. 2No tiene cualidades únicas propias. 3Es un ejemplo de la creencia en la "escasez", de la cual sólo se pueden derivar errores. 4La verdad es siempre abundante. 5Los que perci¬ben y reconocen que lo tienen todo no tienen necesidades de ninguna clase. 6El propósito de la Expiación es devolvértelo todo, o más bien, devolvérselo a tu conciencia. 7Se te dio todo cuando fuiste creado, exactamente como se les dio a todos los demás. 4. El vacío que el miedo engendra tiene que ser sustituido por el perdón. 2Eso es lo que la Biblia quiere decir con "Ya no habrá muerte", y por lo que yo pude demostrar que la muerte no existe. 3Vine a dar cumplimiento a la ley al re-interpretarla. 4La ley en sí, si se entiende correctamente, sólo ofrece protección. 5Son los que aún no han cambiado su manera de pensar quienes han introdu¬cido en la ley la idea de "las llamas del infierno". 6Te aseguro que daré testimonio a través de todo aquel que me lo permita, y en la medida en que me lo permita. 7Aquello de lo que das fe demues¬tra tus creencias, y de esta manera las refuerza. 8Aquellos que dan testimonio de mí están expresando, por medio de los mila¬gros que obran, que han dejado de creer en la carencia en favor de la abundancia que han aprendido les pertenece. V. Plenitud y espíritu 1. El milagro es en gran medida como el cuerpo, en el sentido de que ambos son recursos de aprendizaje para facilitar un estado en el que finalmente se hacen innecesarios. 2Cuando se alcanza el estado original de comunicación directa con el espíritu, ni el cuerpo ni el milagro tienen objeto alguno. 3Pero mientras creas que estás en un cuerpo, puedes elegir entre canales de expresión sin amor o canales de expresión milagrosos. 4Puedes fabricar un armazón vacío, pero es imposible que no puedas expresar nada en absoluto. 5Puedes esperar, demorarte, paralizarte o reducir tu creatividad a casi nada, 6pero no puedes abolirla. 7Puedes des¬truir tu medio de comunicación, pero no tu potencial. 8Tú no te creaste a ti mismo. 2. La decisión básica del que se ha decidido por el camino de los milagros es no esperar en el tiempo más de lo necesario. 2EI tiempo puede causar deterioro y también puede desperdiciarse. 3El que obra milagros, por lo tanto, acepta gustosamente el factor de control del tiempo. 4Reconoce que cada colapso de tiempo nos acerca más a todos al punto en el que finalmente nos podemos liberar de él y en el que el Hijo y el Padre son uno. 5lgualdad no quiere decir igualdad ahora. 6Cuando cada cual reconozca que lo tiene todo, las aportaciones individuales a la Filiación dejarán de ser necesarias. 3. Cuando la Expiación se haya completado, todos los Hijos de Dios compartirán todas las aptitudes. 2Dios es imparcial. 3Todos Sus Hijos disponen de todo Su Amor, y Él da todos Sus dones libremente a todos por igual. 4"Excepto que os volváis como niños pequeños" significa que a menos que reconozcas plenamente tu completa dependencia de Dios, no podrás conocer el poder real del Hijo en su verdadera relación con el Padre. 5El que los Hijos de Dios sean especiales no procede de una condición de exclusión sino de una de inclusión. 6Todos mis hermanos son especiales. 7Si creen estar privados de algo, su percepción se distorsiona. 8Cuando esto ocurre, toda la familia de Dios -la Filiación- sufre un deterioro en sus relaciones. 4. En última instancia, todo miembro de la familia de Dios tiene que retornar. 2El milagro le llama a retornar porque le bendice y le honra, aun cuando esté ausente en espíritu. 3"De Dios no se hace burla" no es una amenaza, sino una garantía. 4Dios habría sido burlado si alguna de sus creaciones careciese de santidad. 5La creación es plena, y la señal de la plenitud es la santidad. 6Los milagros son afirmaciones de Filiación, que es un estado de com¬pleción y abundancia. 5. Todo lo que es verdadero es eterno y no puede cambiar ni ser cambiado. 2El espíritu es, por lo tanto, inalterable porque ya es perfecto, pero la mente puede elegir a quién desea servir. 3El único límite en su elección es que no puede servir a dos amos. 4La mente, si así lo elige, puede convertirse en el medio a través del cual el espíritu crea en conformidad con su propia creación. 5De no elegir eso libremente, retiene su potencial creativo, pero se somete a un control tiránico en lugar de a uno Autoritativo. 6Como resultado de ello aprisiona, pues tales son los dictados de los tiranos. 7Cambiar de mentalidad significa poner tu mente a disposición de la verdadera Autoridad. 6. El milagro es señal de que la mente ha elegido dejarse guiar por mí en el servicio a Cristo. 2La abundancia de Cristo es el resultado natural de haber decidido seguirle. 3Hay que arrancar todas las raíces que están a flor de tierra porque no son lo suficientemente profundas como para prestarte apoyo. 4La ilusión de que las raí¬ces superficiales pueden arraigarse más y así prestarte apoyo, es una de las distorsiones en las que se basa lo opuesto a la Regla de Oro. 5A medida que se abandonan esos falsos puntales, se experi¬menta temporalmente cierta inestabilidad en el equilibrio. 6Sin embargo, no hay nada más inestable que una orientación inver¬tida, 7y nada que la mantenga invertida puede conducir a una mayor estabilidad. VI. La ilusión de las necesidades 1. Tú que quieres la paz sólo la puedes encontrar perdonando completamente. 2Nadie aprende a menos que quiera aprender y crea que de alguna manera lo necesita. 3Si bien en la creación de Dios no hay carencia, en lo que tú has fabricado es muy evidente. 4De hecho, ésa es la diferencia fundamental entre lo uno y lo otro. 5La idea de carencia implica que crees que estarías mejor en un estado que de alguna manera fuese diferente de aquel en el que ahora te encuentras. 6Antes de la "separación", que es lo que sig¬nifica la "caída", no se carecía de nada. 7No había necesidades de ninguna clase. 8Las necesidades surgen debido únicamente a que tú te privas a ti mismo. 9Actúas de acuerdo con el orden particu¬lar de necesidades que tú mismo estableces. 10Esto, a su vez, depende de la percepción que tienes de lo que eres. 2. La única carencia que realmente necesitas corregir es tu sensa¬ción de estar separado de Dios. 2Esa sensación de separación jamás habría surgido si no hubieses distorsionado tu percepción de la verdad, percibiéndote así a ti mismo como alguien necesi¬tado. 3La idea de un orden de necesidades surgió porque, al haber cometido ese error fundamental, ya te habías fragmentado en niveles que comportan diferentes necesidades. 4A medida que te vas integrando te vuelves uno, y tus necesidades, por ende, se vuelven una. 5Cuando las necesidades se unifican suscitan una acción unificada porque ello elimina todo conflicto. 3. La idea de un orden de necesidades, que proviene del error original de que uno puede estar separado de Dios, requiere corrección en su propio nivel antes de que pueda corregirse el error de percibir niveles. 2No te puedes comportar con eficacia mientras operes en diferentes niveles. 3Sin embargo, mientras lo hagas, la corrección debe proceder verticalmente, desde abajo hacia arriba. 4Esto es así porque crees que vives en el espacio, donde conceptos como "arriba" y "abajo" tienen sentido. 5En última instancia, ni el espacio ni el tiempo tienen ningún sentido. 6Ambos son meramente creencias. 4. El verdadero propósito de este mundo es usarlo para corregir tu incredulidad. 2Nunca podrás controlar por ti mismo los efectos del miedo porque el miedo es tu propia invención, y no puedes sino creer en lo que has inventado. 3En actitud, pues, aunque no en contenido, eres como tu Creador, Quien tiene perfecta fe en Sus creaciones porque Él las creó. 4Creer en algo produce la aceptación de su existencia. 5Por eso puedes creer lo que nadie más piensa que es verdad. 6Para ti es verdad porque tú lo fabricaste. 5. Todos los aspectos del miedo son falsos porque no existen en el nivel creativo y, por lo tanto, no existen en absoluto. 2En la medida en que estés dispuesto a someter tus creencias a esta prueba, en esa misma medida quedarán corregidas tus percepciones. 3En el proceso de separar lo falso de lo verdadero, el milagro procede de acuerdo con lo siguiente: 4El amor perfecto expulsa el miedo. 5Si hay miedo, es que no hay amor perfecto. 6Mas: 7Sólo el amor perfecto existe. 8Si hay miedo, éste produce un estado que no existe. 9Cree esto y serás libre. 10Sólo Dios puede establecer esta solución, y esta fe es Su don. VII. Las distorsiones de los impulsos milagrosos 1. Tus percepciones distorsionadas producen una densa envol¬tura alrededor de los impulsos milagrosos, dificultándoles el que lleguen a tu conciencia. 2La confusión de los impulsos milagrosos con los impulsos físicos es una de las distorsiones básicas de la percepción. 3Los impulsos físicos son impulsos milagrosos mal canalizados. 4Todo placer real procede de hacer la Voluntad de Dios. 5Esto es así porque no hacer Su Voluntad es una negación del Ser. 6La negación del Ser da lugar a ilusiones, mientras que la corrección del error nos libera del mismo. 7No te engañes a ti mismo creyendo que puedes relacionarte en paz con Dios o con tus hermanos a través de algo externo. 2. Criatura de Dios, fuiste creado para crear lo bueno, lo hermoso y lo santo. 2No te olvides de eso. 3El Amor de Dios, por un breve período de tiempo, todavía tiene que expresarse de un cuerpo a otro, ya que la visión es aún muy tenue. 4El mejor uso que puedes hacer del cuerpo es utilizarlo para que te ayude a ampliar tu percepción, de forma que puedas alcanzar la verdadera visión de la que el ojo físico es incapaz. 5Aprender a hacer esto es la única utilidad real del cuerpo. 3. Las fantasías son una forma distorsionada de visión. 2Todas ellas, no importa de qué clase sean, son distorsiones, ya que siem¬pre tergiversan la percepción hasta convertirla en algo irreal. 3Los actos que proceden de distorsiones son, literalmente, las reacciones de aquellos que no saben lo que hacen. 4Las fantasías son un intento de controlar la realidad de acuerdo con necesida¬des falsas. 5Si deformas la realidad de cualquier forma que sea, estarás percibiendo destructivamente. 6Las fantasías son un medio para hacer asociaciones falsas y tratar de derivar placer de ellas. 7Mas si bien puedes percibir asociaciones falsas, nunca podrás hacerlas reales excepto para ti. 8Crees en lo que inventas. 9De igual modo, si ofreces milagros creerás en ellos con igual intensidad. 10La fuerza de tu convicción sostendrá entonces la creencia del que reciba el milagro. 11Las fantasías se vuelven totalmente innecesarias cuando la naturaleza completamente satisfactoria de la realidad se vuelve evidente tanto para el dador como para el receptor. 12La realidad se "pierde" por usurpación, lo cual produce tiranía. 13Mientras quede un solo "esclavo" cami¬nando sobre la faz de la tierra, tu liberación no será total. 14La única meta del que se ha decidido por el camino de los milagros es restaurar completamente la Filiación. 4. Éste es un curso de entrenamiento mental. 2Todo aprendizaje requiere atención y estudio en algún nivel. 3AIgunas de las seccio¬nes posteriores de este curso se basan en tan gran medida en estas primeras secciones, que es necesario un estudio muy detallado de las mismas. 4También las vas a necesitar a modo de preparación. 5Sin esta preparación, lo que sigue, podría infundirte demasiado temor, imposibilitando así el que pudieses usarlo de manera cons¬tructiva. 6A medida que estudies estas primeras secciones, no obs¬tante, comenzarás a percatarte de algunas de las conexiones que más adelante se ampliarán. 5. Se necesitan sólidos cimientos debido a la confusión que hay entre el miedo y la reverencia, a la que ya hice referencia ante¬riormente, y en la cual incurrimos con frecuencia. 2Dije que la reverencia no es apropiada en conexión con los Hijos de Dios porque no deberías experimentar reverencia en presencia de tus semejantes. 3No obstante, puse de relieve asimismo que la reve¬rencia es apropiada en presencia de tu Creador. 4He tenido mucho cuidado al clarificar mi papel en la Expiación sin añadirle ni restarle importancia. 5Estoy tratando también de hacer lo mismo con el tuyo. 6He subrayado que la reverencia no es una reacción apropiada hacia mí debido a nuestra inherente igual¬dad. 7Algunos de los pasos posteriores de este curso, sin em¬bargo, entrañan un acercamiento más directo a Dios Mismo. 8No sería prudente iniciar esos pasos sin una preparación cuidadosa, pues, de lo contrario, la reverencia se confundiría con el miedo, y la experiencia acabaría siendo más traumática que beatífica. 9La curación, en última instancia, procede de Dios. 10Se te están expli¬cando cuidadosamente los medios. 11La revelación puede, de vez en cuando, revelarte cuál es el fin, pero para alcanzarlo, los medios son necesarios. Capítulo 2 LA SEPARACIÓN Y LA EXPIACIÓN I. Los orígenes de la separación 1. La capacidad de extenderse es un aspecto fundamental de Dios que Él le dio a Su Hijo. 2En la creación, Dios Se extendió a Sí Mismo a Sus creaciones y les infundió la misma amorosa Volun¬tad de crear que Él posee. 3No sólo fuiste plenamente creado, sino que fuiste creado perfecto. 4No existe vacuidad en ti. 5Debido a la semejanza que guardas con tu Creador eres creativo. 6Ningún Hijo de Dios puede perder esa facultad, ya que es inherente a lo que él es, pero puede usarla de forma inadecuada al proyectar. 7El uso inadecuado de la extensión -la proyección- tiene lugar cuando crees que existe en ti alguna carencia o vacuidad, y que puedes suplirla con tus propias ideas, en lugar de con la verdad. 8Este proceso comprende los siguientes pasos: 9Primero: Crees que tu mente puede cambiar lo que Dios creó. 10Segundo: Crees que lo que es perfecto puede volverse imper¬fecto o deficiente. 11Tercero: Crees que puedes distorsionar las creaciones de Dios, incluido tú. 12Cuarto: Crees que puedes ser tu propio creador y que estás a cargo de la dirección de tu propia creación. 2. Estas distorsiones, relacionadas entre sí, son un fiel reflejo de lo que realmente ocurrió en la separación o "desvío hacia el miedo". 2Nada de eso existía antes de la separación, ni existe realmente ahora. 3Todo lo que Dios creó es semejante a Él. 4La extensión, tal como Dios la emprendió, es similar al resplandor interior que los Hijos del Padre han heredado de Él. 5Su verdadera fuente se encuentra en su interior. 6Esto es tan cierto con respecto al Padre como al Hijo. 7En este sentido la creación incluye tanto la creación del Hijo por Dios, como las creaciones del Hijo una vez que su mente ha sanado. 8Esto requiere el libre albedrío con el que Dios le dotó, ya que toda creación amorosa se otorga libremente en una línea continua, en la que todos los aspectos tienen el mismo rango. 3. El jardín del Edén -la condición que existía antes de la separa¬ción- era un estado mental en el que no se necesitaba nada. 2Cuando Adán dio oídos a "las mentiras de la serpiente", lo único que oyó fueron falsedades. 3Tú no tienes por qué continuar cre¬yendo lo que no es verdad, a no ser que así lo elijas. 4Todo ello puede literalmente desaparecer en un abrir y cerrar de ojos por¬que no es más que una percepción falsa. 5Lo que se ve en sueños parece ser muy real. 6Lo que es más, en la Biblia se menciona que sobre Adán se abatió un sueño profundo, mas no se hace referen¬cia en ninguna parte a que haya despertado. 7El mundo no ha experimentado todavía ningún despertar o renacimiento com¬pleto. 8Un renacer así es imposible mientras sigas proyectando o creando falsamente. No obstante, la capacidad de extender tal como Dios te extendió Su Espíritu permanece todavía dentro de ti. 10En realidad, ésta es tu única alternativa, pues se te dio el libre albedrío para que te deleitaras creando lo perfecto. 4. Todo miedo se reduce, en última instancia, a la básica percep¬ción errónea de que tienes la capacidad de usurpar el poder de Dios. 2Por supuesto, no puedes hacer eso, ni jamás pudiste ha¬berlo hecho. 3En esto se basa el que puedas escaparte del miedo. 4Te liberas cuando aceptas la Expiación, lo cual te permite darte cuenta de que en realidad tus errores nunca ocurrieron. 5Sólo des¬pués del sueño profundo que se abatió sobre Adán pudo éste experimentar pesadillas. 6Si de repente se enciende una luz cuando alguien está teniendo un sueño aterrador, puede que ini¬cialmente interprete la luz como parte de su sueño y tenga miedo de ella. 7Sin embargo, cuando despierte, la percibirá correcta¬mente como su liberación del sueño, al que dejará entonces de atribuir realidad. 8Esta liberación no se basa en ilusiones. 9El cono¬cimiento que ilumina no sólo te libera, sino que también te mues¬tra claramente que eres libre. 5. Sean cuales sean las mentiras que te hayas creído, para el mila¬gro son irrelevantes, pues puede sanar cualquiera de ellas con la misma facilidad. 2El milagro no hace distinciones entre diferentes percepciones falsas. 3Su única finalidad es distinguir entre la ver¬dad por un lado y el error por otro. 4Algunos milagros pueden parecer más difíciles de obrar que otros, 5pero no te olvides del primer principio de este curso: no hay grados de dificultad en los milagros. 6En realidad eres perfectamente invulnerable a toda expresión de falta de amor. 7Estas expresiones pueden proceder de ti o de otros, de ti hacia otros, o de otros hacia ti. 8La paz es un atributo que se encuentra en ti. No puedes hallarla fuera de ti mismo. 10La enfermedad es una forma de búsqueda externa. 11La salud es paz interior. 12La paz te permite mantenerte ecuánime ante cualquier falta de amor procedente de afuera, y te capacita, mediante tu aceptación de los milagros, para corregir las condi-ciones que resultan de la falta de amor en los demás. II. La Expiación como defensa 1. Puedes hacer cualquier cosa que yo te pida. 2Te he pedido que obres milagros, y he dejado claro que los milagros son naturales, correctivos, sanadores y universales. 3No hay nada que no pue¬dan lograr, pero no pueden llevarse a cabo con un espíritu de duda o de temor. 4Cuando tienes miedo de algo, estás admitiendo que ello tiene el poder de hacerte daño. 5Recuerda que donde esté tu corazón allí también estará tu tesoro. 6Crees en lo que conside¬ras valioso. 7Si tienes miedo, es que estás equivocado con respecto a lo que es valioso. 8Tu entendimiento inevitablemente evaluará erróneamente, y al otorgar el mismo poder a todos los pensamien¬tos, destruirás inevitablemente la paz. 9Por eso es por lo que la Biblia habla de "la paz de Dios que supera todo razonar" 10No hay error que pueda alterar esa paz en lo más mínimo. 11Dicha paz no permite que nada que no proceda de Dios te afecte. 12Éste es el uso correcto de la negación. 13No se usa para ocultar nada, sino para corregir el error. 14Lleva todos los errores ante la luz, y puesto que el error es lo mismo que la oscuridad, corrige todos los errores automáticamente. 2. La auténtica negación es un poderoso mecanismo protector. 2Puedes y debes negar toda creencia de que el error puede hacerte daño. 3Esta clase de negación no oculta sino que corrige. 4Tu mente recta depende de ella. 5Negar el error es una sólida defensa en favor de la verdad, pero negar la verdad da lugar a creaciones falsas: las proyecciones del ego. 6La negación del error, puesta al servicio de la mente recta, libera a la mente y re-establece la liber¬tad de la voluntad. 7Cuando la voluntad es realmente libre no puede crear falsamente porque sólo reconoce la verdad. 3. Puedes defender la verdad así como el error. 2Los medios son más fáciles de entender después de que se ha establecido firme¬mente el valor del objetivo. 3Pero lo que hay que tener en cuenta es cuál es su propósito. 4Todo el mundo defiende su tesoro, y lo hace automáticamente. 5Las preguntas esenciales son, pues: ¿qué es realmente importante para ti?, y ¿cuán importante lo es? 6Una vez que hayas aprendido a tener en cuenta estas preguntas y a tenerlas presentes en todas tus acciones, tendrás muy poca difi¬cultad en clarificar los medios. 7Los medios están a tu disposición siempre que los pidas. 8Puedes, sin embargo, ahorrar tiempo si no aplazas innecesariamente este paso. 9Un enfoque correcto lo acortará enormemente. 4. La Expiación es la única defensa que no puede usarse destruc¬tivamente porque no es un recurso que tú mismo hayas inven¬tado. 2El principio de la Expiación estaba en vigor mucho antes de que ésta comenzara. 3El principio era el amor y la Expiación fue un acto de amor. 4Antes de la separación los actos eran innecesa¬rios porque no existía la creencia en el tiempo ni en el espacio. 5Fue sólo después de la separación cuando se planearon la Expia¬ción y las condiciones necesarias para su cumplimiento. 6Se nece¬sitó entonces una defensa tan espléndida que fuese imposible usarla indebidamente, aunque fuese posible rechazarla. 7Su re¬chazo, no obstante, no podía convertirla en un arma de ataque, que es la característica intrínseca de otras defensas. 8La Expia¬ción, pues, resulta ser la única defensa que no es una espada de dos filos. 9Tan sólo puede sanar. 5. La Expiación se instituyó dentro de la creencia en el tiempo y en el espacio para fijar un límite a la necesidad de la creencia misma, y, en última instancia, para completar el aprendizaje. 2La Expiación es la lección final. 3El aprendizaje en sí, al igual que las aulas donde tiene lugar, es temporal. 4La capacidad para apren¬der carece de valor cuando ya no hay necesidad de cambiar. 5Los que son eternamente creativos no tienen nada que aprender. 6Tú puedes aprender a mejorar tus percepciones y puedes convertirte progresivamente en un mejor alumno. 7De este modo habrá cada vez más armonía entre la creación y tú, pero la Filiación en sí es una creación perfecta y la perfección no tiene grados. 8El aprendi¬zaje tiene sentido únicamente mientras se crea en diferencias. 6. La evolución es un proceso en el que aparentemente pasas de una etapa a la siguiente. 2Corriges tus previos tropiezos yendo hacia adelante. 3Este proceso es realmente incomprensible en tér¬minos temporales, puesto que retornas a medida que avanzas. 4La Expiación es el medio a través del cual puedes liberarte del pasado a medida que avanzas. 5La Expiación desvanece los erro¬res que cometiste en el pasado, haciendo de este modo innecesario el que sigas volviendo sobre tus pasos sin avanzar hacia tu retorno. 6En este sentido la Expiación ahorra tiempo, pero al igual que el milagro al que sirve, no lo abole. 7Mientras siga habiendo necesidad de Expiación, seguirá habiendo necesidad de tiempo. 8Pero la Expiación, en cuanto que plan que ya se ha completado, tiene una relación única con el tiempo. 9Hasta que la Expiación no se complete, sus diversas fases evolucionarán en el tiempo, pero la Expiación en su totalidad se encuentra al final del tiempo. 10En ese punto el puente de retorno ya se ha construido. 7. La Expiación es un compromiso total. 2Puede que aún asocies esto con perder, equivocación ésta que todos los Hijos de Dios separados cometen de una u otra forma. 3Resulta difícil creer que una defensa que no puede atacar sea la mejor defensa. 4Eso es lo que se quiere decir con "los mansos heredarán la tierra". 5Literalmente se apoderarán de ella debido a su fortaleza. 6Una defensa de doble filo es intrínsecamente débil precisamente porque tiene dos filos, y puede volverse contra ti inesperadamente. 7Esta posi¬bilidad no se puede controlar excepto con milagros. 8El milagro convierte la defensa de la Expiación en tu verdadera protección, y, a medida que adquieres más y más seguridad, asumes tu talento natural de proteger a otros, reconociéndote simultáneamente corno Hijo y como hermano. III. El altar de Dios 1. Sólo puedes aceptar la Expiación dentro de ti liberando la luz interior. 2Desde la separación, las defensas se han usado casi exclusivamente para defenderse contra la Expiación y mantener así vigente la separación. 3Generalmente esto se manifiesta como una necesidad de proteger el cuerpo. 4Las múltiples fantasías corporales a las que las mentes se entregan proceden de la creencia distorsionada de que el cuerpo puede usarse como un medio para alcanzar la "expiación" 5Percibir el cuerpo como un templo es únicamente el primer paso en el proceso de corregir esta dis¬torsión, ya que sólo la altera en parte. 6Dicha percepción del cuerpo ciertamente reconoce que la Expiación en términos físicos es imposible. 7El siguiente paso, no obstante, es darse cuenta de que un templo no es en modo alguno una estructura. 8Su verda¬dera santidad reside en el altar interior en torno al cual se erige la estructura. 9Hacer hincapié en estructuras hermosas es señal de que se teme a la Expiación y de que no se está dispuesto a llegar al altar en sí. 10La auténtica belleza del templo no puede verse con los ojos físicos. 11La visión espiritual, por otra parte, al ser una visión perfecta, no puede ver la estructura en absoluto. 12Puede, no obstante, ver el altar con perfecta claridad. 2. Para que la eficacia de la Expiación sea perfecta, a ésta le corresponde estar en el centro del altar interior, desde donde sub¬sana la separación y restituye la plenitud de la mente. 2Antes de la separación la mente era invulnerable al miedo, ya que el miedo no existía. 3Tanto la separación como el miedo son creaciones fal¬sas que tienen que deshacerse a fin de que se pueda restaurar el templo y abrir el altar para que reciba la Expiación. 4Esto supone el fin de la separación, al poner dentro de ti la única defensa eficaz contra todo pensamiento de separación, haciendo de este modo que seas absolutamente invulnerable. 3. El que todos acepten la Expiación es sólo cuestión de tiempo. 2Tal vez parezca que esto contradice su libre albedrío, dada la inevitabilidad de la decisión final, pero en realidad no es así. 3Pue¬des aplazar lo que tienes que hacer y eres capaz de enormes dila¬ciones, pero no puedes desvincularte completamente de tu Creador, Quien fija los límites de tu capacidad para crear falsa¬mente. 4Una voluntad aprisionada engendra una situación tal, que, llevada al extremo, se hace completamente intolerable. 5La resistencia al dolor puede ser grande, pero no es ilimitada. 6A la larga, todo el mundo empieza a reconocer, por muy vagamente que sea, que tiene que haber un camino mejor. 7A medida que este reconocimiento se arraiga más, acaba por convertirse en un punto decisivo en la vida de cada persona. 8Esto finalmente vuelve a despertar la visión espiritual y, al mismo tiempo, mitiga el apego a la visión física. 9Este alternar entre los dos niveles de percepción se experimenta normalmente como un conflicto que puede llegar a ser muy agudo. 10Aun así, el desenlace final es tan inevitable como Dios. 4. La visión espiritual literalmente no puede ver el error, y busca simplemente la Expiación. 2Todas las soluciones que los ojos del cuerpo buscan se desvanecen. 3La visión espiritual mira hacia adentro e inmediatamente se da cuenta de que el altar ha sido profanado y de que necesita ser reparado y protegido. 4Perfecta¬mente consciente de la defensa apropiada, la visión espiritual pasa por alto todas las demás y mira más allá del error hacia la verdad. 5Debido a la fuerza de su visión, pone a la mente a su servicio. 6Esto re-establece el poder de la mente y hace que las demoras le resulten cada vez más intolerables al darse cuenta de que lo único que hacen es añadir dolor innecesario. 7Como resultado de ello, la mente se vuelve cada vez más sensible a lo que antes habría considerado sólo pequeñas molestias. 5. Los Hijos de Dios tienen derecho al perfecto bienestar que resulta de tener perfecta confianza. 2Hasta que no logran esto, se agotan a sí mismos y desperdician sus verdaderos poderes creati¬vos en fútiles intentos de obtener un mayor bienestar valiéndose de medios inadecuados. 3Sin embargo, los medios reales ya les han sido provistos y no requieren esfuerzo alguno por su parte. 4La Expiación es la única ofrenda digna de ser ofrecida en el altar de Dios, debido al valor que el altar en sí tiene. 5Fue creado per¬fecto y es absolutamente digno de recibir perfección. 6Entre Dios y Sus creaciones existe una perfecta interdependencia. 7ÉI depende de ellas porque las creó perfectas. 8Les dio Su paz para que nada las pudiese alterar ni engañar. 9Siempre que tienes miedo, te enga¬ñas a ti mismo, y tu mente no puede servir al Espíritu Santo. 10Eso te deja hambriento, pues te niega el pan de cada día. 11Dios se siente solo sin Sus Hijos, y Sus Hijos se sienten solos sin Él. 12Tienen que aprender a ver el mundo como un medio para poner fin a la separación. 13La Expiación es la garantía de que finalmente lo lograrán. IV. La curación y la liberación del miedo 1. Vamos a hacer ahora hincapié en la curación. 2El milagro es el medio, la Expiación el principio y la curación el resultado. 3Hablar de "una curación milagrosa" es combinar impropiamente dos órdenes de realidad diferentes. 4Una curación no es un milagro. 5La Expiación -el último milagro- es un remedio, y cualquier clase de curación es su resultado. 6Es irrelevante a qué clase de error se aplique la Expiación. 7Toda curación es esencialmente una liberación del miedo. 8Para poder llevarla a cabo, tú mismo debes estar libre de todo miedo. No entiendes lo que es la curación debido a tu propio miedo. 2. Un paso importante en el plan de la Expiación es deshacer el error en todos los niveles. 2La enfermedad o "mentalidad-no-recta" es el resultado de una confusión de niveles, pues siempre com¬porta la creencia de que lo que está mal en un nivel puede afectar adversamente a otro. 3Nos hemos referido a los milagros como un medio de corregir la confusión de niveles, ya que todos los errores tienen que corregirse en el mismo nivel en que se originaron. 4Sólo la mente puede errar. 5El cuerpo sólo puede actuar equivo-cadamente cuando está respondiendo a un pensamiento falso. 6El cuerpo no puede crear y la creencia de que puede -error básico- ¬da lugar a todos los síntomas físicos. 7Las enfermedades físicas implican la creencia en la magia. 8La distorsión que dio lugar a la magia se basa en la creencia de que existe una capacidad creativa en la materia que la mente no puede controlar. 9Este error puede manifestarse de dos formas: se puede creer que la mente puede crear falsamente en el cuerpo, o que el cuerpo puede crear falsa¬mente en la mente. 10Cuando se comprende que la mente -el único nivel de creación- no puede crear más allá de sí misma, ninguno de esos dos tipos de confusión tiene por qué producirse. 3. Sólo la mente puede crear porque el espíritu ya fue creado, y el cuerpo es un recurso de aprendizaje al servicio de la mente. 2Los recursos de aprendizaje no son lecciones en sí mismos. 3Su propó¬sito es simplemente facilitar el aprendizaje. 4Lo peor que puede ocurrir cuando se usan indebidamente es que no lo faciliten. 5De por sí, un recurso de aprendizaje no tiene poder para producir verdaderos errores en el aprendizaje. 6El cuerpo; si se le entiende correctamente, comparte la invulnerabilidad de la Expiación en lo que respecta a las defensas de doble filo. 7Ello es así no porque sea un milagro, sino porque, de por sí, no da lugar a interpretaciones falsas. 8El cuerpo es sencillamente parte de tu experiencia en el mundo físico. 9Se puede exagerar el valor de sus capacidades y con frecuencia se hace. 10Sin embargo, es casi imposible negar su existencia en este mundo. 11Los que lo hacen se dedican a una forma de negación particularmente inútil. 12En este caso el tér¬mino "inútil" significa únicamente que no es necesario proteger a la mente negando lo no-mental. 13Si uno niega este desafortunado aspecto del poder de la mente, está negando también el poder mismo. 4. Todos los remedios materiales que aceptas como medicamento para los males corporales son re-afirmaciones de principios mági¬cos. 2Éste es el primer paso que nos conduce a la creencia de que el cuerpo es el causante de sus propias enfermedades. 3El segundo paso en falso es tratar de curarlo por medio de agentes no-creati¬vos. 4Esto no quiere decir, sin embargo, que el uso de tales agentes con propósitos correctivos sea censurable. 5A veces la enfermedad tiene tan aprisionada a la mente que temporalmente le impide a la persona tener acceso a la Expiación. 6En ese caso, tal vez sea pru¬dente usar un enfoque conciliatorio entre el cuerpo y la mente en el que a algo externo se le adjudica temporalmente la creencia de que puede curar. 7Esto se debe a que lo que menos puede ayudar al que no está en su mente recta o al enfermo es hacer algo que aumente su miedo. 8De por sí ya se encuentra en un estado debili¬tado debido a éste. 9Exponerle prematuramente a un milagro podría precipitarle al pánico, 10lo cual es muy probable que ocu-rriese en aquellos casos en que la percepción invertida ha dado lugar a la creencia de que los milagros son algo temible. 5. El valor de la Expiación no reside en la manera en que ésta se expresa. 2De hecho, si se usa acertadamente, será expresada ine¬vitablemente en la forma que le resulte más beneficiosa a aquel que la va a recibir. 3Esto quiere decir que para que un milagro sea lo más eficaz posible, tiene que ser expresado en un idioma que el que lo ha de recibir pueda entender sin miedo. 4Eso no signi¬fica que ése sea necesariamente el más alto nivel de comunica¬ción de que dicha persona es capaz. 5Significa, no obstante, que ése es el más alto nivel de comunicación de que es capaz ahora. 6El propósito del milagro es elevar el nivel de comunicación, no reducirlo mediante un aumento del miedo. V. La función del obrador de milagros 1. Antes de que los obradores de milagros estén listos para emprender su función en este mundo, es esencial que compren¬dan cabalmente el miedo que se le tiene a la liberación. 2De lo contrario, podrían fomentar inadvertidamente la creencia de que la liberación significa aprisionamiento, creencia que, de por sí, ya es muy prevaleciente. 3Esta percepción errónea procede a su vez de la creencia de que el daño puede limitarse sólo al cuerpo. 4Ello se debe al miedo subyacente de que la mente puede hacerse daño a sí misma. 5Ninguno de esos errores es significativo, ya que las creaciones falsas de la mente en realidad no existen. 6Este recono¬cimiento es un recurso protector mucho más eficaz que cualquier forma de confusión de niveles porque introduce la corrección al nivel del error. 7Es esencial recordar que sólo la mente puede crear, y que la corrección sólo puede tener lugar en el nivel del pensamiento. 8Para ampliar algo que ya se mencionó anterior¬mente, el espíritu ya es perfecto, y, por lo tanto, no requiere corrección. 9El cuerpo no existe, excepto como un recurso de aprendizaje al servicio de la mente. 10Este recurso de aprendizaje, de por sí, no comete errores porque no puede crear. 11Es obvio, pues, que inducir a la mente a que renuncie a sus creaciones fal¬sas es la única aplicación de la capacidad creativa que realmente tiene sentido. 2. La magia es el uso insensato o mal-creativo de la mente. 2Los medicamentos físicos son una forma de "hechizo”; pero si tienes miedo de usar la mente para curar, no debes intentar hacerlo. 3El hecho mismo de que tengas miedo hace que tu mente sea vulne¬rable a crear falsamente. 4Es probable, por lo tanto, que no entiendas correctamente cualquier curación que pudiera produ¬cirse, y puesto que el egocentrismo va normalmente acompañado de miedo, tal vez no puedas aceptar la verdadera Fuente de la curación. 5En tal caso, es menos arriesgado depender temporal¬mente de artificios curativos físicos, ya que no puedes percibirlos erróneamente como tus propias creaciones. 6Mientras tu sensa¬ción de vulnerabilidad persista, no debes intentar obrar milagros. 3. He dicho ya que los milagros son expresiones de una orienta¬ción milagrosa, y una orientación milagrosa no es otra cosa que una mentalidad recta. 2Los que poseen una mentalidad recta no exaltan ni menosprecian la mente del que obra milagros ni la del que los recibe. 3En cuanto que medio de corrección, sin embargo, el milagro no tiene que esperar a que el que los ha de recibir goce de una mentalidad recta. 4De hecho, su propósito es restituirle su mente recta. 5Es esencial, no obstante, que el obrador de milagros esté en su mente recta, aunque sea brevemente, o, de lo contrario, será incapaz de re-establecer la mentalidad recta en otros. 4. El sanador que confía en su propio estado de preparación pone en peligro su entendimiento. 2Estás perfectamente a salvo siempre que no te preocupes en absoluto por tu estado de prepa¬ración, pero mantengas firme confianza en el mío. 3Si tus inclina¬ciones a obrar milagros no están funcionando debidamente, es siempre porque el miedo se ha infiltrado en tu mentalidad recta y la ha invertido. 4Toda forma de mentalidad-no-recta es el resul¬tado de negarte a aceptar la Expiación para ti mismo. 5Si la acep¬tases estarías en una posición desde la que podrías reconocer que los que tienen necesidad de curación son simplemente aquellos que aún no se han dado cuenta de que la mentalidad recta es en sí la curación. 5. La única responsabilidad del obrador de milagros es aceptar la Expia¬ción para sí mismo. 2Esto significa que reconoces que la mente es el único nivel creativo, y que la Expiación puede sanar sus errores. 3Una vez que hayas aceptado esto, tu mente podrá solamente sanar. 4Al negarle a tu mente cualquier potencial destructivo y restituir de nuevo sus poderes estrictamente constructivos, te colocas en una posición desde la que puedes eliminar la confu¬sión de niveles en otros. 5El mensaje que entonces les comunicas es el hecho irrefutable de que sus mentes son igualmente cons¬tructivas y de que sus creaciones falsas no pueden hacerles daño. 6Al afirmar esto liberas a la mente de la tendencia a exagerar el valor de su propio recurso de aprendizaje, y la restituyes a su verdadero papel de estudiante. 6. Debe subrayarse nuevamente que al cuerpo le resulta tan impo¬sible aprender como crear. 2En cuanto que recurso de aprendizaje se deja llevar simplemente por el estudiante, mas si se le dota falsamente de iniciativa propia, se convierte en una seria obstruc¬ción para el mismo aprendizaje que debería facilitar. 3Sólo la mente es capaz de iluminación. 4El espíritu ya está iluminado, y el cuerpo, de por sí, es demasiado denso. 5La mente, sin embargo, puede hacer llegar su iluminación hasta el cuerpo al reconocer que éste no es el estudiante y que, por lo tanto, no tiene la capaci¬dad de aprender. 6Es muy fácil, no obstante, poner al cuerpo en armonía con la mente una vez que ésta ha aprendido a mirar más allá de él hacia la luz. 7. El aprendizaje que verdaderamente corrige comienza siempre con el despertar del espíritu y con el rechazo de la fe en la visión física. 2Esto frecuentemente entraña temor, ya que tienes miedo de lo que tu visión espiritual te mostraría. 3Anteriormente dije que el Espíritu Santo no puede ver errores, y que sólo puede mirar más allá de ellos hacia la defensa de la Expiación. 4No cabe duda de que esto puede producir incomodidad, mas la incomodidad no es el resultado final de la percepción. 5Cuando se le permite al Espí¬ritu Santo contemplar la profanación del altar, Él mira de inme¬diato también hacia la Expiación. 6Nada que Él perciba puede producir miedo. 7Todo lo que resulta de la conciencia espiritual simplemente se canaliza hacia la corrección. 8La incomodidad se manifiesta únicamente para traer a la conciencia la necesidad de corrección. 8. El miedo a la curación surge, en última instancia, de no estar uno completamente dispuesto a aceptar que la curación es nece¬saria. 2Lo que el ojo físico ve no es correctivo, ni tampoco es posi¬ble corregir el error mediante ningún medio físicamente visible. 3Mientras creas en lo que tu visión física te muestra, tus intentos de corregir procederán de un falso asesoramiento. 4La verdadera visión queda nublada porque te resulta intolerable ver tu propio altar profanado. 5Mas como el altar ha sido profanado, tu estado se torna doblemente peligroso a menos que percibas que así ha sido. 9. Curar es una habilidad que se desarrolló después de la separa¬ción, antes de la cual era innecesaria. 2Es temporal al igual que todos los aspectos de la creencia en el tiempo y en el espacio. 3Mientras el tiempo continúe, no obstante, la curación seguirá siendo necesaria como medio de protección. 4Esto se debe a que la curación se basa en la caridad, y la caridad es una forma de perci¬bir la perfección en otro aun cuando no puedas percibirla en ti mismo. 5La mayoría de los conceptos más elevados que ahora eres capaz de concebir dependen del tiempo. 6La caridad, en realidad, no es más que un pálido reflejo de un amor mucho más poderoso y todo-abarcador, el cual está mucho más allá de cualquier forma de caridad que te hayas podido imaginar hasta ahora. 7La caridad es esencial para la mentalidad recta aun en la pequeña medida en que ahora puedas alcanzarla. 10. La caridad es una manera de ver a otro como si ya hubiese llegado mucho más allá de lo que en realidad ha logrado en el tiempo hasta ahora. 2Puesto que su pensamiento tiene fallos, no puede ver que la Expiación es para él, pues, de otro modo, no tendría necesidad de caridad. 3La caridad que se le concede es a la vez una confirmación de que necesita ayuda, así como el reco¬nocimiento de que la aceptará. 4Estas dos percepciones denotan claramente su dependencia del tiempo, haciendo patente el hecho de que la caridad opera todavía dentro de las limitaciones de este mundo. 5Dije anteriormente que sólo la revelación trans¬ciende el tiempo. 6El milagro, al ser una expresión de caridad, tan sólo puede acortarlo. 7Hay que entender, no obstante, que cuando le ofreces un milagro a otro estás acortando su sufri¬miento y el tuyo. 8Esto corrige tanto retroactivamente como pro¬gresivamente. A. Principios especiales de los obradores de milagros 11. (1) El milagro elimina la necesidad de tener preocupaciones de rango inferior. 2Puesto que es un intervalo de tiempo que está fuera de las coordenadas temporales en las que normalmente ope¬ramos, las consideraciones normales con respecto al tiempo y al espacio no le afectan. 3Cuando obres un milagro yo haré los arre¬glos necesarios para que el tiempo y el espacio se ajusten a él. 12. (2) Es esencial hacer una clara distinción entre lo que se crea y lo que se fabrica. 2Toda forma de curación se basa en esta correc¬ción fundamental de percepción de niveles. 13. (3) Nunca confundas la mentalidad recta con la mentalidad errada. 2Reaccionar ante cualquier clase de error de cualquier forma que no sea con un deseo de sanar es una expresión de esa confusión. 14. (4) El milagro es siempre la negación de ese error y la afirma¬ción de la verdad. 2Sólo la mentalidad recta puede corregir de forma que sus efectos sean reales. 3De hecho, lo que no produce efectos reales en realidad no existe. 4Sus efectos, por lo tanto, son nulos. 5Al no tener contenido substancial, se presta a ser proyec¬tado. 15. (5) El poder del milagro para ajustar niveles genera la percep¬ción correcta que da lugar a la curación. 2Hasta que eso no ocurra será imposible entender lo que es la curación. 3El perdón es un gesto vacío a menos que conlleve corrección. 4Sin ella, lo que hace es básicamente juzgar, en vez de sanar. 16. (6) El perdón que procede de una orientación milagrosa tan sólo ofrece corrección. 2No posee elementos de juicio en absoluto. 3La frase "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen" no eva¬lúa en modo alguno lo que las personas en cuestión estén hacien¬do. 4Es una petición a Dios para que sane sus mentes. 5En ella no se hace referencia al resultado del error, 6pues eso es irrelevante. 17. (7) El precepto "Sed de un mismo sentir" es la aseveración que exhorta a todos a que estén listos para la revelación. 2Mi ruego "Haced esto en memoria mía" es una petición a los obradores de milagros para que colaboren conmigo. 3Estas dos aseveraciones no pertenecen a un mismo orden de realidad. 4Sólo la última entraña una conciencia de tiempo, ya que recordar es traer el pasado al presente. 5El tiempo está bajo mi control, pero la eterni¬dad le pertenece a Dios. 6En el tiempo existimos unos con otros y unos para otros. 7En la eternidad coexistimos con Dios. 18. (8) Puedes hacer mucho en favor de tu propia curación y la de los demás si en situaciones en las que se requiere tu ayuda pien¬sas de la siguiente manera: 2Estoy aquí únicamente para ser útil. 3Estoy aquí en representación de Aquel que me envió. 4No tengo que preocuparme por lo que debo decir ni por lo que debo hacer, pues Aquel que me envió me guiará. 5Me siento satisfecho de estar dondequiera que Él desee, porque sé que Él estará allí conmigo. 6Sanaré a medida que le permita enseñarme a sanar. VI. Miedo y conflicto 1. Tener miedo parece ser algo involuntario y no estar bajo tu con¬trol. 2Mas he dicho ya que sólo los actos constructivos deben ser involuntarios. 3Mi control puede hacerse cargo de todo lo que no es importante, mientras que, si así lo decides, mi asesoramiento puede dirigir todo lo que sí lo es. 4Yo no puedo controlar el miedo, pero éste puede ser auto-controlado. 5Tu miedo me impide darte mi control. 6La presencia del miedo indica que has elevado pensa¬mientos corporales al nivel de la mente. 7Eso los pone fuera de mi control y te hace sentir personalmente responsable de ellos, 8Lo cual es una obvia confusión de niveles. 2. Yo no fomento la confusión de niveles; tú debes, no obstante, elegir corregirla. 2Tú no justificarías un comportamiento demente por tu parte diciendo que no pudiste evitarlo. 3¿Por qué, entonces, condonas pensamientos dementes? 4Hay una confusión en esto que te convendría examinar detenidamente. 5Tal vez creas que eres responsable de lo que haces, pero no de lo que piensas. 6La verdad es que eres responsable de lo que piensas porque es sola¬mente en ese nivel donde puedes ejercer tu poder de decisión. 7Tus acciones son el resultado de tus pensamientos. 8No puedes separarte de la verdad "otorgándole" autonomía al comporta¬miento. 9Éste lo controlo yo automáticamente tan pronto como pongas tu pensamiento bajo mi dirección. 10Siempre que tienes miedo es señal inequívoca de que le has permitido a tu mente crear falsamente y de que no me has permitido guiarla. 3. De nada sirve pensar que controlando los resultados de cual¬quier pensamiento falso se pueda producir una curación. 2Cada vez que tienes miedo es porque has tomado una decisión equivo¬cada. 3Esa es la razón por la que te sientes responsable de ello. 4Tienes que cambiar de mentalidad, no de comportamiento, y eso es cuestión de que estés dispuesto a hacerlo. 5No necesitas orien¬tación alguna excepto a nivel mental. 6La corrección debe llevarse a cabo únicamente en el nivel en que es posible el cambio. 7El cambio no tiene ningún sentido en el nivel de los síntomas donde no puede producir resultados. 4. Deshacer el miedo es tu responsabilidad. 2Cuando pides que se te libere del miedo, estás implicando que no lo es. 3En lugar de ello, deberías pedir ayuda para cambiar las condiciones que lo suscitaron. 4Esas condiciones siempre entrañan el estar dispuesto a permanecer separado. 5A ese nivel tú puedes evitarlo. 6Eres demasiado tolerante con las divagaciones de tu mente, y condo¬nas pasivamente sus creaciones falsas. 7El resultado particular no importa; lo que importa es el error fundamental. 8La corrección es siempre la misma. 9Antes de decidir hacer algo, pregúntame si tu elección está de acuerdo con la mía. 10Si estás seguro de que lo está, no tendrás miedo. 5. El miedo es siempre un signo de tensión que surge cuando hay conflicto entre lo que deseas y lo que haces. 2Esta situación se presenta de dos maneras: Primera, puedes elegir hacer cosas con¬flictivas, ya sea simultánea o sucesivamente. 3Esto da lugar a un comportamiento conflictivo, lo cual te resulta intolerable porque la parte de la mente que quiere hacer otra cosa se enfurece. 4Segunda, puedes comportarte de acuerdo a como crees que debes, mas sin querer hacerlo realmente. 5Esto da lugar a un com¬portamiento congruente, pero conlleva gran tensión. 6En ambos casos, la mente y el comportamiento están en desacuerdo, lo cual da lugar a una situación en la que estás haciendo algo que real¬mente no quieres hacer. 7Esto suscita una sensación de coerción que normalmente produce furia, y es muy probable que también dé lugar a proyecciones. 8Siempre que tienes miedo, es porque aún estas indeciso. 9Tu mente se encuentra, por lo tanto, dividida y tu comportamiento inevitablemente se vuelve errático. 10La corrección a nivel de comportamiento puede cambiar el error del primer tipo al segundo, mas no elimina el miedo. 6. Es posible alcanzar un estado en el que dejas que yo guíe tu mente sin ningún esfuerzo consciente por tu parte, más ello requiere un grado de buena voluntad que tú aún no posees. 2El Espíritu Santo no puede pedirte que hagas más de lo que estás dispuesto a hacer. 3La fuerza para hacer lo que Él te pide procede de una firme resolución por tu parte. 4Hacer la Voluntad de Dios no produce ninguna tensión una vez que reconoces que Su Volun¬tad es también la tuya. 5La lección en este caso es muy sencilla, aunque muy fácil de pasar por alto. 6Voy, por lo tanto, a repetirla, y te exhorto a que escuches atentamente. 7Sólo tu mente puede producir miedo. 8Hace eso cada vez que está en conflicto con res¬pecto a lo que quiere, lo cual inevitablemente produce tensión, ya que existen discrepancias entre lo que quiere y lo que hace al res¬pecto. 9Eso sólo puede corregirse aceptando un objetivo unificado. 7. El primer paso correctivo para deshacer el error es darse cuen¬ta, antes que nada, de que todo conflicto es siempre una expresión de miedo. 2Dite a ti mismo que de alguna manera tienes que haber decidido no amar, ya que de otro modo el miedo no habría podido hacer presa en ti. 3A partir de ahí, todo el proceso correc¬tivo se reduce a una serie de pasos pragmáticos dentro del pro¬ceso más amplio de aceptar que la Expiación es el remedio. 4Estos pasos pueden resumirse de la siguiente forma: 5Reconoce en primer lugar que lo que estás experimentando es miedo. 6El miedo procede de una falta de amor. 7El único remedio para la falta de amor es el amor perfecto. 8El amor perfecto es la Expiación. 8. He subrayado que el milagro -la expresión de la Expiación- ¬es siempre un gesto de respeto del que es digno para con otro que también es digno. 2El reconocimiento de esa dignidad lo re¬establece la Expiación. 3Resulta obvio, por lo tanto, que cuando tienes miedo, te has colocado a ti mismo en una posición en la que necesitas la Expiación. 4Has actuado sin amor, al haber elegido sin amor. 5Ésta es precisamente la situación para la que se insti¬tuyó la Expiación. 6La necesidad del remedio inspiró su estableci¬miento. 7Mientras te limites a reconocer únicamente la necesidad del remedio, seguirás teniendo miedo. 8Sin embargo, tan pronto como aceptes el remedio, habrás des-hecho el miedo. 9Así es como tiene lugar la verdadera curación. 9. Todo el mundo experimenta miedo. 2Sin embargo, no se reque¬riría más que una pequeña dosis de recto pensar para que uno pudiese darse cuenta de por qué se produce. 3Son muy pocos los que aprecian el verdadero poder de la mente, y nadie permanece totalmente consciente de él todo el tiempo. 4No obstante, si espe¬ras librarte del miedo hay algunas cosas que debes comprender, y comprender plenamente. 5La mente es muy poderosa y jamás pierde su fuerza creativa. 6Nunca duerme. 7Está creando conti¬nuamente. 8Es difícil reconocer la oleada de poder que resulta de la combinación de pensamiento y creencia, la cual puede literalmente mover montañas. 9A primera vista parece arrogante creer que posees tal poder, mas no es ésa la verdadera razón de que no lo creas. 10Prefieres creer que tus pensamientos no pueden ejercer ninguna influencia real porque de hecho tienes miedo de ellos. 11Eso puede mitigar la conciencia de culpabilidad, pero a costa de percibir a la mente como impotente. 12Si crees que lo que piensas no tiene ningún efecto, puede que dejes de tenerle miedo, pero es bastante improbable que le tengas respeto. 13No hay pensamien¬tos fútiles. 14Todo pensamiento produce forma en algún nivel. VII. Causa y efecto 1. Puede que todavía te quejes de que tienes miedo, pero aun así sigues atemorizándote a ti mismo. 2He indicado ya que no pue¬des pedirme que te libere del miedo. 3Yo sé que no existe, pero tú no. 4Si me interpusiese entre tus pensamientos y sus resultados, estaría interfiriendo en la ley básica de causa y efecto: la ley más fundamental que existe. 5De nada te serviría el que yo menospre¬ciase el poder de tu pensamiento. 6Ello se opondría directamente al propósito de este curso. 7Es mucho más eficaz que te recuerde que no ejerces suficiente vigilancia con respecto a tus pensamien¬tos. 8Tal vez pienses que a estas alturas sólo un milagro te capaci¬taría para hacer eso, lo cual es absolutamente cierto. 9No estás acostumbrado a pensar con una mentalidad milagrosa, pero se te puede enseñar a pensar de esa manera. 10Todos los obradores de milagros necesitan este tipo de instrucción. 2. No puedo permitir que dejes de vigilar a tu mente, ya que de otro modo no podrías ayudarme. 2Obrar milagros requiere el que uno se dé cuenta plenamente del poder de los pensamientos a fin de evitar las creaciones falsas. 3De lo contrario, sería necesario un milagro que rectificase a la mente misma, proceso circular éste que no propiciaría el colapso del tiempo que es para lo que el milagro se concibió. 4El obrador de milagros debe poseer un genuino respeto por la verdadera ley de causa y efecto como con¬dición previa para que se produzca el milagro. 3. Tanto el milagro como el miedo proceden de pensamientos. 2Si no eres libre de elegir uno, tampoco serás libre de elegir el otro. 3Al elegir el milagro, rechazas el miedo aunque sólo sea temporal¬mente. 4Te has sentido temeroso de todo el mundo y de todas las cosas. 5Tienes miedo de Dios, de mí y de ti mismo. 6Nos has percibido erróneamente o creado falsamente, y crees en lo que has fabricado. 7No habrías podido hacer nada de eso si no hubieses tenido miedo de tus propios pensamientos. 8Los temerosos no pueden sino crear falsamente, puesto que perciben erróneamente la creación. 9Cuando creas falsamente no puedes sino sufrir. 10El principio de causa y efecto se convierte ahora en un verdadero catalizador aunque sólo sea temporalmente. 11En realidad, "Causa" es un término que le corresponde propiamente a Dios, y Su "Efecto" es Su Hijo. 12Esto supone una serie de relaciones de Causa y Efecto completamente diferentes de las que tú introdu¬ces en tus creaciones falsas. 13El conflicto fundamental en este mundo es, pues, entre la creación y la creación falsa. 14Todo miedo está implícito en la segunda, y todo amor en la primera. 15El conflicto es, por lo tanto, entre el amor y el miedo. 4. Ya hemos dicho que crees que no puedes controlar el miedo porque tú mismo lo inventaste, y tu creencia en él parece ponerlo fuera de tu control. 2Sin embargo, todo intento de resolver el error tratando de dominar el miedo es inútil. 3De hecho, eso no hace más que corroborar su poder, al asumir que necesita ser domi¬nado. 4La verdadera solución descansa enteramente en alcanzar el dominio por medio del amor. 5En el ínterin, no obstante, la sensa¬ción de conflicto es inevitable, ya que te has colocado a ti mismo en una posición en la que crees en el poder de algo que no existe. 5. La nada y el todo no pueden coexistir. 2Creer en uno es negar el otro. 3El miedo no es nada realmente y el amor lo es todo. 4Siempre que la luz irrumpe en la oscuridad, la oscuridad de¬saparece. 5Lo que tú crees, es cierto para ti. 6En este sentido la separación ha ocurrido, y negarlo sería utilizar incorrectamente la negación. 7Concentrarse en el error, no obstante, no es más que otro error. 8El procedimiento correctivo inicial consiste en reco¬nocer temporalmente que hay un problema, mas sólo como señal de que tiene que ser corregido de inmediato. 9Esto da lugar a un estado mental en el que la Expiación puede ser aceptada sin demora. 10Debe señalarse, no obstante, que, en última instancia, no puede haber transigencia alguna entre lo que lo es todo y lo que no es nada. 11El tiempo es esencialmente un recurso por medio del cual se puede abandonar toda idea de transigencia al respecto. 12Este proceso parece ser gradual debido únicamente a que el tiempo en sí comprende intervalos que no existen. 13La creación falsa hizo que esto fuese necesario como recurso de corrección. 14La aseveración: "Porque tanto amó Dios al mundo que le dio Su unigénito Hijo, para que todo el que crea en Él no perezca, mas tenga vida eterna" necesita solamente una leve corrección para que tenga sentido en este contexto: "Se lo dio a Su unigénito Hijo”. 6. Debe observarse con especial atención que Dios tiene solamente un Hijo. 2Si todas las creaciones de Dios son Hijos Suyos, cada una de ellas tiene que ser parte integral de toda la Filiación. 3La Filia¬ción, en su unicidad*, transciende la suma de sus partes. 4Este hecho, no obstante, queda velado mientras falte una sola de ellas. 5Por eso es por lo que, en última instancia, el conflicto no se puede resolver hasta que todas las partes de la Filiación hayan retor¬nado. 6Sólo entonces podrá comprenderse lo que, en el verdadero sentido de la palabra, significa la plenitud. 7Cualquier parte de la Filiación puede creer, en el error o en la incompleción si así lo elige. 8Sin embargo, si lo hace, estará creyendo en la existencia de algo que no existe. 9Lo que corrige este error es la Expiación. 7. Ya he hablado brevemente acerca de la condición de estar listo, pero tal vez pueda ser útil mencionar aquí algunos puntos adicio¬nales. 2Estar listo es sólo el prerequisito para que se pueda lograr algo. 3No se debe confundir una cosa con la otra. 4Tan pronto como se da la condición de estar listo, también se da, en cierta medida, el deseo de querer lograr algo, si bien éste no es necesa¬riamente un deseo indiviso. 5Dicha condición de estar listo no es más que el potencial para que pueda tener lugar un cambio de mentalidad. 6La confianza no puede desarrollarse plenamente hasta que no se haya alcanzado un dominio total. 7Hemos tratado ya de corregir el error fundamental de que es posible dominar el miedo, y hemos enfatizado que el verdadero dominio sólo se puede alcanzar por medio del amor. 8Estar listo es sólo el comienzo de la confianza. 9Tal vez pienses que esto implica que tiene que transcurrir mucho tiempo entre el momento en que estás listo y aquel en el que alcanzas el dominio, pero permíteme recordarte que el tiempo y el espacio están bajo mi control. VIII. El significado del juicio Final 1. Una de las maneras en que puedes corregir la confusión entre la magia y los milagros es recordando que tú no te creaste a ti mismo. 2Tiendes a olvidarte de esto cuando te vuelves egocén¬trico, lo cual te coloca en una posición en la que es prácticamente inevitable creer en la magia. 3Tu voluntad de crear te fue dada por tu Creador, Quien estaba expresando esa misma Voluntad en Su creación. 4Puesto que la capacidad de crear reside en la mente, todo lo que creas es necesariamente una cuestión de voluntad. 5De ello se desprende también que lo que haces por tu cuenta es real para ti, mas no lo es en la Mente de Dios. 6Esta distinción básica conduce directamente al verdadero significado del Juicio Final. 2. El juicio Final es una de las ideas más atemorizantes de tu sis¬tema de pensamiento. 2Eso se debe a que no entiendes lo que es. 3Juzgar no es un atributo de Dios. 4El Juicio Final se originó a raíz de la separación como uno de los muchos recursos de aprendizaje que se incluyeron en el plan general. 5Del mismo modo en que la separación abarcó un período de millones de años, así el juicio Final se extenderá por un período igualmente largo, o tal vez aún más largo. 6Su duración, no obstante, puede acortarse enorme¬mente mediante los milagros, el recurso que acorta el tiempo, pero que no lo abole. 7Si un número suficiente de nosotros llega a alcanzar una mentalidad verdaderamente milagrosa, este proceso de acortar el tiempo puede llegar a ser virtualmente inconmensu¬rable. 8Es esencial, no obstante, que te liberes a ti mismo del miedo cuanto antes, pues tienes que escapar del conflicto si es que has de llevar paz a otras mentes. 3. Por lo general, se considera al juicio Final como un proceso que Dios emprendió. 2Pero en realidad son mis hermanos quienes lo emprenderán con mi ayuda. 3El Juicio Final es la última curación, en vez de un reparto de castigos, por mucho que pienses que los castigos son merecidos. 4El castigo es un concepto completamente opuesto a la mentalidad recta, y el objetivo del juicio Final es restituirte tu mentalidad recta. 5Se podría decir que el juicio Final es un proceso de correcta evaluación. 6Significa simplemente que todos llegarán por fin a entender qué es lo que tiene valor y qué es lo que no lo tiene. 7Después de que esto ocurra, la capacidad para elegir podrá ser dirigida racionalmente. 8Pero hasta que no se haga esa distinción, las oscilaciones entre la voluntad libre y la aprisionada no podrán sino continuar. 4. El primer paso hacia la libertad comprende separar lo falso de lo verdadero. 2Éste es un proceso de separación en el sentido cons¬tructivo de la palabra, y refleja el verdadero significado del Apo¬calipsis. 3Al final cada cual contemplará sus propias creaciones y elegirá conservar sólo lo bueno, tal como Dios Mismo contempló lo que había creado y vio que era bueno. 4A partir de ahí, la mente podrá comenzar a contemplar sus propias creaciones con amor por razón del mérito que tienen. 5Al mismo tiempo, la mente repudiará inevitablemente sus creaciones falsas que, en ausencia de la creencia que las originó, dejarán de existir. 5. El término "Juicio Final" asusta no sólo porque ha sido proyec¬tado sobre Dios, sino también por la asociación de la palabra "final" con la muerte. 2Éste es un ejemplo sobresaliente de la per¬cepción invertida. 3Si se examina objetivamente el significado del juicio Final, queda muy claro que en realidad es el umbral de la vida. 4Nadie que viva atemorizado puede estar realmente vivo. 5No te puedes someter a ti mismo a tu propio juicio final porque tú no te creaste a ti mismo. 6Puedes, no obstante, aplicarlo signifi¬cativamente, y en cualquier momento, a todo lo que has fabri¬cado, y retener en la memoria sólo lo creativo y lo bueno. 7Eso es lo que tu mentalidad recta no puede sino dictar. 8El único propó¬sito del tiempo es "darte tiempo" para alcanzar ese juicio, 9el cual no es otra cosa que el juicio perfecto con respecto a tus propias creaciones perfectas. 10Cuando todo lo que retengas en la memo¬ria sea digno de amor, no habrá ninguna razón para que sigas teniendo miedo. 11Ése es tu papel en la Expiación. Capítulo 3 LA PERCEPCIÓN INOCENTE I. Expiación sin sacrificio 1. Hay otro punto que debe quedar perfectamente claro antes de que pueda desaparecer cualquier residuo de temor que aún esté asociado con los milagros. 2La crucifixión no estableció la Expia¬ción; fue la resurrección la que lo hizo. Son muchos los cristianos sinceros que no han entendido esto correctamente. 4Nadie que esté libre de la creencia en la escasez podría cometer tal equivoca¬ción. 5Si se examina la crucifixión desde un punto de vista inver¬tido, parece como si Dios hubiese permitido, e incluso fomentado, el que uno de Sus Hijos sufriese por ser bueno. 6Esta desafortu¬nada interpretación, que surgió como resultado de la proyección, ha llevado a muchas personas a vivir sumamente atemorizadas de Dios. 7Tales conceptos anti-religiosos se infiltran en muchas reli¬giones. 8El auténtico cristiano, sin embargo, debería hacer una pausa y preguntarse: "¿Cómo iba a ser posible esto? 9¿Cómo iba a ser posible que Dios Mismo fuese capaz de albergar el tipo de pensamiento que Sus Propias palabras han señalado claramente que es indigno de Su Hijo?" 2. La mejor defensa, como de costumbre, consiste en no atacar la posición de otro, sino más bien en proteger la verdad. 2No es muestra de gran sensatez aceptar un concepto si para justificarlo tienes que invertir todo un marco de referencia. 3Este procedi¬miento es doloroso en sus aplicaciones menores, y verdadera¬mente trágico en una escala mayor. 4Con frecuencia la persecución termina siendo un intento de "justificar" la terrible y errónea per¬cepción de que Dios Mismo persiguió a Su Propio Hijo en nombre de la salvación. 5Ni siquiera las mismas palabras tienen sentido. 6Superar esto ha sido sumamente difícil, pues si bien este error no es más difícil de corregir que cualquier otro, son muchos los que no han estado dispuestos a abandonarlo en vista de su eminente valor como defensa. 7Un ejemplo menos dramático es el del padre que dice: "Esto me duele a mí más que a ti", y se siente exonerado al darle una paliza a su hijo. 8¿Crees que nuestro Padre piensa realmente así? 9Es tan esencial eliminar cualquier pensamiento de este tipo que debemos asegurarnos de que nada semejante permanezca en tu mente. 10Yo no fui "castigado" porque tú fueses malo. 11La lección completamente benévola que la Expiación enseña se echa a perder si se mancilla con cualquiera de las formas en que esta clase de distorsión se manifiesta. 3. La afirmación: "Mía es la venganza, dice el Señor" es una per¬cepción falsa mediante la cual uno le atribuye a Dios su propio pasado "malvado". 2Ese pasado "malvado" no tiene nada que ver con Dios. 3Él no lo creó, ni tampoco lo sustenta. 4Dios no cree en el castigo. 5Su Mente no crea de esa manera. 6Dios no tiene nada contra ti por razón de tus "malas" acciones. 7¿Cómo sería posible entonces que me hubiese acusado a mí por ellas? 8Asegúrate de que reconoces cuán absolutamente imposible es esta suposición, y también de que procede enteramente de la proyección. 9Este tipo de error es responsable de una multitud de errores similares, incluyendo la creencia de que Dios rechazó a Adán y lo expulsó del jardín del Edén. 10Quizá por eso piensas a veces que no te estoy guiando bien. 11He tomado las máximas precauciones para usar palabras que sean casi imposible de distorsionar, pero siem¬pre es posible tergiversar los símbolos si así se desea. 4. El sacrificio es una noción que Dios desconoce por completo. 2Procede únicamente del miedo, y los que tienen miedo pueden ser crueles. 3Cualquier forma de sacrificio es una violación de mi exhortación de que debes ser misericordioso al igual como nues¬tro Padre en el Cielo lo es. 4A muchos cristianos les ha resultado difícil darse cuenta de que esto les atañe a ellos. 5Los buenos maestros nunca aterrorizan a sus estudiantes. 6Aterrorizar es ata¬car, y como resultado de ello se produce un rechazo de lo que el maestro ofrece, 7malográndose así el aprendizaje. 5. Se me ha llamado correctamente "el cordero de Dios que quita los pecados del mundo", mas quienes representan al cordero man¬chado de sangre no entienden el significado del símbolo. 2Si se entiende correctamente, es un símbolo muy simple que habla de mi inocencia. 3El león y el cordero tendidos el uno junto al otro simbolizan que la fuerza y la inocencia no están en conflicto, sino que viven naturalmente en paz. 4"Bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios" es otra forma de decir lo mismo. 5Una mente pura conoce la verdad y en eso radica su fuerza. 6No confunde la destrucción con la inocencia porque aso¬cia la inocencia con la fuerza y no con la debilidad. 6. La inocencia es incapaz de sacrificar nada porque la mente ino¬cente dispone de todo y sólo se esfuerza por proteger su plenitud. 2No puede proyectar. 3Tan sólo puede honrar a otras mentes por¬que honrar a otros es el saludo natural de los verdaderamente amados hacia los que son como ellos. 4El cordero "quita los peca¬dos del mundo" en el sentido de que el estado de inocencia, o gracia, es uno en que el significado de la Expiación es perfecta¬mente obvio. 5La Expiación carece por completo de ambigüedad. 6Es perfectamente inequívoca porque existe en la luz. 7Única¬mente los intentos de ocultarla en las tinieblas han hecho que sea inaccesible para aquellos que eligen no ver. 7. La Expiación de por sí sólo irradia verdad. 2Es, por lo tanto, el epítome de la mansedumbre y derrama únicamente bendiciones. 3No podría hacer eso si procediese de cualquier otra fuente que no fuese la perfecta inocencia. 4La inocencia es sabiduría porque no tiene conciencia del mal; y el mal no existe. 5No obstante, es per¬fectamente consciente de todo lo que es verdad. 6La resurrección demostró que nada puede destruir a la verdad. 7El bien puede resistir cualquier clase de mal, al igual que la luz disipa cualquier clase de oscuridad. 8La Expiación es, por lo tanto, la lección per¬fecta. 9Es la demostración concluyente de que todas las demás lecciones que enseñé son ciertas. 10Si puedes aceptar esta generali¬zación ahora, no tendrás necesidad de aprender muchas otras lec¬ciones de menor importancia. 11Basta con que creas esto para que te liberes de todos tus errores. 8. La inocencia de Dios es el verdadero estado mental de Su Hijo. 2En ese estado tu mente conoce a Dios, pues Dios no es algo sim¬bólico; Dios es un Hecho. 3Cuando conoces a Su Hijo tal como es, te das cuenta de que la Expiación, y no el sacrificio, es la única ofrenda apropiada para el altar de Dios, en el que sólo la perfección tiene cabida. 4El entendimiento de los inocentes es la verdad. 5Por eso es por lo que sus altares son verdaderamente radiantes. II. Los milagros y la percepción verdadera 1. He afirmado que los conceptos básicos a los que este curso hace referencia no admiten grados. 2Algunos conceptos fundamentales no pueden entenderse en función de sus opuestos. 3Es imposible concebir la luz y la oscuridad, o todo y nada, como posibilidades compatibles. 4Estos conceptos son o completamente verdaderos o completamente falsos. 5Es esencial que te des cuenta de que tu pensamiento seguirá siendo errático hasta que te comprometas firmemente con la luz o con la oscuridad. 6No obstante, un com¬promiso firme con la oscuridad o con la nada, es imposible. 7No hay nadie que haya vivido que no haya experimentado alguna luz o alguna cosa. 8Nadie es capaz, pues, de negar completamente la verdad, aunque piense que puede. 2. La inocencia no es un atributo parcial. 2No es real hasta que es total. 3Los que son parcialmente inocentes a veces tienden a actuar neciamente. 4Su inocencia no pasa a ser sabiduría hasta que no se convierte en un punto de vista de aplicación universal. 5La per¬cepción verdadera, o percepción inocente, significa que nunca percibes falsamente y que siempre ves correctamente. 6Dicho de una manera más llana, significa que nunca ves lo que no existe y siempre ves lo que sí existe. 3. Cuando no tienes confianza en lo que alguien va a hacer, estás dando testimonio de tu creencia de que esa persona no está en su mente recta. 2Difícilmente puede ser ése un marco de referencia basado en el milagro. 3Esa falta de confianza produce asimismo el efecto desastroso de negar el poder del milagro. 4El milagro percibe todo tal como es. 5Si lo único que existe es la verdad, lo único que la mentalidad recta puede ver es perfección. 6He dicho que sólo lo que Dios crea o lo que tú creas con la misma Voluntad existe realmente. 7Eso es, pues, lo único que los inocentes pueden ver. 8Los inocentes no adolecen de una percepción distorsionada. 4. Tienes miedo de la Voluntad de Dios porque has usado tu mente, que Él creó a semejanza de la Suya Propia, para crear falsa¬mente. 2La mente sólo puede crear falsamente cuando cree que no es libre. 3Una mente "aprisionada" no es libre porque está poseí¬da, o refrenada, por sí misma. 4Está, por lo tanto, limitada, y la voluntad no es libre de afirmarse a sí misma. 5Ser uno es ser de una misma mente o voluntad. 6Cuando la Voluntad de la Filiación y la del Padre son una, la perfecta armonía entre ellas es el Cielo. 5. Nada puede prevalecer contra un Hijo de Dios que encomienda su espíritu en las Manos de su Padre. 2Al hacer esto, la mente despierta de su sueño y recuerda a su Creador. 3Toda sensación de separación desaparece. 4El Hijo de Dios es parte de la Santísima Trinidad, pero la Trinidad en sí es una sola entidad. 5No hay con¬fusión entre Sus Niveles porque éstos son de una sola Mente y de una sola Voluntad. 6Este propósito único crea perfecta integración y establece la paz de Dios. 7Pero esta visión sólo la pueden perci¬bir los verdaderamente inocentes, 8quienes al ser puros de cora¬zón, defienden la verdadera percepción en vez de defenderse de ella. 9Puesto que entienden la lección de la Expiación no tienen el deseo de atacar, y, por lo tanto, pueden ver correctamente. 10Esto es lo que la Biblia quiere decir con: "Cuando Él aparezca (o sea percibido) seremos como Él, pues lo veremos tal como Él es 6. La manera de corregir las distorsiones es dejando de tener fe en ellas y depositándola únicamente en lo que es verdad. 2No puedes hacer que lo que no es verdad lo sea. 3Si estás dispuesto a aceptar aquello que es verdad en todo lo que percibes, dejas que sea verdad para ti. 4La verdad supera todo error, y aquellos que viven inmersos en el error y en la vacuidad jamás pueden encon¬trar consuelo duradero. 5Cuando percibes correctamente cance¬las tus percepciones falsas y las de los demás simultáneamente. 6Puesto que los ves tal como son, les ofreces tu aceptación de su verdad para que ellos puedan aceptarla en sí mismos. 7Ésta es la curación que el milagro produce. III. Percepción y conocimiento 1. Hemos estado haciendo hincapié en la percepción, y apenas hemos hablado del conocimiento. 2Esto ha sido así porque la per¬cepción tiene que ser corregida antes de que puedas llegar a saber nada. 3Saber es tener certeza. 4La incertidumbre significa que no sabes. 5El conocimiento es poder porque goza de certeza, y la certeza es fuerza. 6La percepción es temporal. 7Al ser un atributo de la creencia en el espacio y en el tiempo, es susceptible de producir miedo o amor. 8Las percepciones falsas producen miedo y las ver¬daderas fomentan el amor, mas ninguna de ellas brinda certeza porque toda percepción está sujeta a cambios. 9Por eso es por lo que la percepción no es conocimiento. 10La verdadera percepción es la base del conocimiento, pero gozar de conocimiento es la afir¬mación de la verdad y esto se encuentra allende cualquier percep¬ción. 2. Todas tus dificultades proceden del hecho de que no te recono¬ces a ti mismo, ni reconoces a tu hermano, ni reconoces a Dios. 2Reconocer significa "conocer de nuevo", implicando que antes gozabas de conocimiento. 3Puedes ver de muchas maneras debido a que la percepción entraña interpretación, y eso quiere decir que no es íntegra ni consistente. 4El milagro, al ser una manera de percibir, no es conocimiento. 5Es la respuesta correcta a una pre¬gunta, mas cuando sabes no preguntas. 6El primer paso en el proceso de deshacer lo ilusorio es cuestionarlo. 7El milagro -la res¬puesta correcta- lo corrige. 8Dado que las percepciones cambian, su dependencia del tiempo es obvia. 9La forma en que percibes en cualquier momento dado determina tu comportamiento, y las acciones sólo pueden ocurrir en el tiempo. 10El conocimiento es intemporal porque la certeza es algo incuestionable. 11Cuando dejas de hacer preguntas es que ya has alcanzado el conocimiento. 3. La mente que cuestiona se percibe a sí misma en el tiempo, y, por lo tanto, busca respuestas para el futuro. 2La mente no recep¬tiva, por el contrario, cree que el futuro va a ser igual que el presente. 3Eso da lugar a un estado de aparente estabilidad que es normalmente un intento de contrarrestar el miedo subyacente de que el futuro va a ser peor que el presente. 4Este miedo coarta enteramente la tendencia a cuestionar. 4. La verdadera visión es la percepción natural de la visión espiri¬tual, pero es todavía una corrección en vez de un hecho. 2La visión espiritual es simbólica, y, por lo tanto, no es un instrumento de conocimiento. 3Es, no obstante, un medio de percepción correcta, lo cual la sitúa dentro del propio ámbito del milagro. 4Una "visión de Dios" sería un milagro más que una revelación. 5El hecho en sí de que la percepción esté involucrada demuestra que la experien¬cia no pertenece a la esfera del conocimiento. 6De ahí que las visio¬nes, por muy santas que sean, son efímeras. 5. La Biblia te exhorta a que te conozcas a ti mismo, o, lo que es lo mismo, a que tengas certeza. 2La certeza es siempre algo propio de Dios. 3Cuando amas a alguien lo has percibido tal como es, y esto te permite conocerlo. 4Hasta que primero no lo percibas tal como es no lo podrás conocer. 5Mientras sigas cuestionando lo que él es, estarás implicando claramente que no conoces a Dios. 6La certeza no requiere acción. 7Cuando dices que estás actuando basándote en tu conocimiento, estás confundiendo el conoci-miento con la percepción. 8El conocimiento provee la fuerza para el pensamiento creativo, no para la acción recta. 9La percepción, el milagro y la acción están estrechamente vinculados. 10El cono¬cimiento es el resultado de la revelación y genera sólo pensa¬miento. 11La percepción, aun en su forma más espiritualizada, incluye al cuerpo. 12El conocimiento procede del altar interno y es intemporal porque goza de certeza. 13No es lo mismo percibir la verdad que conocerla. 6. Una percepción correcta es necesaria antes de que Dios pueda comunicarse directamente con Sus altares, los cuales Él estableció en Sus Hijos. 2En dichos altares es donde Él puede comunicar Su certeza, y Su conocimiento inevitablemente brindará paz. 3Dios no es un extraño para Sus Hijos, ni Sus Hijos son extraños entre sí. 4El conocimiento precedió tanto a la percepción como al tiempo, y finalmente los reemplazará. 5Ése es el verdadero signi¬ficado de "el Alfa y la Omega, el principio y el fin" y de "Antes de que Abraham naciese, era yo". 6La percepción puede y debe ser estabilizada, pero el conocimiento ya es estable. 7"Teme a Dios y observa Sus mandamientos" pasa a ser "Conoce a Dios y acepta Su certeza." 7. Si atacas el error que ves en otro, te harás daño a ti mismo. 2No puedes conocer a tu hermano si lo atacas. 3Los ataques siempre se lanzan contra extraños. 4Al percibir falsamente a tu hermano lo conviertes en un extraño, y, por lo tanto, no puedes conocerlo. 5Le tienes miedo porque lo has convertido en un extraño. 6Percíbelo correctamente para que lo puedas conocer. 7En la creación de Dios no hay extraños. 8Para poder crear como Él creó tan sólo puedes crear lo que conoces, y lo que, por lo tanto, aceptas como tuyo. 9Dios conoce a Sus Hijos con absoluta certeza. 10Los creó conociéndolos. 11Los reconoce perfectamente. 12Cuando ellos no se reconocen entre sí, no lo reconocen a Él. IV. El error y el ego 1. Las capacidades que ahora posees no son sino sombras de tu verdadera fuerza. 2Todas las funciones que ahora tienes están divididas y son susceptibles de ser cuestionadas y puestas en duda. 3Esto se debe a que no tienes certeza acerca de cómo vas a usarlas, y, por consiguiente, el conocimiento queda vedado para ti. 4Y éste te está asimismo vedado porque todavía percibes sin amor. 5Antes de que la separación introdujese las nociones de gra¬dos, aspectos e intervalos, la percepción no existía. 6El espíritu no tiene niveles, y todo conflicto surge como consecuencia del con¬cepto de niveles. 7Sólo los Niveles de la Trinidad gozan de Uni¬dad. 8Los niveles creados por la separación no pueden sino estar en conflicto. 9Ello se debe a que ninguno de ellos significa nada para los demás. 2. La conciencia -el nivel de la percepción- fue la primera divi¬sión que se introdujo en la mente después de la separación, con¬virtiendo a la mente de esta manera en un instrumento preceptor en vez de en un instrumento creador. 2La conciencia ha sido correc¬tamente identificada como perteneciente al ámbito del ego. 3El ego es un intento erróneo de la mente de percibirte tal como deseas ser, en vez de como realmente eres. 4Sin embargo, sólo te puedes conocer a ti mismo como realmente eres, ya que de eso es de lo único que puedes estar seguro. 5Todo lo demás es cuestionable. 3. El ego es el aspecto inquisitivo del ser que surgió después de la separación, el cual fue fabricado en vez de creado. 2Es capaz de hacer preguntas, pero no de percibir respuestas significativas, ya que éstas entrañan conocimiento y no se pueden percibir. 3La mente está, por consiguiente, confusa porque sólo la Mentalidad¬-Uno está exenta de confusión. 4Una mente separada o dividida no puede sino estar confundida. 5Tiene necesariamente que sentirse incierta acerca de lo que es. 6Y no puede sino estar en conflicto, puesto que está en desacuerdo consigo misma. 7Esto hace que sus aspectos sean extraños entre sí, y ésta es la esencia de la condición propensa al miedo en la que el ataque siempre tiene cabida. 8Tal como te percibes tienes todas las razones del mundo para sentirte atemorizado. 9De ahí que no te puedas liberar del miedo hasta que no te des cuenta, no sólo de que no te creaste a ti mismo, sino de que tampoco habrías podido hacerlo. 10Nunca podrás hacer que tus percepciones falsas sean verdaderas, y tu creación no se ve afectada en modo alguno por tu error. 11Por eso es por lo que, en última instancia, tienes que optar por subsanar la separación. 4. No se debe confundir a la mente que goza de conocimiento con la mentalidad recta, ya que sólo esta última está vinculada a la percepción verdadera. 2Puedes tener una mentalidad recta o una mentalidad errada, y aun esto es cuestión de grados, lo cual demuestra claramente que ninguna de ellas tiene nada que ver con el conocimiento. 3El término "mentalidad recta" se debe entender como aquello que corrige la "mentalidad errada", y se refiere al estado mental que induce a una percepción fidedigna. 4Es un estado de mentalidad milagrosa porque sana la percep¬ción errónea, lo cual es ciertamente un milagro en vista de como te percibes a ti mismo. 5. La percepción siempre entraña algún uso inadecuado de la mente, puesto que la lleva a áreas de incertidumbre. 2La mente es muy activa. 3Cuando elige estar separada, elige percibir. 4Hasta ese momento su voluntad es únicamente gozar de conocimiento. 5Una vez que ha elegido percibir, no puede sino elegir ambigua¬mente, y la única forma de escaparse de la ambigüedad es me¬diante una percepción clara. 6La mente retorna a su verdadera función únicamente cuando su voluntad es gozar de conoci¬miento. 7Esto la pone al servicio del espíritu, donde la percepción cambia. 8La mente elige dividirse a sí misma cuando elige inven¬tar sus propios niveles. 9Pero no puede separarse completamente del espíritu, ya que de éste es de donde deriva todo su poder para fabricar o para crear. 10Aun en la creación falsa la mente está afir¬mando su Origen, pues, de otro modo, simplemente dejaría de existir. 11Esto último, no obstante, es imposible, ya que la mente le pertenece al espíritu que Dios creó, y que, por lo tanto, es eterno. 6. La capacidad de percibir hizo que el cuerpo fuese posible, ya que tienes que percibir algo y percibirlo con algo. 2Por eso es por lo que la percepción siempre entraña un intercambio o interpreta¬ción que el conocimiento no requiere. 3La función interpretativa de la percepción, que es una forma de creación distorsionada, te permitió entonces llegar a la conclusión de que tú eres tu cuerpo, en un intento de escapar del conflicto que tú mismo habías provo¬cado. 4El espíritu, que goza de absoluto conocimiento, no pudo avenirse a esta pérdida de poder, ya que es incapaz de albergar oscuridad. 5Esto hizo que el espíritu fuese casi inaccesible a la mente y completamente inaccesible al cuerpo. 6A partir de ahí, se percibió al espíritu como una amenaza, puesto que la luz disipa la oscuridad al mostrarte simplemente que ésta no se encuentra ahí. 7La verdad siempre prevalecerá sobre el error de este modo. 8No puede ser éste un proceso activo de corrección porque, como ya he puesto de relieve, el conocimiento no hace nada. 9Puede ser percibido como un agresor, pero no puede atacar. 10Lo que tú per¬cibes como su ataque es tu propio vago reconocimiento de que el conocimiento siempre se puede recordar, al no haber sido jamás destruido. 7. Dios y Sus creaciones permanecen a salvo, y saben, por lo tanto, que no existe ninguna creación falsa. 2La verdad no puede lidiar con los errores que tú deseas conservar. 3Yo fui un hombre que recordó al espíritu y su conocimiento. 4Como hombre no traté de contrarrestar los errores con el conocimiento, sino de corregir el error de raíz. 5Demostré tanto la impotencia del cuerpo como el poder de la mente. 6Al unir mi voluntad con la de mi Creador, recordé naturalmente al espíritu y su verdadero propósito. 7Yo no puedo unir tu voluntad a la de Dios por ti, pero puedo borrar todas las percepciones falsas de tu mente si la pones bajo mi tutela. 8Sólo tus percepciones falsas se interponen en tu camino. 9Sin ellas, no hay duda de la alternativa que elegirías. 10Pues una percepción sana induce a una elección sana. 11No puedo elegir por ti, pero puedo ayudarte a que elijas correctamente. 12"Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos" debería rezar: "Todos son llamados, pero son pocos los que eligen escuchar." 13Por lo tanto, no eligen correctamente. 14Los "escogidos" son sencillamente los que eligen correctamente más pronto. 15Las mentes sanas pueden hacer esto ahora, y al hacerlo hallarán descanso para sus almas. 16Dios te conoce sólo en paz, y ésa es tu única realidad. V. Más allá de la percepción 1. He dicho que las capacidades que ahora posees no son sino sombras de tu verdadera fortaleza, y que la percepción, que es intrínsecamente enjuiciadora, comenzó sólo después de la separa¬ción. 2Desde entonces nadie ha estado seguro de nada. 3He dejado claro asimismo que la resurrección fue el medio para regresar al conocimiento, lo cual se logró mediante la unión de mi voluntad con la de mi Padre. 4Es oportuno ahora establecer una distinción que ha de clarificar algunos de los postulados que se presentarán más adelante. 2. Desde que se produjo la separación ha habido una gran confu¬sión entre las palabras "crear" y "fabricar" : 2Cuando fabricas algo, lo haces como resultado de una sensación específica de carencia o de necesidad. 3Nada que se haya hecho con un propósito especí¬fico tiene la capacidad de poder generalizarse. 4Cuando haces algo para remediar lo que percibes como una insuficiencia, estás afirmando tácitamente que crees en la separación. 5El ego ha inventado un gran número de sistemas de pensamiento ingenio¬sos con ese propósito. 6Mas ninguno de ellos es creativo. 7La inventiva, aun en su manifestación más ingeniosa, es un esfuerzo en vano. 8Su naturaleza sumamente específica apenas se compara con la creatividad abstracta de las creaciones de Dios. 3. El conocimiento, como ya hemos observado, no conduce a la acción. 2Tu confusión entre tu verdadera creación y lo que has hecho de ti mismo es tan grande que se te ha hecho literalmente imposible saber nada. 3El conocimiento es siempre estable, y es evidente que tú no lo eres. 4Aun así, eres perfectamente estable tal como Dios te creó. 5En ese sentido, cuando tu comportamiento es inestable, estás en desacuerdo con la Idea que Dios tiene acerca de tu creación. 6Puedes hacer esto si así lo eliges, mas no querrías hacerlo si estuvieses en tu mente recta. 4. La pregunta fundamental que continuamente te haces no pue¬des propiamente dirigírtela a ti mismo. 2Continúas preguntán¬dote qué es lo que eres, 3lo cual implica no sólo que sabes la respuesta, sino que es a ti a quien le corresponde proveerla. 4No obstante, es imposible que puedas percibirte a ti mismo correcta¬mente. 5No tienes una imagen que puedas percibir. 6La palabra "imagen" está siempre vinculada a la percepción y no forma parte del conocimiento. 7Las imágenes son simbólicas y representan algo diferente de ellas mismas. 8La idea de "cambiar tu imagen" reconoce el poder de la percepción, pero implica también que no hay nada estable en ti que se pueda conocer. 5. El conocimiento no está sujeto a interpretaciones. 2Puedes tratar de "interpretar" el significado de algo, pero en eso siempre existe la posibilidad de equivocarse porque se refiere a la percepción que se tiene del significado. 3Tales incongruencias son el resultado de tus intentos de considerarte a ti mismo separado y no-separado al mismo tiempo. 4Es imposible incurrir en una confusión tan funda¬mental sin aumentar aún más tu confusión general. 5Tu mente podrá haber llegado a ser muy ingeniosa, pero como siempre ocu¬rre cuando el método y el contenido están en desacuerdo, la usas en un fútil intento de escaparte de un callejón sin salida. 6La inge¬niosidad no tiene nada que ver con el conocimiento, pues el cono¬cimiento no requiere ingeniosidad. 7El pensamiento ingenioso no es la verdad que te hará libre, pero te librarás de la necesidad de usarlo una vez que estés dispuesto a prescindir de él. 6. La oración es una forma de pedir algo. 2Es el vehículo de los milagros. 3Mas la única oración que tiene sentido es la del perdón porque los que han sido perdonados lo tienen todo. 4Una vez que se ha aceptado el perdón, la oración, en su sentido usual, deja de tener sentido. 5La oración del perdón no es más que una petición para que puedas reconocer lo que ya posees. 6Cuando elegiste la percepción en vez del conocimiento, te colocaste en una posición en la que sólo percibiendo milagrosamente podías parecerte a tu Padre. 7Has perdido el conocimiento de que tú mismo eres un milagro de Dios. 8La creación es tu Fuente y es también la única función que verdaderamente tienes. 7. La afirmación "Dios creó al hombre a imagen y semejanza pro¬pia" necesita ser reinterpretada. 2"Imagen" puede entenderse como "pensamiento", y "semejanza" como "de una calidad semejante." 3Dios efectivamente creó al espíritu en Su Propio Pensa¬miento y de una calidad semejante a la Suya Propia. 4No hay nada más. 5La percepción, por otra parte, no puede tener lugar sin la creencia en "más" y en "menos". 6La percepción entraña selectivi¬dad a todo nivel. 7Es un proceso continuo de aceptación y rechazo, de organización y reorganización, de substitución y cam¬bio. 8Evaluar es un aspecto esencial de la percepción, ya que para poder seleccionar es necesario juzgar. 8. ¿Qué le ocurre a la percepción en ausencia de juicios, o de nada que no sea perfecta igualdad? 2Percibir se vuelve imposible. 3La verdad sólo se puede conocer. 4Toda ella es igualmente verdadera, y, conocer cualquier parte de ella es conocerla en su totalidad. 5Unicamente la percepción entraña una conciencia parcial. 6El conocimiento transciende las leyes que gobiernan la percepción porque un conocimiento parcial es imposible. 7El conocimiento es uno y no tiene partes separadas. 8Tú que eres realmente uno con él, sólo necesitas conocerte a ti mismo para que tu conocimiento sea total. 9Conocer el milagro de Dios es conocerlo a Él. 9. El perdón es lo que sana la percepción de la separación. 2Es necesario que percibas correctamente a tu hermano debido a que las mentes han elegido considerarse a sí mismas como entidades separadas. 3El espíritu tiene absoluto conocimiento de Dios. 4En eso radica su poder milagroso. 5El hecho de que cada uno de nosotros disponga de ese poder en su totalidad es una condición enteramente ajena al pensar del mundo. 6El mundo cree que si alguien lo tiene todo, no queda nada para los demás. 7Mas los milagros de Dios son tan totales como Sus Pensamientos porque son Sus Pensamientos. 10. Mientras continúe habiendo percepción, la oración será necesa¬ria. 2Puesto que la percepción se basa en la escasez, los que perci¬ben no han aceptado totalmente la Expiación ni se han entregado a la verdad. 3La percepción se basa en un estado de separación, así que todo aquel que de alguna manera percibe, tiene necesidad de curación. 4El estado natural de los que gozan de conocimiento es la comunión, no la oración. 5Dios y Su milagro son inseparables. 6¡Cuán bellos son en verdad los Pensamientos de Dios que viven en Su Luz! 7Tu valía está más allá de la percepción porque está más allá de toda duda. 8No te percibas a ti mismo bajo ninguna otra luz. 9Conócete en la Única Luz en la que el milagro que eres se alza en perfecta claridad. VI. Los juicios y el problema de la autoridad 1. Hemos hablado ya del juicio Final, aunque no con gran detalle. 2Después del juicio Final no habrá ningún otro. 3Dicho juicio es simbólico porque más allá de la percepción no hay juicios. 4Cuando la Biblia dice "No juzguéis y no seréis juzgados" lo que quiere decir es que si juzgas la realidad de otros no podrás evitar juzgar la tuya propia. 2. La decisión de juzgar en vez de conocer es lo que nos hace perder la paz. 2Juzgar es el proceso en el que se basa la percep¬ción, pero no el conocimiento. 3He hecho referencia a esto ante¬riormente al hablar de la naturaleza selectiva de la percepción, y he señalado que la evaluación es obviamente su requisito previo. 4Los juicios siempre entrañan rechazo. 5Nunca ponen de relieve solamente los aspectos positivos de lo que juzgan, ya sea en ti o en otros. 6Lo que se ha percibido y se ha rechazado, o lo que se ha juzgado y se ha determinado que es imperfecto permanece en tu mente porque ha sido percibido. 7Una de las ilusiones de las que adoleces es la creencia de que los juicios que emites no tienen ningún efecto. 8Esto no puede ser verdad a menos que también creas que aquello contra lo que has juzgado no existe. 9Obvia¬mente no crees esto, pues, de lo contrario, no lo habrías juzgado. 10En última instancia, no importa si tus juicios son acertados o no, 11pues, en cualquier caso, estás depositando tu fe en lo irreal. 12Esto es inevitable, independientemente del tipo de juicio de que se trate, ya que juzgar implica que abrigas la creencia de que la realidad está a tu disposición para que puedas seleccionar de ella lo que mejor te parezca. 3. No tienes idea del tremendo alivio y de la profunda paz que resultan de estar con tus hermanos o contigo mismo sin emitir juicios de ninguna clase. 2Cuando reconozcas lo que eres y lo que tus hermanos son, te darás cuenta de que juzgarlos de cualquier forma que sea no tiene sentido. 3De hecho, pierdes el significado de lo que ellos son precisamente porque los juzgas. 4Toda incerti¬dumbre procede de la creencia de que es imprescindible juzgar. 5No tienes que juzgar para organizar tu vida, y definitivamente no tienes que hacerlo para organizarte a ti mismo. 6En presencia del conocimiento todo juicio queda, automáticamente suspendido, y éste es el proceso que le permite al conocimiento reemplazar a la percepción. 4. Tienes miedo de todo aquello que has percibido y te has negado a aceptar. 2Crees que por haberte negado a aceptarlo has perdido control sobre ello. 3Por eso es por lo que lo ves en pesadillas, o disfrazado bajo apariencias agradables en lo que parecen ser tus sueños más felices. 4Nada que te hayas negado a aceptar puede ser llevado a la conciencia. 5De por sí, no es peligroso, pero tú has hecho que a ti te parezca que lo es. 5. Cuando te sientes cansado es porque te has juzgado a ti mismo como capaz de estar cansado. 2Cuando te ríes de alguien es por¬que has juzgado a esa persona como alguien que no vale nada. 3Cuando te ríes de ti mismo no puedes por menos que reírte de los demás, aunque sólo sea porque no puedes tolerar la idea de ser menos que ellos. 4Todo esto hace que te sientas cansado, ya que es algo básicamente descorazonador. 5No eres realmente capaz de estar cansado, pero eres muy capaz de agotarte a ti mismo. 6La fatiga que produce el juzgar continuamente es algo realmente intolerable. 7Es curioso que una habilidad tan debili¬tante goce de tanta popularidad. 8No obstante, si deseas ser el autor de la realidad, te empeñarás en aferrarte a los juicios. 9También les tendrás miedo, y creerás que algún día serán usados con¬tra ti. 10Sin embargo, esta creencia sólo puede existir en la medida en que creas en la eficacia de los juicios como un arma para defender tu propia autoridad. 6. Dios ofrece únicamente misericordia. 2Tus palabras deben reflejar sólo misericordia porque eso es lo que has recibido y eso es lo que deberías dar. 3La justicia es un expediente temporal, o un intento de enseñarte el significado de la misericordia. 4Es juz¬gadora únicamente porque tú eres capaz de cometer injusticias. 7. He hablado de distintos síntomas, y, a ese nivel, la variedad de los mismos es casi infinita. 2Todos ellos tienen, no obstante, una sola causa: el problema de la autoridad. 3Ésta es "la raíz de todo mal". 4Cada síntoma que el ego inventa es una contradicción debido a que la mente está dividida entre el ego y el Espíritu Santo, de tal modo que cualquier cosa que el ego haga es parcial y contradictoria. 5Esta posición insostenible es el resultado del problema de la autoridad que, al aceptar como premisa el único pensamiento inconcebible, sólo puede producir ideas que a su vez son inconcebibles. 8. El problema de la autoridad es en realidad una cuestión de autoría. 2Cuando tienes un problema de autoridad, es siempre porque crees ser tu propio autor y proyectas ese engaño sobre los demás. 3Percibes entonces la situación como una en que los demás están literalmente luchando contigo para arrebatarte tu autoría. 4Éste es el error fundamental de todos aquellos que creen haber usurpado el poder de Dios. 5Esta creencia les resulta aterradora, pero a Dios ni siquiera le inquieta. 6Él está deseoso, no obstante, por erradicarla, no como un castigo para Sus Hijos, sino tan sólo porque sabe que les produce infelicidad. 7Las creaciones de Dios disponen de la verdadera Autoría, mas tú prefieres permanecer anónimo cuando eliges separarte de tu Autor. 8Al no tener certeza con respecto a Quién es tu verdadero Autor, crees que tu creación fue anónima. 9Esto te pone en una situación en la que lo único que parece tener sentido es creer que tú te creaste a ti mismo. 10La disputa acerca de quién es tu autor ha dejado a tu mente en tal estado de incertidumbre que ésta puede incluso llegar a dudar de que tú realmente existas. 9. Sólo los que abandonan todo deseo de rechazar pueden saber que es imposible que ellos puedan ser rechazados. 2No has usur¬pado el poder de Dios, pero lo has perdido. 3Afortunadamente, perder algo no significa que haya desaparecido. 4Significa simple¬mente que no recuerdas dónde está. 5Su existencia no depende de que puedas identificarlo, o incluso localizarlo. 6Es posible contem¬plar la realidad sin juzgar y simplemente saber que está ahí. 10. La paz es el patrimonio natural del espíritu. 2Todo el mundo es libre de rechazar su herencia, pero no de establecer lo que ésta es. 3El problema que todos tienen que resolver es la cuestión funda¬mental de la autoría. 4Todo miedo procede en última instancia, y a veces por rutas muy tortuosas, de negar la verdadera Autoría. 5La ofensa no es nunca contra Dios, sino contra aquellos que lo niegan. 6Negar Su Autoría es negarte a ti mismo la razón de tu paz, de modo que sólo te puedes ver a ti mismo fragmentado. 7Esta extraña percepción es el problema de la autoridad. 11. No hay nadie que de una manera u otra no se sienta aprisio¬nado. 2Si ése es el resultado de su libre albedrío, tiene, por ende, que considerar que su voluntad no es libre, o, de lo contrario, el razonamiento circular de esta premisa sería evidente. 3El libre albedrío no puede sino conducir a la libertad. 4Los juicios siempre aprisionan, ya que fragmentan la realidad con las inestables balanzas del deseo. 5Los deseos no son hechos. 6Desear implica que ejercer la voluntad no es suficiente. 7Sin embargo, nadie que esté en su mente recta podría creer que lo que desea es tan real como lo que su voluntad dispone. 8En vez de "Busca primero el Reino de los Cielos" di: "Que tu voluntad sea antes que nada alcan¬zar el Reino de los Cielos" y habrás dicho: "Sé lo que soy y acepto mi herencia”. VII. Crear en contraposición a fabricar una imagen propia 1. Todo sistema de pensamiento tiene que tener un punto de par¬tida. 2Empieza ya sea creando o fabricando, diferencia ésta a la que ya hemos hecho referencia. 3La semejanza entre ambas cosas reside en el poder que tienen como cimientos. 4Su diferencia, en lo que descansa sobre ellas. 5Ambas son piedras angulares de sistemas de creencias por las que uno rige su vida. 6Creer que un sis¬tema de pensamiento basado en mentiras es débil es un error. 7Nada que un Hijo de Dios haya hecho carece de poder. 8Es esen¬cial que te des cuenta de esto, pues, de lo contrario, no podrás escapar de la prisión que tú mismo has construido. 2. No puedes resolver el problema de la autoridad menospre¬ciando el poder de tu mente. 2Hacer esto es engañarte a ti mismo, y ello te hará daño porque realmente comprendes el poder de la mente. 3Comprendes también que no puedes debilitarla, de la misma manera en que tampoco puedes debilitar a Dios. 4El "dia¬blo" es un concepto aterrador porque parece ser sumamente poderoso y sumamente dinámico. 5Se le percibe como una fuerza que lucha contra Dios por la posesión de Sus creaciones. 6El dia¬blo engaña con mentiras, y erige reinos en los que todo está en directa oposición a Dios. 7Sin embargo, atrae a los hombres en vez de repelerlos, y éstos están dispuestos a "venderle" sus almas a cambio de regalos sin ningún valor. 8Esto no tiene ningún sentido. 3. Hemos hablado ya de la caída o separación, mas su significado tiene que comprenderse claramente. 2La separación es un sistema de pensamiento que si bien es bastante real en el tiempo, en la eternidad no lo es en absoluto. 3Para el creyente todas sus creen¬cias son ciertas. 4En el jardín simbólico se "prohibió" la fruta de un solo árbol. 5Mas Dios no pudo haberla prohibido, o, de lo contra¬rio, nadie la habría podido comer. 6Si Dios conoce a Sus Hijos, y yo te aseguro que los conoce, ¿cómo iba a ponerles en una situa¬ción en la que su propia destrucción fuese posible? 7AI "árbol pro¬hibido" se le llamó "el árbol del conocimiento". 8Sin embargo, Dios creó el conocimiento y se lo otorgó libremente a todas Sus creacio¬nes. 9Este simbolismo se ha interpretado de muchas maneras, pero puedes estar seguro de que cualquier interpretación que con¬ciba a Dios o a Sus creaciones como capaces de destruir Su Propio propósito es errónea. 4. Comer de la fruta del árbol del conocimiento es una expresión que simboliza la usurpación de la capacidad de auto-crearse. 2Solamente en este sentido no son Dios y Sus creaciones co-creado¬res. 3La creencia de que lo son está implícita en el "auto-concepto", o sea, la tendencia del ser a forjar una imagen de sí mismo. 4Las imágenes sólo se pueden percibir, no conocer. 5El conocimiento no puede engañar, pero la percepción sí. 6Puedes percibirte como tu propio creador, pero lo que a lo sumo puedes hacer es creerlo. 7No puedes hacer que sea verdad. 8Y como dije anteriormente, cuando por fin percibas correctamente no podrás sino alegrarte de que así sea. 9Hasta entonces, empero, la creencia de que sí puedes es la piedra angular de tu sistema de pensamiento, y utili¬zas todas tus defensas para atacar las ideas que podrían ponerla al descubierto. 10Todavía crees que eres una imagen que tú mismo fabricaste. "Tu mente está en desacuerdo con el Espíritu Santo en este punto, y no hay posibilidad de resolver esto mien¬tras te empeñes en creer lo que es literalmente inconcebible. 12Ésa es la razón de que no puedas crear y de que tengas miedo de todo lo que fabricas. 5. La mente puede hacer que la creencia en la separación sea muy real y aterradora, y esta creencia es lo que es el "diablo". 2Es una idea poderosa, dinámica y destructiva que está en clara oposición a Dios debido a que literalmente niega Su Paternidad. 3Examina tu vida y observa lo que el diablo ha hecho. 4Pero date cuenta de que eso que ha hecho se desvanecerá completamente a la luz de la verdad, ya que su cimiento es una mentira. 5El hecho de que Dios te haya creado constituye el único cimiento que no puede ser debilitado, ya que la luz se encuentra en él. 6Tu punto de partida es la verdad, y tienes que retornar a tu Origen. 7Mucho se ha visto desde entonces, pero en realidad no ha ocurrido nada. 8Tu Ser no ha dejado de estar en paz, a pesar de que tu mente está en conflicto. 9Todavía no has retornado lo suficiente, y de ahí que tengas tanto miedo. 10A medida que te acercas a tu Origen, expe¬rimentas el miedo a la destrucción de tu sistema de pensamiento como si se tratase del miedo a la muerte. 11Pero la muerte no existe. aLo que existe es la creencia en la muerte. 6. La rama que no da fruto será cortada y se secará. 2¡Alégrate de que sea así! 3La luz brillará desde la verdadera Fuente de la vida, y tu forma de pensar quedará corregida. 4No puede ser de otra manera. 5Tú que tienes miedo de la salvación estás eligiendo la muerte. 6Vida y muerte, luz y oscuridad, conocimiento y percepción, son conceptos irreconciliables. 7Creer que se pueden re¬conciliar es creer que Dios y Su Hijo no pueden reconciliarse. 8Sólo la unicidad* del conocimiento está libre de conflicto. 9Tu reino no es de este mundo porque te fue dado desde más allá de él. 10La idea de un problema de autoridad tiene sentido única¬mente en este mundo. 11Al mundo no se le abandona mediante la muerte sino mediante la verdad, y la verdad sólo la pueden cono¬cer aquellos para quienes el Reino fue creado, y por quienes espera. Capítulo 4 LAS ILUSIONES DEL EGO Introducción 1. La Biblia dice que si un hermano te pide que camines con él una milla, que le acompañes dos. 2Ciertamente no sugiere que le retrases en su viaje. 3Tu dedicación a un hermano no puede tam¬poco retrasarte a ti. 4Sólo puede conducir a un progreso mutuo. 5El resultado de una dedicación genuina es la inspiración, pala¬bra que, si se entiende correctamente, es lo opuesto a la fatiga. 6Estar fatigado es estar des-animado, mas estar inspirado es estar en el espíritu. 7Ser egocéntrico es estar des-animado, mas estar centrado en Sí Mismo, en el buen sentido de la expresión, es estar inspirado o en el espíritu. 8Los verdaderamente inspirados están iluminados y no pueden morar en las tinieblas. 2. Puedes hablar desde el espíritu o desde el ego, según elijas. 2Si hablas desde el espíritu es que has decidido acatar las palabras "Detente y reconoce que yo soy Dios". 3Éstas son palabras inspi¬radas porque reflejan conocimiento. 4Si hablas desde el ego estás renegando del conocimiento en vez de ratificándolo, y, por lo tanto, estás des-animándote. 5No te embarques en viajes inútiles, pues ciertamente no llevan a ninguna parte. 6Puede que el ego los desee, pero el espíritu no puede emprenderlos porque nunca está dispuesto a apartarse de sus Cimientos. 3. El viaje a la cruz debería ser el último "viaje inútil". 2No sigas pensando en él, sino dalo por terminado. 3Si puedes aceptarlo como tu último viaje inútil, serás libre también de unirte a mi resurrección. 4Hasta que no lo hagas, estarás desperdiciando tu vida, 5ya que ésta simplemente seguirá siendo una repetición de la separación, de la pérdida de poder, de los esfuerzos fútiles que el ego lleva a cabo en busca de compensación y, finalmente, de la crucifixión del cuerpo o muerte. 6Estas repeticiones continuarán indefinidamente hasta que voluntariamente se abandonen. 7No cometas el patético error de "aferrarte a la vieja y rugosa cruz". 8El único mensaje de la crucifixión es que puedes superar la cruz. 9Hasta que no la superes eres libre de seguir crucificándote tan a menudo como quieras. 10Éste no es el Evangelio que quise ofrecerte. 11Tenemos otro viaje que emprender, y si lees cuidadosa¬mente las lecciones que aquí se ofrecen, éstas te ayudarán a pre¬pararte para emprenderlo. I. La enseñanza y el aprendizaje correctos 1. Un buen maestro clarifica sus propias ideas y las refuerza al enseñarlas. 2En el proceso de aprendizaje tanto el maestro como el alumno están a la par. 3Ambos se encuentran en el mismo nivel de aprendizaje, y a menos que compartan sus lecciones les faltará convicción. 4Un buen maestro debe tener fe en las ideas que enseña, pero tiene que satisfacer además otra condición: debe tener fe en los estudiantes a quienes ofrece sus ideas. 2. Muchos montan guardia en torno a sus ideas porque quieren conservar sus sistemas de pensamiento intactos, y aprender signi¬fica cambiar. 2Los que creen estar separados siempre temen cam¬biar porque no pueden concebir que los cambios sean un paso hacia adelante en el proceso de subsanar la separación. 3Siempre los perciben como un paso hacia una mayor separación, debido a que la separación fue su primera experiencia de cambio. 4Crees que si no permites ningún cambio en tu ego alcanzarás la paz. 5Esta marcada confusión sólo puede tener lugar si sostienes que un mismo sistema de pensamiento puede erigirse sobre dos cimientos distintos. 6Nada puede llegar al espíritu desde el ego, ni nada puede llegar al ego desde el espíritu. 7El espíritu no puede ni reforzar al ego, ni aminorar el conflicto interno de éste. 8El ego en sí es una contradicción. 9Tu falso ser y el Ser de Dios están en oposición. 10Y lo están con respecto a sus orígenes, rumbos y de¬senlaces. 11Son fundamentalmente irreconciliables porque el espí¬ritu no puede percibir y el ego no puede gozar de conocimiento. 12No están, por lo tanto, en comunicación, ni jamás lo podrán estar. 13El ego, sin embargo, puede aprender, aún cuando su hace¬dor esté desencaminado. 14Este, no obstante, no puede hacer que lo que fue infundido con vida sea completamente exánime. 3. El espíritu no tiene necesidad de que se le enseñe nada, pero el ego sí. 2El proceso de aprender se percibe, en última instancia, como algo aterrador porque conduce, no a la destrucción del ego, sino al abandono de éste a la luz del espíritu. 3Éste es el cambio que el ego no puede sino temer, puesto que no comparte mi cari¬dad. 4La lección que yo tuve que aprender es la misma que tú tienes que aprender ahora, y puesto que la aprendí, puedo ense¬ñártela. 5Nunca atacaré a tu ego, si bien estoy tratando de enseñar¬te cómo surgió su sistema de pensamiento. 6Cuando te recuerdo tu verdadera creación, tu ego no puede por menos que reaccionar con miedo. 4. Aprender y enseñar son los mayores recursos de que dispones ahora porque te permiten cambiar de mentalidad y ayudar a otros a hacer lo mismo. 2Negarte a cambiar de mentalidad no consegui¬ría probar que la separación no ocurrió. 3El soñador que duda de la realidad de su sueño mientras todavía está soñando no está realmente sanando su mente dividida. 4Tú sueñas con un ego separado y crees en el mundo que se basa en él. 5Todo ello te parece muy real. 6No puedes deshacerlo sin cambiar de mentali¬dad al respecto. 7Si estás dispuesto a renunciar al papel de guar¬dián de tu sistema de pensamiento y ofrecérmelo a mí, yo lo corregiré con gran delicadeza y te conduciré de regreso a Dios. 5. Todo buen maestro espera impartir a sus estudiantes tanto de lo que él mismo ha aprendido que algún día dejen de necesitarle. 2Este es el verdadero y único objetivo del maestro. 3Es imposible convencer al ego de esto porque va en contra de todas sus leyes. 4Pero recuerda que las leyes se promulgan para proteger la continuidad del sistema en que cree el que las promulga. 5Es natural que el ego trate de protegerse a sí mismo una vez que lo inven¬taste, pero no es natural que desees obedecer sus leyes a menos que tú creas en ellas. 6El ego no puede tomar esta decisión debido a la naturaleza de su origen. 7Pero tú puedes tomarla debido a la naturaleza del tuyo. 6. Los egos pueden chocar en cualquier situación, pero es imposi¬ble que el espíritu choque en absoluto. 2Si percibes a un maestro simplemente como "un ego más grande" sentirás miedo, ya que agrandar un ego es aumentar la ansiedad que produce la separa¬ción. 3Enseñaré contigo y viviré contigo si estás dispuesto a pensar conmigo, pero mi objetivo será siempre eximirte finalmente de la necesidad de un maestro. 4Esto es lo opuesto al objetivo del maestro que se deja guiar por el ego. 5A ése sólo le interesa el efecto que su ego pueda tener sobre otros egos, y, por consi¬guiente, interpreta la interacción entre ellos como un medio de conservar su propio ego. 6Yo no podría dedicarme a enseñar si creyese eso, y tú no serás un maestro dedicado mientras lo creas. 7Se me percibe constantemente como un maestro al que hay que exaltar o rechazar, pero yo no acepto ninguna de esas dos percep¬ciones de mí mismo. 7. El que enseñes o aprendas no es lo que establece tu valía. 2Tu valía la estableció Dios. 3Mientras sigas oponiéndote a esto, todo lo que hagas te dará miedo, especialmente aquellas situaciones que tiendan a apoyar la creencia en la superioridad o en la infe¬rioridad. 4Los maestros tienen que tener paciencia y repetir las lecciones que enseñan hasta que éstas se aprendan. 5Yo estoy dispuesto a hacer eso porque no tengo derecho a fijar los límites de tu aprendizaje por ti. 6Una vez más: nada de lo que haces, piensas o deseas es necesario para establecer tu valía. 7Este punto no es debatible excepto en fantasías. 8Tu ego no está nunca en entredi¬cho porque Dios no lo creó. 9Tu espíritu no está nunca en entre¬dicho porque Él lo creó. 10Cualquier confusión al respecto es ilusoria, y, mientras perdure esa ilusión, no es posible tener dedi¬cación alguna. 8. El ego trata de explotar todas las situaciones para vanaglo¬riarse, a fin de superar sus propias dudas. 2Seguirá lleno de dudas mientras tú sigas creyendo en su existencia. 3Tú que lo inventaste no puedes tener confianza en él porque cuando estás en tu mente recta te das cuenta de que no es real. 4La única solución cuerda es no tratar de cambiar la realidad -lo cual sería ciertamente aterra¬dor- sino aceptarla tal como es. 5Tú formas parte de la realidad, la cual permanece inmutable más allá del alcance del ego, aunque fácilmente al alcance del espíritu. 6Cuando sientas miedo, aquié¬tate y reconoce que Dios es real, y que tú eres Su Hijo amado en quien Él se complace. 7No dejes que tu ego refute esto porque el ego no puede conocer algo que está tan lejos de su alcance como lo estás tú. 9. Dios no es el autor del miedo. 2El autor del miedo eres tú. 3Has elegido crear en forma diferente a como crea Él, y, por lo tanto, has hecho posible el que puedas tener miedo. 4No estás en paz porque no estás desempeñando tu función. 5Dios te encomendó una función, muy elevada que no estás llevando a cabo. 6Tu ego ha elegido estar atemorizado en vez de llevarla a cabo. 7Cuando despiertes te será imposible entender esto porque es literalmente increíble. 8No creas lo increíble ahora. 9Cualquier intento de incre¬mentar su credibilidad es simplemente un intento de posponer lo inevitable. 10La palabra "inevitable" le causa terror al ego, pero es motivo de júbilo para el espíritu. 11Alcanzar a Dios es inevitable, y tú no puedes eludirlo, de la misma manera en que Él no te puede eludir a ti. 10. El ego tiene miedo del gozo del espíritu porque una vez que lo hayas experimentado dejarás de proteger y de atribuirle valor al miedo. 2Le atribuyes gran valor ahora porque el miedo es un tes¬tigo de la separación, y tu ego se regocija cuando das testimonio de ella. 3¡Repúdialo! 4No le escuches ni le ampares. 5Escucha únicamente a Dios, que es tan incapaz de engañar como lo es el espí¬ritu que Él creó. 6Libérate y libera a otros. 7No les ofrezcas a los demás una imagen de ti mismo falsa e indigna, ni tampoco acep¬tes una imagen similar de ellos. 11. El ego ha construido para ti un hogar mísero e inhóspito por¬que no puede construir de ninguna otra manera. 2No trates de mantener en pie ese hogar ruinoso. 3En su debilidad radica tu fuerza. 4Sólo Dios pudo erigir un hogar digno de Sus creaciones, las cuales han elegido dejarlo vacío, desahuciándose así a sí mis-mas. 5No obstante, Su hogar seguirá en pie eternamente, listo para cuando decidas entrar a ocuparlo. 6De esto puedes estar comple¬tamente seguro: 7Dios es tan incapaz de crear lo perecedero como el ego de fabricar lo eterno. 12. Desde tu ego no puedes hacer nada para salvarte o para salvar a otros, pero desde tu espíritu puedes hacer cualquier cosa para salvar a otros o para salvarte a ti mismo. 2La humildad es una lección para el ego, no para el espíritu. 3El espíritu está más allá de la humildad porque reconoce su esplendor y gustosamente irra¬dia su luz por todas partes. 4Los mansos heredarán la tierra por¬que sus egos son humildes, y esto hace que su percepción sea más fidedigna. 5El Reino de los Cielos es el derecho del espíritu, cuya belleza y dignidad están mucho más allá de cualquier duda, más allá de la percepción, y se alzan para siempre como las señales del Amor de Dios hacia Sus creaciones, las cuales son absolutamente dignas de Él y sólo de Él. 6Ninguna otra cosa es lo suficientemente valiosa como para poder ser una ofrenda para una creación de Dios Mismo. 13. Yo seré un substituto de tu ego si así lo deseas, pero nunca de tu espíritu. 2Un padre puede dejar su hijo al cuidado de un her¬mano mayor que haya demostrado ser responsable, pero esto no entraña confusión alguna acerca de quién es el padre. 3El her¬mano puede proteger el cuerpo y el ego del niño, pero eso no lo lleva a creer que él sea el padre. 4Me puedes confiar tu cuerpo y tu ego debido únicamente a que eso te permite desentenderte de ellos y me deja mostrarte que no son importantes. 5Yo no podría entender lo importantes que son para ti si yo mismo no hubiese estado tentado de creer en ellos. 6Aprendamos juntos esta lección para que juntos podamos liberarnos de tu cuerpo y de tu ego. 7Necesito maestros dedicados que compartan mi objetivo de sanar a la mente. 8El espíritu no tiene ninguna necesidad de que ni tú ni yo lo protejamos. 9Recuerda lo siguiente: 10En este mundo no hay por qué tener tribulaciones porque yo he vencido al mundo. "Por eso es por lo que debes estar animado. II. El ego y la falsa autonomía 1. Es razonable preguntarse cómo pudo la mente haber inventado al ego. 2De hecho, ésa es la mejor pregunta que puedes hacerte. 3Sin embargo, no tiene objeto dar una respuesta en función del pasado porque el pasado no importa, y la historia no existiría si los mismos errores no siguiesen repitiéndose en el presente. 4El pensamiento abstracto es pertinente al conocimiento porque el conocimiento es algo completamente impersonal, y para enten¬derlo no se necesita ningún ejemplo. 5La percepción, por otra parte, es siempre específica y, por lo tanto, concreta. 2. Todo el mundo, inventa un ego o un yo para sí mismo, el cual está sujeto a enormes variaciones debido a su inestabilidad. 2Tam¬bién inventa un ego para cada persona a la que percibe, el cual es igualmente variable. 3Su interacción es un proceso que los altera a ambos porque no fueron creados por el Inalterable o mediante Él. 4Es importante darse cuenta de que esta alteración ocurre con igual facilidad tanto si la interacción tiene lugar en la mente como si entraña proximidad física. 5Pensar acerca de otro ego es tan eficaz en el proceso de cambiar la percepción relativa como lo es la interacción física. 6No puede haber mejor ejemplo que éste de que el ego es solamente una idea y no un hecho. 3. Tu propio estado mental es un buen ejemplo de cómo fue inventado el ego. 2Cuando repudiaste el conocimiento fue como si jamás lo hubieses tenido. 3Esto es tan evidente que basta con que lo reconozcas para constatar que eso es lo que en realidad ocurre. 4Y si eso ocurre en el presente, ¿por qué habría de sorprenderte que hubiese ocurrido en el pasado? 5Asombrarnos ante lo inusual es una reacción comprensible, pero asombrarnos ante algo que ocurre con tanta frecuencia no lo es en absoluto. 6No olvides, no obstante, que la mente no tiene por qué operar así, aunque así es como opera ahora. 4. Piensa en el amor que los animales sienten por sus crías y en la necesidad que sienten de protegerlas. 2Eso se debe a que las consideran parte de sí mismos: 3Nadie repudia lo que considera parte de sí mismo. 4La manera en que reaccionas ante tu ego es similar a como Dios reacciona ante Sus creaciones con amor; con protec¬ción y con caridad, 5Tus reacciones ante el yo que inventaste no son sorprendentes. 6De hecho, son muy similares a la forma en que algún día reaccionarás ante tus creaciones reales, las cuales son tan eternas como tú. 7No es cuestión, por lo tanto; de cómo reaccionas ante el ego, sino de lo que crees ser. 8Creer es una función del ego, y mientras tu origen siga sujeto a interpretaciones lo seguirás viendo desde el punto de vista del ego. 9Cuando el aprendizaje deje de ser necesario, simplemente conocerás a Dios. 10La creencia de que hay otra forma de percibir es la idea más sublime de que es capaz el pensamiento del ego. 11Ello se debe a que dicha idea reconoce, aunque sea mínimamente, que el ego no es el Ser. 5. Socavar el sistema de pensamiento del ego no puede sino perci¬birse como un proceso doloroso, aunque no hay nada que esté más lejos de la verdad. 2Los bebés gritan de rabia cuando se les quita un cuchillo o unas tijeras; a pesar de que, si no se hiciese, podrían lastimarse. 3En este sentido todavía eres un bebé. 4No tienes una idea clara de lo que es el verdadero instinto de conser¬vación, y probablemente decidirás que necesitas precisamente lo que más daño te haría. 5Sin embargo, tanto si lo reconoces ahora como si no, has acordado cooperar en el empeño por llegar a ser inofensivo y servicial, atributos éstos que son necesariamente inseparables. 6Incluso las actitudes que tienes a ese respecto son necesariamente conflictivas, puesto que todas las actitudes están basadas en el ego. 7Esto, sin embargo; no perdurará. 8Ten pacien¬cia mientras tanto, y recuerda que el desenlace es tan seguro como Dios. 6. Sólo aquellos que tienen una sensación real y duradera de abundancia pueden ser verdaderamente caritativos. 2Esto resulta obvio cuando consideras lo que realmente quiere decir ser carita¬tivo. 3Para el ego dar cualquier cosa significa tener que privarse de ella. 4Cuando asocias el acto de dar con el sacrificio, das solamente porque crees que de alguna forma vas a obtener algo mejor, y puedes, por lo tanto, prescindir de la cosa que das. 5"Dar para obtener" es una ley ineludible del ego, que siempre se evalúa a sí mismo en función de otros egos. 6Por lo tanto; está siempre obsesionado con la idea de la escasez, que es la creencia que le dio origen. 7Su percepción de otros egos como entes reales no es más que un intento de convencerse a sí mismo, de que él es real. 8El "amor, propio", desde el punto de vista del ego, no significa otra cosa que el ego se ha engañado a sí mismo creyendo que es real, y, por lo tanto, está temporalmente menos inclinado a saquear. 9Ese “amor propio" es siempre vulnerable a la tensión, término éste que se refiere a cualquier cosa que él perciba como una amenaza a su existencia. 7. El ego vive literalmente a base de comparaciones. 2La igualdad es algo que está más allá de lo que puede entender y, por lo tanto, le es imposible ser caritativo. 3Lo que el ego da nunca emana de una sensación de abundancia porque él fue engendrado precisa¬mente como un sustituto de ésta. 4Por eso es por lo que el concepto de "obtener" surgió en su sistema de pensamiento. 5Los apetitos son mecanismos para "obtener" que representan la nece¬sidad del ego de ratificarse a sí mismo. 6Esto es cierto tanto en el caso de los apetitos corporales como en el de las llamadas "necesi¬dades más elevadas del ego". 7El origen de los apetitos corporales no es físico. 8El ego considera al cuerpo como su hogar, y trata de satisfacerse a sí mismo a través de él. 9Pero la idea de que eso es posible es una decisión de la mente, que está completamente con-fundida acerca de lo que realmente es posible. 8. El ego cree que tiene que valerse por sí mismo para todo, lo cual no es más que otra forma de describir cómo cree que él mismo se originó. 2Es éste un estado de tanto temor que lo único que puede hacer es dirigirse a otros egos y tratar de unirse a ellos en un débil intento de identificarse con ellos, o atacarlos en una demostración -igualmente débil- de fuerza. 3No es libre, no obs¬tante, de poner en tela de juicio la premisa que da lugar a todo eso, pues esa premisa es su base. 4El ego es la creencia de la mente según la cual tiene que valerse completamente por sí misma. 5Los incesantes esfuerzos del ego por ganar el reconocimiento del espíritu y establecer así su propia existencia; son inútiles. 6El espíritu en su conocimiento no es consciente del ego. 7No lo ataca, simple¬mente no lo puede concebir en absoluto. 8Aunque el ego tampoco se percata del espíritu, se percibe a sí mismo rechazado por algo más grande que él. 9Por eso es por lo que el amor propio, tal como el ego lo concibe, no puede por menos que ser ilusorio. 10Las crea¬ciones de Dios no crean mitos, si bien el esfuerzo creativo se puede trocar en mitología. 11Esto puede suceder, sin embargo, sólo bajo una condición: lo que fabrica deja de ser creativo. 12Los mitos pertenecen exclusivamente al ámbito de la percepción, y las for¬mas que adoptan son tan ambiguas y su naturaleza está tan mar¬cada por la dicotomía entre el bien y el mal, que ni siquiera el más benévolo de ellos está exento de connotaciones aterradoras. 9. Los mitos y la magia están íntimamente relacionados, ya que los mitos generalmente tienen que ver con el origen del ego; y la magia, con los poderes que el ego se atribuye, a sí mismo. 2Los sistemas mitológicos incluyen, por lo general; alguna descripción de "la creación", y la conectan con su forma particular de magia. 3La llamada "lucha por la supervivencia" no es más que la lucha del ego por prolongar su propia existencia, así como la interpre¬tación que ha hecho con respecto a su comienzo. 4Este comienzo casi siempre se asocia con el nacimiento físico, ya que resulta difícil sostener que el ego existía antes de ese momento. 5Los más "religiosos" de los mitos basados en el ego, puede que postulen que el alma existía antes y que seguirá existiendo después de un lapso temporal de vida en el ego. 6Algunos postulan incluso que el alma será castigada por este lapso. 7La salvación, no obstante, no es aplicable al espíritu, pues éste no está en peligro y; por lo tanto, no tiene que ser rescatado. 10. La salvación no es otra. cosa que "mentalidad recta", que aun¬que no es la Mentalidad-Uno del Espíritu Santo, se debe alcanzar antes de que la Mentalidad-Uno pueda ser reinstaurada. 2La mentalidad recta conduce automáticamente al siguiente paso, ya que la percepción correcta está completamente exenta de cual¬quier forma de ataque, y, por lo tanto, la mentalidad errada desa¬parece. 3El ego no puede sobrevivir sin hacer juicios, y, por consiguiente, se le abandona. 4La mente tiene entonces una sola dirección por la que avanzar. 5La dirección que sigue es siempre automática, pues no puede sino acatar los dictados del sistema de pensamiento al que se adhiere. 11. No se puede hacer demasiado hincapié en el hecho de que corregir la percepción es simplemente un expediente temporal. 2Dicha corrección es necesaria únicamente porque la percepción falsa es un obstáculo para el conocimiento, mientras que la per¬cepción fidedigna es un trampolín hacia él. 3El valor de la percep¬ción correcta reside en la conclusión inevitable de que toda percepción es innecesaria. 4Esto elimina el obstáculo por com¬pleto. 5Te preguntarás cómo puede ser posible esto mientras parezca que vives en este mundo. 6Esa es una pregunta razonable. 7No obstante, tienes que asegurarte de que realmente la entiendes. 8¿Quién es el "tú" que vive en este mundo? 9El espíritu es inmor¬tal, y la inmortalidad es un estado permanente. 10El espíritu es tan verdadero ahora como siempre lo fue y lo será siempre, ya que no entraña cambios de ninguna clase. 11No es un continuo, ni se puede entender tampoco comparándolo con un opuesto. 12El conocimiento nunca admite comparaciones. 13En eso estriba su diferencia principal con respecto a cualquier otra cosa que la mente pueda comprender. III. Amor sin conflicto 1. Es difícil entender lo que realmente quiere decir "El Reino de los Cielos está dentro de ti". 2Ello se debe a que no es comprensi¬ble para el ego, que lo interpreta como si algo que está afuera estuviese adentro; lo cual no tiene sentido. 3La palabra "adentro" es innecesaria. 4Tú eres el Reino de los Cielos. 5¿Qué otra cosa sino a ti creó el Creador?, y ¿qué otra cosa sino tú es Su Reino? 6Éste es el mensaje de la Expiación, mensaje que, en su totalidad, trans¬ciende la suma de sus partes. 7Tú también tienes un Reino que tu espíritu creó. 8Éste no ha dejado de crear como consecuencia de las ilusiones del ego. 9Tus creaciones no son huérfanas, de la misma manera en que tú tampoco lo eres. 10Tu ego y tu espíritu nunca serán co-creadores, pero tu espíritu y tu Creador lo serán siempre. 11Ten por seguro que tus creaciones están tan a salvo como tú. 12El Reino está perfectamente unido y perfectamente protegido, y el ego no prevalecerá contra él. 13Amén. 2. Esto se ha escrito en forma de oración porque así puede serte más útil en momentos de tentación. 2Es una declaración de inde¬pendencia. 3La encontrarás muy provechosa si la entiendes cabal¬mente. 4El que necesites mi ayuda se debe a que has negado a tu propio Guía, y, por consiguiente, necesitas ser guiado. 5Mi papel consiste en separar lo falso de lo verdadero, para que la verdad pueda traspasar las barreras que el ego ha erigido y así brillar en tu mente. 6El ego no puede imperar en contra de nuestra fuerza conjunta. 3. Es seguro que a estas alturas resulta evidente por qué el ego considera que el espíritu es su "enemigo". 2El ego surgió como resultado de la separación, y la continuidad de su existencia de¬pende de que tú sigas creyendo en la separación. 3El ego tiene que ofrecerte algún tipo de recompensa para que sigas abrigando esta creencia. 4Lo único que puede ofrecerte es una sensación de exis¬tencia temporal que se origina con su propio comienzo y termina con su propio final. 5Te dice que esa vida es tu existencia porque es la suya propia. 6Frente a ésta sensación de existencia temporal, el espíritu te ofrece el conocimiento de la permanencia y de la inmutabilidad del estado de ser. 7Nadie que haya experimentado la revelación de esto puede volver a creer completamente en el ego otra vez. 8¿Cómo iba a poder imperar su miserable oferta por encima del glorioso regalo que Dios te hace? 4. Tú que te identificas con el ego no puedes creer que Dios te ame. 2No amas lo que hiciste, y lo que hiciste no te ama a ti. 3El ego, que fue engendrado como resultado de tú haber negado al Padre, no le guarda lealtad a su hacedor. 4No puedes ni imagi¬narte la relación real que existe entre Dios y Sus creaciones debido al odio que le tienes al ser que fabricaste. 5Proyectas sobre el ego tu decisión de estar separado, y esto entra en conflicto con el amor que, por ser su hacedor, sientes por él. 6No hay amor en este mundo que esté exento de esta ambivalencia, y puesto que ningún ego ha experimentado amor sin ambivalencia, el amor es un con¬cepto que está más allá de su entendimiento. 7El amor aflorará de inmediato en cualquier mente que de verdad lo desee, pero tiene que desearlo de verdad. 8Esto quiere decir desearlo sin ninguna ambivalencia, y esta forma de desear está completamente despro¬vista de la "compulsión de obtener" del ego. 5. Existe una clase de experiencia tan diferente de todo lo que el ego pudiera ofrecerte que nunca más querrás volver a encubrirla u ocultarla. 2Es necesario repetir que tu creencia en la oscuridad y en la ocultación es la razón de que la luz no pueda pasar. 3La Biblia hace referencia frecuentemente a los inconmensurables dones que te aguardan, pero que tienes que pedir. 4Ésta no es una condición como las que el ego establece, 5sino que es la gloriosa condición de lo que tú eres. 6. Ninguna fuerza excepto tu propia voluntad es lo suficiente¬mente fuerte o digna como para poder guiarte. 2En esto eres tan libre como Dios, y así será eternamente. 3Pidámosle al Padre en mi nombre que te mantenga consciente de Su Amor por ti y del tuyo por Él. 4Él nunca ha dejado de responder a este ruego, pues lo único que éste pide es lo que Su Voluntad ya ha dispuesto. 5Quienes piden sinceramente siempre reciben respuesta. 6No debes anteponer otros dioses a Él porque no hay otros dioses. 7. Nunca se te ha ocurrido realmente renunciar a todas las ideas que jamás hayas tenido que se oponen al conocimiento. 2Conser¬vas miles de retazos de temor que le impiden la entrada al Santísimo. 3La luz no puede filtrarse a través de los muros que levantas para obstruir su paso, y nunca estará dispuesta a destruir lo que tú has hecho. 4Nadie puede ver a través de un muro, pero yo puedo transponerlo. 5Mantente alerta contra los retazos de miedo que aún conservas en tu mente o, de lo contrario, no podrás pedirme que lo transponga. 6Sólo puedo ayudarte tal como nues¬tro Padre nos creó. 7Te amaré, te honraré y respetaré absoluta¬mente lo que has hecho, pero no lo apoyaré a menos que sea verdad. 8Nunca te abandonaré tal como Dios tampoco te abando¬nará, pero tengo que esperar, mientras tú continúes eligiendo abandonarte a ti mismo. 9Debido a que espero con amor y no con impaciencia, es indudable que me pedirás con sinceridad que lo transponga. 10Vendré en respuesta a toda llamada inequívoca. 8. Examina detenidamente qué es lo que estás realmente pidiendo. 2Sé muy honesto contigo mismo al respecto, pues no debemos ocultarnos nada el uno al otro. 3Si realmente tratas de hacer esto, habrás dado el primer paso en el proceso de preparar a tu mente a fin de que el Santísimo pueda entrar en ella. 4Nos prepararemos para ello juntos, pues una vez que Él haya llegado, estarás listo para ayudarme a preparar otras mentes a que estén listas para Él. 5¿Hasta cuándo vas a seguir negándole Su Reino? 9. En tu propia mente, aunque negada por el ego, se encuentra la declaración que te hará libre: 2Dios te ha dado todo. 3Este simple hecho significa que el ego no existe, y esto le atemoriza mortal¬mente. 4En el lenguaje del ego, "tener" y "ser" significan dos cosas distintas, si bien para el Espíritu Santo son exactamente lo mismo. 5El Espíritu Santo sabe que lo "tienes" todo y que lo "eres" todo. 6Cualquier distinción al respecto es significativa solamente cuando la idea de "obtener", que implica carencia, ha sido previa¬mente aceptada. 7Por eso es por lo que no hacemos ninguna dis¬tinción entre tener el Reino de Dios y ser el Reino de Dios. 10. Al sereno ser del Reino de Dios, del que eres perfectamente consciente cuando estás en tu sano juicio, se le expulsa sin mira¬mientos de aquella parte de la mente que el ego rige. 2El ego está desesperado porque se enfrenta a un contrincante literalmente invencible, tanto si estás dormido como si estás despierto. 3Observa cuánta vigilancia has estado dispuesto a ejercer para proteger a tu ego, y cuán poca para proteger a tu mente recta. 4¿Quién, sino un loco, se empeñaría en creer lo que no es cierto, y en defender después esa creencia a expensas de la verdad? IV. Esto no tiene por qué ser así 1. Si no puedes oír la Voz de Dios, es porque estás eligiendo no escucharla. 2Pero que sí escuchas a la voz de tu ego lo demues¬tran tus actitudes, tus sentimientos y tu comportamiento. 3No obstante, eso es lo que quieres. 4Eso es por lo que luchas y lo que procuras proteger manteniéndote alerta. 5Tu mente está repleta de estratagemas para hacer quedar bien al ego, pero no buscas la faz de Cristo. 6El espejo en el que el ego trata de ver su rostro es ciertamente tenebroso. 7¿De qué otra manera, sino con espejos, podría seguir manteniendo la falsedad de su existencia? 8Con todo, dónde buscas para encontrarte a ti mismo depende de ti. 2. He dicho que no puedes cambiar de mentalidad modificando tu conducta, mas he dicho también, y en muchas ocasiones, que puedes cambiar de mentalidad. 2Cuando tu estado de ánimo te diga que has elegido equivocadamente, y esto es así siempre que no te sientes contento, reconoce entonces que ello no tiene por qué ser así. 3En cada caso, has pensado mal acerca de algún hermano que Dios creó, y estás percibiendo imágenes que tu ego forja en un espejo tenebroso. 4Examina honestamente qué es lo que has pensado que Dios no habría pensado, y qué no has pensado que Dios habría querido que pensases. 5Examina honestamente tanto lo que has hecho como lo que has dejado sin hacer, y cambia entonces de mentalidad para que así puedas pensar con la Mente de Dios. 6Esto puede parecer difícil, pero es mucho más fácil que intentar pensar al revés de como piensa Él. 7Tu mente y la de Dios son una. 8Negar esto y pensar de otra manera ha conser¬vado a tu ego intacto, pero ha dividido literalmente a tu mente. 9Como hermano que te ama, tu mente es de suma importancia para mí, y te exhorto a seguir mi ejemplo cuando te contemples a ti mismo y cuando contemples a tu hermano, y a que veas en ambos las gloriosas creaciones de un Padre glorioso. 3. Cuando te sientas triste, reconoce que eso no tiene por qué ser así. 2Las depresiones proceden de una sensación de que careces de algo que deseas y no tienes. 3Recuerda que no careces de nada, excepto si así lo decides, y decide entonces de otra manera. 4. Cuando sientas ansiedad, date cuenta de que la ansiedad pro¬cede de los caprichos del ego. aReconoce que eso no tiene por qué ser así. 2Puedes estar tan alerta contra los dictados del ego como en su favor. 5. Cuando te sientas culpable, recuerda que el ego ciertamente ha violado las leyes de Dios, pero tú no. 2Los "pecados" del ego déjamelos a mí. 3Ése es el propósito de la Expiación. 4Pero hasta que no cambies de parecer con respecto a aquellos a quienes tu ego ha herido, la Expiación no podrá liberarte. 5Si te sigues sintiendo culpable es porque tu ego sigue al mando, ya que sólo el ego puede experimentar culpabilidad. 6Eso no tiene por qué ser así. 6. Vigila tu mente contra las tentaciones del ego, y no te dejes engañar por él. 2No tiene nada que ofrecerte. 3Cuando hayas abandonado ese des-ánimo voluntario, verás como tu mente puede concentrarse, trascender toda fatiga y sanar. 4No obstante, no te mantienes lo suficientemente alerta contra las exigencias del ego como para poder librarte de ellas. 5Eso no tiene por qué ser así. 7. El hábito de colaborar con Dios y Sus creaciones se adquiere fácilmente si te niegas diligentemente a dejar que tu mente diva¬gue. 2No se trata de un problema de falta de concentración, sino de la creencia de que nadie, incluido tú, es digno de un esfuerzo continuo. 3Ponte de mi parte sistemáticamente contra este engaño, y no permitas que esa desafortunada creencia te retrase. 4Los des¬corazonados no pueden ayudarse a sí mismos ni me pueden ayu¬dar a mí. aSin embargo, sólo el ego puede sentirse descorazonado. 8. ¿Te has detenido a pensar seriamente en las muchas oportuni¬dades qué has tenido de regocijarte y en cuántas has dejado pasar? 2El poder de un Hijo de Dios es ilimitado, pero él puede restringir la expresión de su poder tanto como quiera. 3Tu mente y la mía pueden unirse para desvanecer con su luz a tu ego, liberando la fuerza de Dios para que reverbere en todo lo que hagas o pienses. 4No te conformes con menos, y niégate a aceptar como tu objetivo nada que no sea eso. 5Vigila tu mente con sumo cuidado contra cualquier creencia que se interponga en el logro de tu obje¬tivo, y recházala. 6Juzga por tus sentimientos cuán bien has hecho esto, pues ése es el único uso acertado del juicio. 7Los juicios, al igual que cualquier otra defensa, se pueden utilizar para atacar o para proteger, para herir o para sanar. 8Al ego se le debe llevar a juicio y allí declararlo inexistente. 9Sin tu lealtad, protección y amor, el ego no puede existir. 10Deja que sea juzgado imparcial¬mente y no podrás por menos que retirarle tu lealtad, tu protec¬ción y tu amor. 9. Eres un espejo de la verdad, en el que Dios Mismo brilla en perfecta luz. 2Al tenebroso espejo del ego no tienes sino que decirle: "No voy a mirar ahí porque sé que esas imágenes no son verdad". 3Deja entonces que el Santísimo brille sobre ti en paz, sabiendo que así y sólo así es como debe ser. 4Su Mente resplandeció sobre ti en tu creación y le dio existencia a tu mente. 5Su Mente resplandece todavía sobre ti y no puede sino resplandecer a tra¬vés de ti. 6Tu ego no puede impedir que Dios resplandezca sobre ti, pero sí puede impedirte que le dejes resplandecer a través de ti. 10. El Primer Advenimiento de Cristo no es más que otro nombre para la creación, pues Cristo es el Hijo de Dios. 2El Segundo Adve¬nimiento de Cristo no significa otra cosa que el fin del dominio del ego y la curación de la mente. 3Al igual que tú, fui creado en el primero, y te he llamado para que te unas a mí en el segundo. 4Estoy a cargo del Segundo Advenimiento, mi juicio, que se usa solamente como protección, no puede ser erróneo porque nunca ataca. 5El tuyo puede estar tan distorsionado que hasta creas que me equivoqué al escogerte. 6Te aseguro que eso es un error de tu ego. 7No lo confundas con humildad. 8Tu ego está tratando de convencerte de que él es real y de que yo no lo soy, ya que si yo soy real, no puedo ser más real que tú. 9Ese conocimiento -y te aseguro yo que es conocimiento- significa que Cristo ha venido a tu mente y la ha sanado. 11. Yo no ataco a tu ego. 2Trato con tu mente superior -la morada del Espíritu Santo- tanto si estás dormido como si estás des¬pierto, al igual como tu ego trata con tu mente inferior, que es su hogar. 3Me mantengo alerta por ti con respecto a esto porque tú estás tan confundido que te resulta imposible reconocer tu propia esperanza. 4No estoy equivocado. 5Tu mente optará por unirse a la mía, y juntos somos invencibles. 6Tu y tu hermano os uniréis final¬mente en mi nombre, y vuestra cordura os será restaurada. 7Resu¬cité a los muertos porque sabía que la vida era un atributo eterno de todo lo que el Dios viviente creó. 8¿Por qué crees que habría de ser más difícil para mí inspirar a los des-animados o estabilizar lo inestable? 9Yo no creo que haya grados de dificultad en los mila¬gros; tú sí. 10Te he llamado y tú responderás. 11Yo comprendo que los milagros son acontecimientos naturales porque son expresio¬nes de amor. 12El que yo te llame es tan natural como el que tú me respondas, e igualmente inevitable. V. La ilusión del ego-cuerpo 1. Todas las cosas obran conjuntamente para el bien. 2En esto no hay excepciones, salvo a juicio del ego. 3El ego se mantiene extre¬madamente alerta con respecto a lo que permite llegar hasta la conciencia, y ésa no es la manera en que una mente equilibrada se mantiene ecuánime. 4El desequilibrio del ego se acentúa aún más porque mantiene su motivación principal oculta de tu con¬ciencia, y hace que el control predomine sobre la cordura. 5El ego tiene todas las razones del mundo para hacer esto, de acuerdo con el sistema de pensamiento que le dio origen y al que sirve. 6Puesto que el sano juicio juzgaría irrevocablemente contra él, el ego lo tiene que eliminar en aras de su propia supervivencia. 2. Una de las causas principales del estado de desequilibrio del ego es su falta de discernimiento entre lo que es el cuerpo y lo que son los Pensamientos de Dios. 2Los Pensamientos de Dios son inaceptables para el ego porque apuntan claramente al hecho de que él no existe. 3El ego, por lo tanto, los distorsiona o se niega a aceptarlos. 4Pero no puede hacer que dejen de existir. 5El ego, por consiguiente, trata de ocultar no sólo los impulsos "inacepta¬bles" del cuerpo, sino también los Pensamientos de Dios, ya que ambos suponen una amenaza para él. 6Dado que lo que básica¬mente le preocupa es su propia supervivencia ante cualquier amenaza, el ego los percibe a ambos como si fueran lo mismo. 7Y al percibirlos así, evita ser aniquilado, como de seguro lo sería en presencia del conocimiento. 3. Cualquier sistema de pensamiento que confunda a Dios con el cuerpo no puede por menos que ser demente. 2Sin embargo, esa confusión es esencial para el ego, que juzga únicamente en fun¬ción de lo que supone o no una amenaza para él. 3En cierto sen¬tido su temor a Dios es cuando menos lógico, puesto que la idea de Dios hace que el ego se desvanezca. 4Pero que le tenga miedo al cuerpo, con el que se identifica tan íntimamente, no tiene nin¬gún sentido. 4. El cuerpo es el hogar que el ego ha elegido para sí. 2Ésta es la única identificación con la que se siente seguro, ya que la vulnera¬bilidad del cuerpo es su mejor argumento de que tú no puedes proceder de Dios. 3Ésta es la creencia que el ego apoya ferviente¬mente. 4Sin embargo, odia al cuerpo porque no lo considera lo suficientemente bueno como para ser su hogar. 5En este punto es donde la mente queda definitivamente. aturdida. 6Habiéndole dicho el ego que ella es realmente parte del cuerpo y que el cuerpo es su protector, también le dice que el cuerpo no puede protegerla. 7Por consiguiente, la mente inquiere: "¿Dónde puedo encontrar protección?", a lo que el ego responde: "En mí". 8La mente, y no sin razón, le recuerda al ego que él mismo ha insistido que con lo que ella se tiene que identificar es con el cuerpo, de modo que no tiene objeto recurrir a él para obtener protección. 9El ego no dis¬pone de una respuesta plausible para esto, puesto que no la hay, pero sí dispone de una solución típica: 10eliminar la pregunta de la conciencia. 11Una vez fuera de la conciencia la pregunta puede producir desasosiego, y de hecho lo produce, pero no puede ser contestada porque no puede ser planteada. 5. Ésta es la pregunta que debes hacerte: "¿Adónde debo acudir en busca de protección?" 2”Busca y hallarás" no significa que tengas que buscar ciega y desesperadamente algo que no podrías reconocer. 3La búsqueda que tiene sentido se emprende consciente¬mente, se organiza conscientemente y se dirige conscientemente. 4El objetivo debe formularse claramente y luego tenerse siempre presente. 5Aprender y querer aprender son inseparables. 6Te resulta más fácil aprender cuando crees que lo que estás tratando de aprender tiene valor para ti. 7Ahora bien, no todo lo que tal vez quieras aprender tiene valor duradero. 8En realidad, muchas de las cosas que quieres aprender tal vez las hayas escogido precisa¬mente porque su valor es efímero 6. El ego cree que es una ventaja no comprometerse con nada que sea eterno, ya que lo eterno sólo puede proceder de Dios. 2La eternalidad es la única función que el ego ha tratado de desarrollar, si bien ha fracasado repetidamente. 3El ego transige con la cuestión de lo eterno, al igual que con todas las cuestiones que de algún modo tienen que ver con la verdadera pregunta, la cual espera encubrir y mantener fuera de la conciencia ocupándose de asuntos marginales. 4La tendencia típica del ego de estar continuamente ocupado con nimiedades tiene como objeto apoyar ese propósito. 5Uno de sus ardides favoritos para obstaculizar el aprendizaje es embarcarse en problemas diseñados de tal manera que su resolución sea imposible. 6La pregunta que nunca formulan quienes se embarcan en tales maniobras dilatorias es: "¿Para qué?" 7Esa es la pregunta que tú tienes que aprender a plantear en relación con todo. 8¿Qué propósito tiene esto? 9Sea cual fuere, dirigirá tus esfuerzos automáticamente. 10Cuando tomas una decisión con respecto a un propósito, tomas una decisión con respecto a los esfuerzos que vas a llevar a cabo en el futuro. 11Y esta decisión permanecerá en vigor a menos que cambies de parecer. VI. Las recompensas de Dios 1. El ego no reconoce el verdadero origen de la "amenaza", y si tú te identificas con el ego, no entenderás la situación tal como es. 2Lo único que le confiere al ego poder sobre ti es la lealtad que le guardas. 3Me he referido al ego como si fuera una entidad sepa¬rada que actúa por su cuenta. 4Esto ha sido necesario para persuadirte de que no puedes descartarlo a la ligera y de que tienes que darte cuenta de cuán extensa es la parte de tu pensamiento que él controla. 5Sin embargo, no nos podemos detener ahí, pues, de lo contrario, no podrías sino pensar que mientras estés aquí, o mientras creas estar aquí, estarás en conflicto. 6El ego no es más que una parte de lo que crees acerca de ti. 7Tu otra vida ha conti¬nuado sin ninguna interrupción, y ha sido, y será siempre, com¬pletamente inmune a tus intentos de disociarte de ella. 2. En el proceso de aprender a escapar de las ilusiones, es impres¬cindible que nunca te olvides de la deuda que tienes con tu her¬mano. 2 Es la misma deuda que tienes conmigo. 3 Cuando actúas egoístamente con otro, repudias la gracia que esta deuda te ofrece y la percepción santa que produciría. 4La palabra "santa" puede usarse aquí porque a medida que aprendes cuán endeudado estás con toda la Filiación, la cual me incluye a mí, te aproximas tanto al conocimiento como la percepción lo permite. 5La brecha que entonces queda es tan diminuta que el conocimiento puede sal¬varla y eliminarla para siempre. 3. Todavía tienes muy poca confianza en mí, pero ésta aumentará a medida que recurras más y más a mí -en vez de a tu ego- en busca de consejo. 2Los resultados te irán convenciendo cada vez más de que ésta es la única elección cuerda que puedes hacer. 3Nadie que aprenda por experiencia propia que cierta elección le brinda paz y alegría, mientras que otra le precipita al caos y al desastre tiene más necesidad de persuasión. 4Es más eficaz apren¬der a base de recompensas que a base de dolor porque el dolor es una ilusión del ego y no puede producir más que un efecto tem¬poral. 5Las recompensas de Dios, en cambio, se reconocen inmediatamente como eternas. 6Puesto que este reconocimiento lo haces tú y no el ego, el reconocimiento mismo establece que tú y el ego no podéis ser lo mismo. 7Tal vez creas que ya has aceptado esto, pero aún no estás convencido de ello en absoluto. 8Prueba de ello es el hecho de que crees que debes escaparte del ego. 9Sin embargo, no puedes escaparte de él humillándolo; controlándolo o castigándolo. 4. El ego y el espíritu no se conocen. 2Sólo mediante la disociación puede la mente separada mantener vigente la separación. 3Una vez que ha hecho esto, niega todos los impulsos verdadera¬mente naturales, no porque el ego sea una cosa separada, sino porque quieres creer que tú lo eres. 4El ego es un mecanismo para seguir albergando esta creencia, pero sigue siendo únicamente tu decisión de usar tal mecanismo lo que lo perpetúa. 5. ¿Cómo puedes enseñarle a alguien el valor de algo que él mismo ha desechado deliberadamente? 2Tiene que haberlo dese¬chado porque no le atribuyó ningún valor. 3Lo único que puedes hacer es mostrarle cuánta infelicidad le causa su ausencia e írselo acercando lentamente para que pueda ver cómo mengua su infor¬tunio según él se aproxima a ello. 4Esto le enseña a asociar su infelicidad con la ausencia de lo que desechó, y lo opuesto a la infelicidad con su presencia. 5Comenzará a desearlo gradualmente a medida que cambie de parecer con respecto a su valor. 6Te estoy enseñando a que asocies la infelicidad con el ego y la felicidad con el espíritu. 7Tú te has enseñado a ti mismo lo contrario. 8Sigues siendo libre de elegir, mas a la vista de las recompensas de Dios, ¿puedes realmente desear las recompensas del ego? 6. De momento, la confianza que yo tengo en ti es mayor que la que tú tienes en mí, pero no siempre será así. 2Tu misión es muy simple. 3Se te pide que vivas de tal forma que demuestre que no eres un ego, y yo no me equivoco al elegir los canales de Dios. 4El Santísimo comparte mi confianza, y acepta mis decisiones con respecto a la Expiación porque mi voluntad nunca está en desa¬cuerdo con la Suya. 5Dije anteriormente que yo estoy a cargo de la Expiación. 6Esto es así debido únicamente a que completé mi papel en ella como hombre, y ahora puedo completarla a través de otros. 7Los canales que he elegido no pueden fallar porque les prestaré mi fortaleza mientras la suya sea insuficiente. 7. Iré contigo al Santísimo, y mediante mi percepción Él podrá salvar la diminuta brecha. 2Tu gratitud hacia tu hermano es la única ofrenda que quiero. 3Yo se la llevaré a Dios por ti, sabiendo que conocer a tu hermano es conocer a Dios. 4Si le estás agradecido a tu hermano, le estarás agradecido a Dios por lo que El creó. 5Mediante tu gratitud podrás llegar a conocer a tu hermano, y un momento de verdadero reconocimiento convierte a todo el mundo en tu hermano porque cada uno de ellos es Hijo de tu Padre. 6El amor no conquista todas las cosas, pero sí las pone en su debido lugar. 7Puesto que tú eres el Reino de Dios te puedo conducir de vuelta a tus propias creaciones. 9Ahora no las recono¬ces, pero aquello de lo cual te has disociado aún se encuentra ahí. 8. A medida que te acercas a un hermano te acercas a mí, y a medida que te alejas de él, la distancia entre tú y yo aumenta. 2La salvación es "una empresa de colaboración. 3No la pueden emprender con éxito aquellos que se desvinculan de la Filiación porque al hacer eso se desvinculan de mí. 4Dios acudirá a ti sólo en la medida en que se Lo ofrezcas a tus hermanos. 5Aprende primero de ellos, y estarás listo para oír a Dios. 6Eso se debe a que el Amor sólo tiene una función. VII. Creación y comunicación 1. Está claro que si bien el contenido de cualquier ilusión particu¬lar del ego es irrelevante, su corrección es más útil dentro de un contexto específico. 2Las ilusiones del ego son muy concretas aun¬que la mente es naturalmente abstracta. 3Parte de la mente, no obstante, se vuelve concreta al dividirse. 4La parte concreta cree en el ego porque el ego depende de lo concreto. 5El ego es aquella parte de la mente que cree que lo que define tu existencia es la separación. 2. Lo único que el ego percibe es un todo separado, desprovisto de las relaciones que presupone el estado de ser. 2El ego, por lo tanto, está en contra de la comunicación, excepto cuando se utiliza para establecer separación en vez de para abolirla. 3El sistema de comunicación del ego se basa en su propio sistema de pensa¬miento, al igual que todo lo demás que él impone. 4Su comunica¬ción está controlada por la necesidad que tiene de protegerse, e interrumpirá la comunicación siempre que se sienta amenazado. 5Esta interrupción es una reacción hacia una o varias personas determinadas. 6El carácter específico de la manera de pensar del ego da lugar, entonces, a generalizaciones falsas que no son real¬mente abstractas en absoluto. 7El ego simplemente responde, de ciertas formas específicas, a todo lo que percibe como relacionado. 3. El espíritu, en cambio, reacciona de la misma manera a todo lo que sabe que es verdadero, y no responde en absoluto a nada más. 2Tampoco hace ningún esfuerzo por establecer lo que es verdad. Él sabe que lo único que es verdad es lo que Dios creó. 4El espí¬ritu está en completa y directa comunicación con todos los aspec¬tos de la creación, debido a que está en completa y directa comunicación con su Creador. 5Esta comunicación es la Voluntad de Dios. 6Creación y comunicación son sinónimos. 7Dios creó a cada mente comunicándole Su Mente, y estableciéndola así para siempre como un canal para Su Mente y Su Voluntad. 8Puesto que sólo los seres que pertenecen a un mismo orden pueden real¬mente comunicarse, Sus creaciones se comunican naturalmente con Él y como Él. 9Esta comunicación es perfectamente abstracta, ya que su aplicación es de una calidad universal y no está sujeta a ningún juicio, excepción o alteración. 10Dios te creó mediante esta comunicación y para ella. 11La mente puede distorsionar su propia función, pero no puede atribuirse a sí misma funciones que no le fueron dadas. 12Por eso es por lo que la mente no puede perder del todo la capacidad de comunicarse, aun cuando puede negarse a utilizarla en favor del estado de ser. 4. Tanto la existencia como el estado de ser se basan en la comuni¬cación. 2La existencia, sin embargo, es específica en cuanto a qué, cómo y con quién vale la pena entablar comunicación. 3El estado de ser carece por completo de estas distinciones. 4Es un estado en el que la mente está en comunicación con todo lo que es real. 5En la medida en que permitas que ese estado se vea coartado, en esa misma medida estarás limitando la idea que tienes acerca de tu propia realidad, la cual se vuelve total únicamente cuando reco¬noces a toda la realidad en el glorioso contexto de la verdadera relación que tiene contigo. 6Ésa es tu realidad. 7No la profanes ni la rechaces. 8Es tu verdadero hogar, tu verdadero templo y tu ver¬dadero Ser. 5. Dios, que abarca todo lo que existe, creó seres que lo tienen todo individualmente, pero que quieren compartirlo para así incrementar su gozo. 2Nada real puede incrementarse excepto compartiéndolo. 3Por eso es por lo que Dios te creó a ti. 4La Abs¬tracción Divina se deleita compartiendo. 5Eso es lo que significa la creación. 6Las preguntas "¿qué?"; "¿cómo?" y "¿con quién?" son irrelevantes toda vez que la verdadera creación lo da todo, ya que sólo puede crear a semejanza propia. 7Recuerda que la diferencia que hay entre tener y ser en la existencia, en el Reino no existe. 8En el estado de ser la mente siempre lo da todo. 6. La Biblia afirma repetidamente que debes alabar a Dios. 2Esto no quiere decir que debas decirle cuán maravilloso es. 3Dios no tiene un ego con el que aceptar tal alabanza, ni percepción con qué juzgarla. 4Pero a menos que desempeñes el papel que te corresponde en la creación, Su gozo no será total porque el tuyo no lo es. 5Y Él ciertamente sabe esto. 6Lo sabe en Su Propio Ser y en la experiencia que Su Ser tiene de la experiencia del Hijo. 7El constante fluir de Su Amor se obstruye cuando Sus canales están cerrados, y se siente solo cuando las mentes que Él creó no se comunican plenamente con Él. 7. Dios ha salvaguardado tu reino, pero no puede compartir Su gozo contigo hasta que no conozcas el reino con toda tu mente. 2La revelación no es suficiente porque es una comunicación de Dios hacia ti solamente. 3Dios no tiene necesidad de que se le devuelva la revelación, lo cual sería claramente imposible, pero sí desea que se transmita a otros. 4Esto no se puede hacer con la revelación en sí, pues su contenido no puede ser expresado debido a que es algo sumamente personal para la mente que lo recibe. 5No obstante, dicha mente la puede extender a otras men¬tes, mediante las actitudes generadas por la sabiduría que se deriva de la revelación. 8 La Biblia afirma repetidamente que debes alabar a Dios. 2Esto no quiere decir que debas decirle cuán maravilloso es. 3Dios no tiene un ego con el que aceptar tal alabanza, ni percepción con qué juzgarla. 4Pero a menos que desempeñes el papel que te corresponde en la creación, Su gozo no será total porque el tuyo no lo es. 5Y Él ciertamente sabe esto. 6Lo sabe en Su Propio Ser y en la experiencia que Su Ser tiene de la experiencia del Hijo. 7El constante fluir de Su Amor se obstruye cuando Sus canales están cerrados, y se siente solo cuando las mentes que Él creó no se comunican plenamente con Él. Capítulo 5 CURACIÓN Y PLENITUD Introducción 1. Curar es hacer feliz. 2Te he dicho que pensases en las muchas oportunidades que has tenido de regocijarte y en las muchas que has dejado pasar. 3Esto es lo mismo que decirte que has rehusado sanar. 4Tu luz es la luz de la dicha. 5El resplandor no está asociado con la aflicción. 6La dicha suscita que uno esté completamente dispuesto a compartirla, y fomenta el impulso natural de la mente de responder cual una sola. 7Quienes intentan curar sin ser ellos mismos completamente dichosos, suscitan diferentes respuestas a la vez y, por consiguiente, privan a otros de la dicha de responder de todo corazón. 2. Para poder actuar de todo corazón tienes que ser feliz. 2Si el miedo y el amor no pueden coexistir, y si es imposible estar com¬pletamente atemorizado y seguir viviendo, el único estado de plenitud posible es el del amor. 3 No existe diferencia alguna entre el amor y la dicha. 4Por lo tanto, el único estado de plenitud posi¬ble es el de absoluta dicha. 5Curar o hacer feliz es, por lo tanto, lo mismo que integrar y unificar. 6Por eso es por lo que no importa a qué parte de la Filiación se le ofrece la curación o qué parte la lleva a cabo. 7 Todas las partes se benefician, y se benefician por igual. 3. Todo pensamiento benévolo que cualquiera de tus hermanos abrigue en cualquier parte del mundo te bendice. 2Deberías que¬rer bendecirles a tu vez, como muestra de agradecimiento. 3No tienes que conocerlos personalmente ni ellos a ti. 4 La luz es tan potente que irradia a través de toda la Filiación, la cual da gracias al Padre por irradiar Su dicha sobre ella. 5Únicamente los santos Hijos de Dios son canales dignos de Su hermosa dicha porque sólo ellos son lo suficientemente hermosos como para conservarla compartiéndola. 6Es imposible que un Hijo de Dios pueda amar a su prójimo de manera diferente de como se ama a sí mismo. 7De ahí que la plegaria del sanador sea: 8Permíteme conocer a este hermano como me conozco a mí mismo. I. La invitación al Espíritu Santo 1. La curación es un pensamiento por medio del cual dos mentes perciben su unidad y se regocijan. 2Su gozo exhorta a todos los miembros de la Filiación a que se regocijen junto con ellas, y per¬mite que Dios acuda a ellas y se manifieste a través de ellas. 3Sólo la mente sana puede experimentar una revelación de efectos duraderos porque la revelación es una experiencia de pura dicha. 4Si no eliges ser completamente dichoso, tu mente no puede tener lo que no elige ser. 5Recuerda que para el espíritu no hay diferencia alguna entre tener y ser. 6La mente superior piensa de acuerdo con las leyes que el espíritu obedece, y, por lo tanto, honra únicamente las leyes de Dios. 7Para el espíritu, obtener no significa nada y dar loes todo. 8Al tenerlo todo, el espíritu lo conserva dándolo, y, de este modo, crea de la misma manera en que el Padre creó. 9Aunque esta manera de pensar no tiene nada que ver con la posesión de bienes materiales, aun a la mente inferior le resulta comprensi¬ble en conexión con ideas. 10Si compartes una posesión física, cier¬tamente divides su propiedad. 11Mas si compartes una idea, no la debilitas. 12Toda ella te sigue perteneciendo aunque la hayas dado completamente. 13Lo que es más, si aquel a quien se la has dado la acepta como suya, eso la refuerza en tu mente, y, por lo tanto, la expande. 14Si puedes aceptar el concepto de que este mundo es un mundo de ideas, la creencia en la falsa conexión que el ego hace entre dar y perder desaparece. 2. Demos comienzo a nuestro proceso de re-despertar con unos cuantos conceptos simples: 2Los pensamientos se expanden cuando se comparten. 3Cuantos más creen en ellos, más poderosos se tornan. 4Todo es una idea. 5¿Cómo, entonces, puede asociarse dar con perder? 3. Ésta es la invitación al Espíritu Santo. 2He dicho ya que puedo ascender hasta lo alto y hacer que el Espíritu Santo descienda hasta ti, mas sólo puedo hacer eso a instancia tuya. 3El Espíritu Santo se encuentra en tu mente recta, tal como se encontraba en la mía. 4La Biblia dice: "Que more en ti la mente que estaba en Cristo Jesús", y lo utiliza como una bendición. 5Se trata de la bendición de la mentalidad milagrosa. 6Te pide que pienses tal como yo pensé, uniéndote de este manera a mí en el modo de pensar de Cristo. 4. El Espíritu Santo es la única parte de la Santísima Trinidad que tiene una función simbólica. 2Se le ha llamado el Sanador, el Con¬solador y el Guía. 3Se le ha descrito también como algo "sepa¬rado", aparte del Padre y del Hijo. 4Yo mismo dije: "Si me voy os enviaré otro Consolador que morará con vosotros para siempre". 5Su función simbólica hace que Él sea difícil de entender, ya que todo simbolismo se presta a diferentes interpretaciones. 6Como hombre, y también como una de las creaciones de Dios, mi recto pensar, que procedió del Espíritu Santo o Inspiración Universal, me enseñó en primer lugar y ante todo, que esta Inspiración es para todos. 7Yo mismo no hubiese podido gozar de ella de no haber sabido esto. 8La palabra "sabido" es apropiada en este con¬texto porque el Espíritu Santo está tan próximo al conocimiento que lo evoca, o mejor dicho, facilita su llegada. 9He hablado ante¬riormente de la percepción elevada o "verdadera", que está tan próxima a la verdad que Dios Mismo puede salvar la diminuta brecha que hay entre ellas. 10El conocimiento está siempre listo para fluir a cualquier parte, pero no puede oponerse a nada. 11Puedes, por consiguiente, obstruirlo, pero jamás perderlo. 5. El Espíritu Santo es la Mente de Cristo, la cual es consciente del conocimiento que yace más allá de la percepción. 2El Espíritu Santo comenzó a existir como medió de protección al producirse la separación, lo cual inspiró simultáneamente el principio de la Expiación. 3Antes de eso no había necesidad de curación, pues nadie estaba desconsolado. 4La Voz del Espíritu Santo es la Lla¬mada a la Expiación, es decir, a la restitución de la integridad de la mente. 5Cuando la Expiación se complete y toda la Filiación sane, dejará de haber una llamada a retornar. 6Pero lo que Dios crea es eterno. 7El Espíritu Santo permanecerá con los Hijos de Dios para bendecir las creaciones de éstos y mantenerlas en la luz de la dicha. 6. Dios honró incluso las creaciones falsas de sus Hijos porque ellos las habían hecho. 2Pero también bendijo a Sus Hijos con una manera de pensar que fuese capaz de elevar sus percepciones a tal altura, que casi pudieran llegar hasta Él. 3El Espíritu Santo es la Mente de la Expiación. 4Representa un estado mental lo suficien¬temente próximo a la Mentalidad-Uno como para que la transfe¬rencia a ella sea finalmente posible. 5La percepción no es conocimiento, pero puede ser transferida al conocimiento, o cru¬zar hasta él. 6Tal vez sea más útil en este caso utilizar el significado literal de la palabra "transferida", o sea "transportada", puesto que el último paso es Dios Quien lo da. 7. El Espíritu Santo -la Inspiración que toda la Filiación com¬parte- induce a una clase de percepción en la que muchos ele¬mentos son como los del Reino de los Cielos: 2En primer lugar, su universalidad es perfectamente inequí¬voca, y nadie que la alcance podría pensar ni por un momento que compartirla signifique cualquier otra cosa que no sea ganar. 3En segundo lugar, es una percepción que es incapaz de atacar, y, por lo tanto, es verdaderamente receptiva. 4Esto quiere decir que si bien no engendra conocimiento, tampoco lo obstruye en modo alguno. 5Finalmente, señala al camino que lleva a lo que está más allá de la curación qué trae consigo, y conduce a la mente más allá de su propia integración, hacia los senderos de la creación. 6En este punto es donde se producen suficientes cambios cuantitativos para producir un verdadero salto cualitativo. II. La Voz que habla por Dios 1. Curar no es crear; es reparar. 2El Espíritu Santo fomenta la curación mirando más allá de ella hacia lo que los Hijos de Dios eran antes de que la curación fuese necesaria, y hacia lo que serán una vez que hayan sanado. 3Esta alteración de la secuencia tem¬poral debería resultarte familiar, ya que es muy similar al cambio que el milagro produce en la percepción que se tiene del tiempo. 4El Espíritu Santo es la motivación para alcanzar la mentalidad milagrosa; la decisión de subsanar la separación renunciando a ella. 5Tu voluntad se encuentra todavía en ti porque Dios la ubicó en tu mente, y aunque puedes mantenerla dormida, no puedes destruirla. 6Dios Mismo mantiene tu voluntad viva al transmi¬tirla desde Su Mente a la tuya mientras perdure el tiempo. 7El milagro mismo es un reflejo de esta unión de voluntades entre Padre e Hijo. 2. El Espíritu Santo es el espíritu del júbilo. 2Es la Llamada a retor¬nar con la que Dios bendijo las mentes de Sus Hijos separados. 3Ésa es la vocación de la mente. 4Antes de la separación la mente no tenía ninguna vocación, ya que antes de eso simplemente era, y no habría podido entender la llamada al recto pensar. 5El Espíritu Santo es la Respuesta de Dios a la separación; el medio a través del cual la Expiación cura hasta que la mente en su totalidad se reincorpore al proceso de creación. 3. Tanto la separación como el principio que gobierna la Expia¬ción dieron comienzo simultáneamente. 2Cuando el ego fue engendrado, Dios puso en la mente la llamada al júbilo. 3Esta llamada es tan poderosa que el ego siempre se desvanece ante su sonido. 4Por eso es por lo que tienes que elegir escuchar una de las dos voces que hay dentro de ti. 5Una la inventaste tú, y no forma parte de Dios. 6La otra te la dio Dios, Quien sólo te pide que la escuches. 7El Espíritu Santo se encuentra en ti en un sentido muy literal. 8Suya es la Voz que te llama a retornar a donde estabas antes y a donde estarás de nuevo. 9Aun en este mundo es posible oír sólo esa Voz y ninguna otra. 10Ello requiere esfuerzo, así como un gran deseo de aprender. 11Ésa es la última lección que yo aprendí, y los Hijos de Dios gozan de la misma igualdad como alumnos que como Hijos. 4. Tú eres el Reino de los Cielos, pero permitiste que la creencia en la oscuridad se infiltrase en tu mente, por lo que ahora necesitas una nueva luz. 2El Espíritu Santo es el resplandor al que debes permitir que desvanezca la idea de la oscuridad. 3Suya es la gloria ante la cual la disociación desaparece y el Reino de los Cielos pasa a ocupar el lugar que le corresponde: 4Antes de la separación no tenías necesidad de dirección, 5pues disponías de conocimiento, tal como dispondrás de él de nuevo, pero como no dispones de él ahora. 5. Dios no guía porque la único que puede hacer es compartir Su perfecto conocimiento. 2Guiar entraña evaluación, ya que implica que hay una manera correcta de proceder y otra incorrecta, una que se debe escoger y otra que se debe evitar. 3Al escoger una, renuncias a la otra. 4Elegir al Espíritu Santo es elegir a Dios. 5Dios no está dentro ti en un sentido literal, más bien, tú formas parte de Él. 6Cuando elegiste abandonarlo te dio una Voz para que hablase por Él, pues ya no podía compartir Su conocimiento contigo libre¬mente. 7La comunicación directa se interrumpió al tú inventar otra voz. 6. El Espíritu Santo te insta tanto a recordar como a olvidar. 2Has elegido estar en un estado de oposición en el que los opuestos son posibles. 3Como resultado de ello, hay ciertas decisiones que tienes que tomar. 4En el estado de santidad la voluntad es libre, de modo que su poder creativo es ilimitado y elegir no tiene sentido. 5El poder de elegir es el mismo poder que el de crear, pero su aplicación es diferente. 6Elegir implica que la mente está divi¬dida. 7El Espíritu Santo es una de las alternativas que puedes elegir. 8Dios no dejó a Sus Hijos desconsolados a pesar de que ellos decidieron abandonarlo. 9La voz que ellos pusieron en sus mentes no era la Voz de Su Voluntad, en favor de la cual habla el Espíritu Santo. 7. La Voz del Espíritu Santo no da órdenes porque es incapaz de ser arrogante. 2No exige nada porque su deseo no es controlar. 3No vence porque no ataca. 4Su Voz es simplemente un recorda¬torio. 5Es apremiante únicamente por razón de lo que te recuerda. 6Le ofrece a tu mente el otro camino, permaneciendo serena aun en medio de cualquier confusión a que puedas dar lugar. 7La Voz que habla por Dios es siempre serena porque habla de paz. 8La paz es más poderosa que la guerra porque sana. 9La guerra es división, no expansión. 10Nadie gana en la batalla. 11¿Qué saca un hombre con ganar el mundo entero si con ello pierde su propia alma? 12Si le prestas oídos a la voz que no debes, pierdes de vista a tu alma. 13En realidad no puedes perderla, pero puedes no cono¬cerla. 14Por lo tanto, te parecerá que la has "perdido" hasta que elijas correctamente. 8. El Espíritu Santo es tu Guía a la hora de elegir. 2Reside en la parte de tu mente que siempre habla en favor de la elección correcta porque habla por Dios. 3Él es el último nexo de comuni¬cación que te queda con Dios, comunicación que puedes inte¬rrumpir, pero no destruir. 4El Espíritu Santo es el vehículo mediante el cual la Voluntad de Dios se cumple así en la tierra como en el Cielo. 5Tanto el Cielo como la tierra están en ti porque la llamada de ambos está en tu mente. 6La Voz de Dios procede de los altares que le has erigido a Él. 7Estos altares no son objetos, son devociones. 8Sin embargo, ahora tienes otras devociones. 9Tu devoción dividida te ha dado dos voces, y ahora tienes que elegir en cuál de los dos altares quieres servir. 10La llamada que contestas ahora es una evaluación porque se trata de una decisión. 11La decisión es muy simple. 12Se toma sobre la base de qué llamada es más importante para ti. 9. Mi mente será siempre como la tuya porque fuimos creados iguales. 2Fue sólo la decisión que tomé lo que me dio plena potes¬tad tanto en el Cielo como en la tierra. 3El único regalo que te puedo hacer es ayudarte a tomar la misma decisión. 4Inherente a esta decisión es la decisión de compartirla, pues la decisión en sí es la decisión de compartir. 5Se toma mediante el acto de dar, y es por lo tanto, la. única alternativa que se asemeja a la verdadera creación. 6Yo soy tu modelo a la hora de tomar decisiones. 7Al decidirme por Dios te mostré que es posible tomar esta decisión y que tú la puedes tomar. 10. Te he asegurado que la Mente que decidió por mí se encuentra también en ti, y que puedes permitirle que te transforme, tal como me transformó a mí. 2Esta Mente es inequívoca porque sólo oye una Voz y contesta de una sola manera. 3Tú eres la luz del mundo junto conmigo. 4El descanso no se deriva de dormir sino de despertar. 5El Espíritu Santo es la llamada a despertar y a regocijarse. 6El mundo está muy cansado porque es la idea del cansancio. 7Nuestra jubilosa tarea es la de despertarlo a la Llamada a Dios. 8Todos responderán a la Llamada del Espíritu Santo, ya que, de lo contrario, la Filiación no sería una. 9¿Qué mejor vocación puede haber para cualquier parte del Reino que la de restituirlo a la per¬fecta integración que le devuelve la plenitud? 10Escucha sólo esto a través del Espíritu Santo en ti, y enseña a tus hermanos a escu-char tal como yo te estoy enseñando a ti. 11. Cuando te sientas tentado por la voz falsa, recurre a mí para que te recuerde cómo sanar compartiendo mi decisión, haciéndola así aún más firme. 2Al compartir este objetivo, aumentaremos su poder para atraer a toda la Filiación y para restituirla nuevamente a la unicidad* en la que fue creada. 3Recuerda que "yugo" quiere decir “unión”, y “carga” significa “mensaje”. 4Reformulemos la frase "Mi yugo es llevadero y mi carga ligera" de esta forma: "Unámonos, pues mi mensaje es la Luz". 12. Te he pedido encarecidamente que te comportes tal como yo me comporté, pero para eso tenemos que responder a la misma Mente. 2Esa Mente es el Espíritu Santo, Cuya Voluntad dispone siempre en favor de Dios. 3El Espíritu Santo, te enseña cómo tenerme a mí de modelo para tu pensamiento, y, consecuente¬mente, a comportarte como yo. 4El poder de nuestra motivación conjunta está más allá de lo que se puede creer, pero no más allá de lo que se puede lograr. 5Lo que juntos podemos lograr es ilimi¬tado porque la Llamada a Dios es la llamada a lo ilimitado. 6Hijo de Dios, mi mensaje es para ti, para que lo oigas y se lo trans¬mitas a otros a medida que respondes al Espíritu Santo en ti. III. El Guía a la salvación 1. La manera de reconocer a tu hermano es reconociendo al Espí¬ritu Santo en él. 2He dicho ya que el Espíritu Santo es el puente para la transferencia de la percepción al conocimiento, de modo que podemos usar los términos como si en verdad estuviesen relacionados, pues en Su Mente lo están. 3Esta relación no puede por menos que estar en Su Mente porque, de no ser así, la separa¬ción entre las dos formas de pensar no se podría subsanar. 4El Espíritu Santo forma parte de la Santísima Trinidad porque Su Mente es parcialmente tuya y también parcialmente de Dios. 5Esto necesita aclararse, no con palabras sino mediante la experiencia. 2. El Espíritu Santo es la idea de la curación. 2AI ser un pensa¬miento, la idea se expande a medida que se comparte. 3Al ser la Llamada a Dios, es asimismo la idea de Dios.4Puesto que tú for¬mas parte de Dios, es también la idea de lo que tú eres, así como de lo que son todas Sus creaciones. 5La idea del Espíritu Santo comparte la propiedad de otras ideas porque obedece las leyes del Universo del que forma parte. 6Se refuerza al compartirse. 7Se expande en ti a medida que se la ofreces a tu hermano. 8Tu her¬mano no tiene que ser consciente del Espíritu Santo en él o en ti para que se produzca este milagro. 9Puede que él se haya de-sentendido de la Llamada a Dios, tal como tú lo hiciste. 10Este desentendimiento se subsana en ambos a medida que tomas con¬ciencia de la Llamada a Dios en él, reconociendo de esta forma su existencia. 3. Existen dos formas diametralmente opuestas de ver a tu her¬mano. 2Ambas tienen que encontrarse en tu mente porque tú eres el perceptor. 3Tienen que encontrarse también en la suya, puesto que lo estás percibiendo a él. 4Mira a tu hermano a través del Espíritu Santo en su mente, y reconocerás al Espíritu Santo en la tuya. 5Lo que reconoces en tu hermano lo reconoces en ti, y lo que compartes, lo refuerzas. 4. La Voz del Espíritu Santo en ti es débil. 2Por eso es por lo que debes compartirla. 3Tiene que hacerse más fuerte antes de que puedas oírla. 4Es imposible que la oigas dentro de ti mientras siga siendo tan débil en tu mente. 5No es que de por sí sea débil, sino que está limitada por tu renuencia a oírla. 6Si cometes el error de buscar al Espíritu Santo únicamente en ti, tus pensa¬mientos te asustarán, ya que al adoptar el punto de vista del ego, estarás emprendiendo un viaje que le es ajeno al ego utilizándolo a él de guía. 7Esto no puede sino producir miedo. 5. Las demoras pertenecen al ámbito del ego porque el tiempo es un concepto suyo. 2En la eternidad, tanto el tiempo como las demoras carecen de sentido. 3He dicho anteriormente que el Espí¬ritu Santo es la Respuesta de Dios al ego. 4Todo lo que el Espíritu Santo te recuerda está en directa oposición a las nociones del ego, pues las percepciones verdaderas y las falsas se oponen entre sí. 5La tarea del Espíritu Santo es deshacer lo que el ego ha hecho. 6Lo deshace en el mismo nivel en que el ego opera, pues, de otro modo, la mente sería incapaz de comprender el cambio. 6. He subrayado repetidamente que uno de los niveles de la mente no es comprensible para el otro. 2Lo mismo ocurre con el ego y el Espíritu Santo, con el tiempo y la eternidad. 3La eternidad es una idea de Dios, por lo tanto, el Espíritu Santo la comprende perfectamente. 4El tiempo es una creencia del ego, por lo tanto, la mente inferior -el dominio del ego- la acepta sin reservas. 5El único aspecto del tiempo que es eterno es el ahora. 7. El Espíritu Santo es el mediador entre las interpretaciones del ego y el conocimiento del espíritu. 2Su capacidad para utilizar símbolos le permite actuar con las creencias del ego en el propio lenguaje de éste. 3Su capacidad para mirar más allá de los símbolos hacia la eternidad le permite entender las leyes de Dios, en nombre de las cuales habla. 4Puede, por consiguiente, llevar a cabo la función de reinterpretar lo que el ego forja, no mediante la destrucción, sino mediante el entendimiento. 5El entendimiento es luz, y la luz conduce al conocimiento. 6El Espíritu Santo se encuentra en la luz porque Él está en ti que eres luz, pero tú des¬conoces esto. 7La tarea del Espíritu Santo consiste, pues, en rein¬terpretarte a ti en nombre de Dios. 8. Tú no puedes comprenderte a ti mismo separado de los demás. 2Ello se debe a que tú, separado del legítimo lugar que ocupas en la Filiación, no significas nada, y el legítimo lugar de la Filiación es Dios. 3Ésa es tu vida, tu eternidad y tu Ser. 4Esto es lo que el Espíritu Santo te recuerda. 5Esto es lo que Él ve. 6Esta visión ate¬moriza al ego por ser tan serena. 7La paz es el mayor enemigo del ego porque, de acuerdo con su interpretación de la realidad, la guerra es la garantía de su propia supervivencia. 8El ego se hace más fuerte en la lucha. 9Si crees que hay lucha, reaccionarás con saña porque la idea de peligro se habrá adentrado en tu mente. 10Dicha idea es un llamamiento al ego. 11El Espíritu Santo está tan pendiente como el ego de cualquier señal de peligro, oponiéndose a éste con todas Sus fuerzas de la misma forma en que el ego le da la bienvenida. 12El Espíritu Santo contrarresta esa acogida dán¬dole la bienvenida a la paz. 13 La eternidad y la paz están tan estre¬chamente relacionadas como lo están el tiempo y la guerra. 9. La percepción deriva significado de las relaciones. 2Aquellas que aceptas constituyen los cimientos de tus creencias. 3La separa¬ción es simplemente otro término para referirse a una mente divi¬dida. 4El ego es el símbolo de la separación, tal como el Espíritu Santo es el símbolo de la paz. 5Lo que percibes en otros lo refuer¬zas en ti. 6Puedes permitir que tu mente perciba falsamente, pero el Espíritu Santo le permite reinterpretar sus propias percepciones falsas. 10. El Espíritu Santo es el maestro perfecto. 2Se vale únicamente de lo que tu mente ya comprende para enseñarte que tú no lo comprendes. 3El Espíritu Santo puede tratar con un alumno rea¬cio sin oponerse a su mente porque parte de ella está todavía de parte de Dios. 4A pesar de los intentos del ego por ocultarla, esa parte es todavía mucho más poderosa que el ego, si bien éste no la reconoce. 5El Espíritu Santo la reconoce perfectamente porque se trata de Su Propia morada: el lugar de la mente donde Él se siente a gusto. 6Tú también te sientes a gusto ahí porque es un lugar de paz, y la paz es de Dios. 7Tú, que formas parte de Dios, no te sientes a gusto salvo en Su paz. 8Si la paz es eterna, sólo te puedes sentir a gusto en la eternidad. 11. El ego construyó el mundo tal como lo percibe, pero el Espíritu Santo -el reintérprete de lo que el ego construyó- ve el mundo como un recurso de enseñanza para llevarte a tu hogar. 2El Espí¬ritu, Santo tiene que percibir el tiempo y re-interpretarlo como eterno. 3Tiene que llevar a cabo Su labor mediante el uso de opuestos porque tiene que operar para una mente y con una mente que está en oposición. 4Haz todas las correcciones que ten¬gas que hacer, procura aprender y mantén una actitud receptiva con respecto al aprendizaje. 5Tú no creaste la verdad, pero la ver¬dad puede todavía hacerte libre. 6 Contempla todo tal como el Espíritu Santo lo contempla, y entiende todo tal como Él lo entiende. 7Su entendimiento evoca a Dios en memoria mía. 8El Espíritu Santo está siempre en comunión con Dios, y forma parte de ti. 9Él es tu Guía a la salvación porque recuerda lo pasado y lo que ha de venir, y lo trae al presente. 10Él mantiene ese regocijo en tu mente con gran ternura, y sólo te pide que lo incrementes com¬partiéndolo en Nombre de Dios de modo que Su júbilo se incre¬mente en ti. IV. Enseñanza y curación 1. Lo que el miedo ha ocultado sigue siendo parte de ti. 2Unirse a la Expiación es la manera de escapar del miedo. 3El Espíritu Santo te ayudará a reinterpretar todo lo que percibes como temible, y te enseñará que sólo lo que es amoroso es cierto. 4La verdad está más allá de tu capacidad para destruir; aceptarla, en cambio, está ente¬ramente a tu alcance. 5Te pertenece porque, al ser tú una extensión de Dios, la creaste junto con Él. 6Es tuya porque forma parte de ti, tal como tú formas parte de Dios porque El te creó. 7Nada que sea bueno se puede perder, pues procede del Espíritu Santo, la Voz que habla en favor de la creación. 8Nada que no sea bueno fue creado jamás, y, por lo tanto, no puede ser protegido. 9La Expia¬ción garantiza la seguridad del Reino, y la unión de la Filiación lo protege. 10El ego no puede prevalecer contra el Reino porque la Filiación está unida. 11En presencia de aquellos que oyen la exhor¬tación del Espíritu Santo a ser uno, el ego se desvanece y queda des-hecho. 2. Lo que el ego forja se lo guarda para sí, y, por lo tanto, carece de fuerza. 2Su existencia no se puede compartir. 3No muere, simple¬mente nunca nació. 4El nacimiento físico no es un comienzo, es una continuación. 5Todo lo que continúa ha nacido ya. 6Aumen¬tará a medida que estés cada vez más dispuesto a devolverle a la parte superior de tu mente la parte que no está sana, devolvién¬dole de este modo tu mente indivisa a la creación. 7Yo he venido a sentar las bases para que tus propios pensamientos puedan hacerte verdaderamente libre. 8Has cargado con un fardo de ideas que no se pueden compartir y que son demasiado endebles como para poder expandirse. aMas una vez que las concebiste no supiste cómo erradicarlas. 9Tú no puedes cancelar tus propios errores pasados por tu cuenta. 10No desaparecerán de tu mente sin la Expiación, remedio éste que no es obra tuya. 11La Expiación debe entenderse exclusivamente como un simple acto de compar¬tir. 12Eso es lo que quise decir cuando afirmé que incluso en este mundo es posible escuchar una sola Voz. 13Si formas parte de Dios y la Filiación es una, no puedes estar limitado al ser que el ego ve. 3. Cada pensamiento amoroso que cualquier parte de la Filiación abriga es patrimonio de todas sus partes. 2Se puede compartir porque es amoroso. 3Dios crea compartiendo, y así es como tú creas también. 4El ego puede mantenerte exiliado del Reino, pero en el Reino en sí el ego no tiene ningún poder. 5Las ideas del espíritu no abandonan la mente que las piensa, ni tampoco pue¬den entrar en conflicto entre sí. 6 Las ideas del ego, en cambio, pueden entrar en conflicto porque ocurren en diferentes niveles y también porque incluyen pensamientos que incluso en el mismo nivel están en franca oposición. 7Es imposible compartir pensamien¬tos que se oponen entre sí. 8Sólo puedes compartir los pensamientos que proceden de Dios, los cuales Él conserva para ti. 9El Reino de los Cielos se compone de pensamientos de esa clase. 10Todos los demás permanecerán contigo hasta que el Espíritu Santo los haya reinterpretado a la luz del Reino, haciendo que sean también dig¬nos de ser compartidos. 11Cuando se hayan purificado lo sufi¬ciente Él te permitirá compartirlos. 12La decisión de compartirlos es lo que los purifica. 4. Yo oí una sola Voz porque comprendí que era imposible que pudiese expiar únicamente para mí mismo. 2Escuchar una sola Voz implica que has decidido compartirla para así poderla oír tú mismo. 3La Mente que estaba en mí se siente todavía irresistible¬mente atraída hacia todas las mentes creadas por Dios, porque la Plenitud de Dios es la plenitud de Su Hijo. 4Nada puede hacerte daño, y no debes mostrarle a tu hermano nada que no sea tu plenitud. 5Muéstrale que él no puede hacerte daño y que no le guardas rencor, pues, de lo contrario, te estarás guardando ren¬cor a ti mismo. 6Ese es el significado de: "Ofrécele también la otra mejilla". 5. Se puede enseñar de muchas maneras, pero ante todo con el ejemplo. 2Enseñar debe ser curativo, ya que consiste en compartir ideas y en el reconocimiento de que compartir ideas es reforzar¬las. 3No puedo olvidar la necesidad que tengo de enseñar lo que he aprendido, la cual surgió en mí precisamente por haberlo apren-dido. 4Te exhorto a que enseñes lo que has aprendido porque al hacerlo podrás contar con ello. 5Haz que sea algo con lo que pue¬des contar en mi nombre porque mi nombre es el Nombre del Hijo de Dios. 6Lo que aprendí te lo doy libremente, y la Mente que estaba en mí se regocija cuando eliges escucharla. 6. El Espíritu Santo expía en todos nosotros des-haciendo y de esta manera te libera de la carga que le has impuesto a tu mente. 2Al seguir al Espíritu Santo se te conduce de regreso a Dios, que es donde te corresponde estar. aMas ¿cómo podrías encontrar el camino que conduce a Él sino llevando a tu hermano contigo? 3Mi papel en la Expiación no concluirá hasta que no te unas a ella y se la ofrezcas a otros. 4Lo que enseñes es lo que aprenderás. 5Nunca te dejaré desamparado ni te abandonaré porque hacer eso sería abandonarme a mí mismo y abandonar a Dios que me creó. 6Abandonas a Dios y te abandonas a ti mismo cuando aban¬donas a cualquiera de tus hermanos. 7Tienes que aprender a ver¬los tal como son, y entender que le pertenecen a Dios al igual que tú. 8¿De qué mejor manera puedes tratar a tu hermano que dán¬dole a Dios lo que es de Dios? 7. La Expiación te confiere el poder de una mente que ha sanado, pero el poder de crear es de Dios. 2Por lo tanto, aquellos que han sido perdonados deben dedicarse en primer lugar a curar, pues al haber aceptado la idea de la curación, deben compartirla para así conservarla. 3El poder de la creación en su totalidad no se puede expresar si una sola de las ideas de Dios se encuentra excluida del Reino. 4La voluntad conjunta de la Filiación es el único creador que puede crear como el Padre, ya que sólo lo que es íntegro puede pensar íntegramente, y al pensamiento de Dios no le falta nada. 5Cualquier pensamiento que tengas que no sea a través del Espíritu Santo no es íntegro. 8. ¿Cómo es posible que tú que eres tan santo puedas sufrir? 2Todo tu pasado, excepto su belleza, ha desaparecido, y no queda ni rastro de él, salvo una bendición. 3He salvaguardado todas tus bondades y cada pensamiento amoroso que jamás hayas abri¬gado. 4Los he purificado de los errores que ocultaban su luz, y los he conservado para ti en su perfecta luminiscencia. 5Se encuen¬tran más allá de la destrucción y de la culpabilidad. 6Procedieron del Espíritu Santo en ti, y sabemos que lo que Dios crea es eterno. 7Puedes ciertamente partir en paz porque te he amado como me amé a mí mismo. 8Mi bendición va contigo para que la extiendas. 9Consérvala y compártela, para que sea siempre nuestra. 10Pongo la paz de Dios en tus manos y en tu corazón para que la conserves y la compartas. 11El corazón la puede conservar debido a su pureza y las manos la pueden ofrecer debido a su fuerza. 12No podemos perder. 13Mi juicio es tan poderoso como la sabiduría de Dios, en Cuyo Corazón y Manos radica nuestra existencia. 14Sus sosegadas criaturas son Sus Hijos benditos. 15Los Pensamientos de Dios están contigo. V. El uso que el ego hace de la culpabilidad 1. Tal vez algunos de nuestros conceptos se vuelvan más claros y significativos para ti si aclaramos el uso que el ego hace de la culpabilidad. 2El ego tiene un propósito, al igual que el Espíritu Santo. 3El propósito del ego es infundir miedo porque sólo los que tienen miedo pueden ser egoístas. 4La lógica del ego es tan impecable como la del Espíritu Santo, ya que tu mente tiene a su disposición los medios para ponerse de parte del Cielo o de la tierra, según elija. 5Pero una vez más, recuerda que ambos se encuentran en ti. 2. En el Cielo no hay culpabilidad porque el Reino se alcanza por medio de la Expiación, la cual te libera para que puedas crear. 2La palabra "crear" es apropiada en este contexto porque una vez que el Espíritu Santo deshace lo que tú has hecho, se restaura el resi¬duo bendito y, por consiguiente, éste continúa creando. 3Lo que es verdaderamente bendito es incapaz de producir culpabilidad y sólo puede producir dicha. 4Esto hace que sea invulnerable al ego porque su paz es inexpugnable. 5Lo verdaderamente bendito no es susceptible de ser alterado debido a la plenitud de la que goza. 6La culpabilidad siempre altera. 7Todo lo que genera miedo pro¬duce disensión porque obedece las leyes de la división. 8Si el ego es el símbolo de la separación, es también el símbolo de la culpabi¬lidad. 9La culpabilidad es más que simplemente algo ajeno a Dios. 10Es el símbolo del ataque contra Dios. 11Este concepto no tiene ningún sentido, excepto para el ego, pero no subestimes el poder que el ego le aporta al creer en él. 12Esta es la creencia de donde procede toda culpabilidad. 3. El ego es la parte de la mente que cree en la división. 2¿Cómo iba a poder una parte de Dios separarse de Él sin creer que lo está atacando?. 3Hablamos anteriormente del problema de la autori¬dad y dijimos que se basa en el concepto de que es posible usur¬par el poder de Dios. 4El ego cree que eso es lo que tú hiciste porque cree que tú eres él. Si te identificas con el ego, no podrás sino percibirte a ti mismo como culpable. 6Siempre que le hagas caso al ego experimentarás culpabilidad y temerás ser castigado. 7El ego es literalmente un pensamiento atemorizante. 8Por muy ridícula que sea para una mente sana la idea de atacar a Dios, nunca olvides que el ego es demente. 9Representa un sistema de conceptos ilusorios y habla en su nombre. 10Hacerle caso a la voz del ego significa que crees que es posible atacar a Dios, y que has arrancado una parte de Él y te has apoderado de ella. 11De ahí procede el miedo a las represalias externas, ya que el sentimiento de culpabilidad es tan intenso que tiene que ser proyectado. 4. Todo lo que aceptas en tu mente se vuelve real para ti. 2Es tu aceptación lo que le confiere realidad. 3El permitirle la entrada al ego en tu mente y entronarlo allí, es lo que lo convierte en tu realidad. 4Eso se debe a que la mente es capaz de crear realidad o de fabricar ilusiones. 5Dije anteriormente que tienes que aprender a pensar con Dios. 6Pensar con Él es pensar como Él, 7lo cual pro¬duce dicha -y no culpabilidad porque es algo natural. 8La culpabi¬lidad es un signo inequívoco de que tu pensamiento no es natural. 9El pensamiento que no es natural va siempre acompañado de culpabilidad porque es la creencia en el pecado. 10El ego no per¬cibe el pecado como una falta de amor, sino como un decidido acto de agresión. 11Esto es necesario para su supervivencia por¬que, tan pronto como consideres que el pecado es una insuficien¬cia, tratarás automáticamente de remediar la situación. 12Y lo lograrás. 13Para el ego eso es la perdición, pero tú tienes que aprender a verlo como tu emancipación. 5. La mente. que está libre de culpa no puede sufrir. 2Al estar sana, sana a su vez al cuerpo porque ella misma ha sanado. 3Las enfermedades son inconcebibles para la mente sana, ya que no puede concebir atacar a nada ni a nadie. 4Dije antes que la enfer¬medad es una forma de magia. 5Quizá sería mejor decir que es una forma de solución mágica. 6El ego cree que castigándose a sí mismo mitigará el castigo de Dios. 7Mas incluso en esto es arro¬gante. 8Le atribuye a Dios la intención de castigar, y luego adopta esa intención como su propia prerrogativa. 9El ego trata de usur¬par todas las funciones de Dios tal como las percibe porque reco¬noce que sólo se puede confiar, en una lealtad absoluta. 6. El ego no puede oponerse a las leyes de Dios de la misma manera en que tú tampoco puedes hacerlo, pero puede interpre¬tarlas de acuerdo con lo que desea, al igual que tú. 2Por eso es preciso que contestes la pregunta: "¿Qué es lo que quiero?" 3La contestas cada minuto y cada segundo, y cada decisión que tomas es un juicio que no puede por menos que tener consecuencias. 4Y éstas continuarán repitiéndose automáticamente hasta que tomes otra decisión. 5Recuerda, no obstante, que .las alternativas en sí son inalterables. 6El Espíritu Santo, al igual que el ego, es una elección que uno hace. 7Ambos constituyen las únicas alternativas que la mente puede aceptar y obedecer. 8El Espíritu Santo y el ego son las únicas opciones que tienes. 9Dios creó Una de ellas, y, por lo tanto, no puedes deshacerla. 10La otra la inventaste tú, y, por lo tanto, sí puedes. 11Sólo lo que Dios crea es irreversible e inmuta¬ble. 12Lo que tú has fabricado siempre se puede cambiar porque cuando no piensas como Dios, en realidad no estás pensando en absoluto. 13Las ideas ilusorias no son pensamientos reales, si bien puedes creer en ellas. 14Pero eso es un error. 15La función del pen¬samiento procede de Dios y reside en Dios. 16Puesto que formas parte de Su Pensamiento, no puedes pensar separado de El. 7. El pensamiento irracional es pensamiento desordenado. 2Dios Mismo pone orden en tu pensamiento porque tu pensamiento fue creado por Él. 3Los sentimientos de culpabilidad son siempre señal de que desconoces esto. 4Muestran asimismo que crees que puedes pensar separado de Dios, y que deseas hacerlo. 5Todo pen-samiento desordenado va acompañado de culpabilidad desde su concepción, y mantiene su continuidad gracias a ella. 6La culpabi¬lidad es ineludible para aquellos que creen que son ellos los que ordenan sus propios pensamientos, y que, por lo tanto, tienen que obedecer sus dictados. 7Eso les hace sentirse responsables de sus errores sin darse cuenta de que, al aceptar esta responsabilidad, están reaccionando de manera irresponsable. 8Si la única respon¬sabilidad del obrador de milagros es aceptar la Expiación para sí mismo, y te aseguro yo que así es, la responsabilidad. por lo que debe ser expiado no puede entonces recaer sobre ti. 9Este dilema no puede ser resuelto, excepto aceptando la solución del des-haci¬miento. 10Tú serias responsable de los efectos de tu manera equi¬vocada de pensar si ésta no se pudiera deshacer. 11El propósito de la Expiación es conservar del pasado únicamente aquello que ha sido purificado: 12Si aceptas el remedio para el pensamiento de¬sordenado, remedio cuya eficacia es indudable, ¿cómo iban a seguir estando presente sus síntomas? 8. La continua decisión de permanecer separado es la única razón posible de que siga habiendo sentimientos de culpabilidad. 2Hemos dicho esto antes, pero no subrayamos los resultados des¬tructivos de tal decisión. 3Cualquier decisión de la mente afecta tanto al comportamiento como a la experiencia. 4Lo que tú deseas, esperas que tenga lugar. 5Esto no es algo ilusorio. 6Tu mente cierta¬mente forja tu futuro, y se lo devolverá a la creación plena en cual¬quier momento si primero acepta la Expiación. 7Retornará asimismo a la creación plena en el instante en que haya hecho eso. 8Al haber renunciado a su pensamiento desordenado, la correcta ordenación del pensamiento se hace evidente. VI. El tiempo y la eternidad 1. Dios en Su conocimiento no está esperando, pero a Su Reino le falta algo mientras tú esperes. 2Todos los Hijos de Dios están esperando tu retorno, tal como tú estás esperando el suyo. 3En la eter¬nidad las demoras no importan, pero en el tiempo son ciertamente trágicas. 4Has elegido estar en el tiempo en vez de en la eternidad, y, por consiguiente, crees estar en el tiempo. 5Sin embargo, tu elección es a la vez libre y modificable. 6No te corresponde estar en el tiempo. 7Te corresponde estar únicamente en la eternidad, donde Dios Mismo te ubicó para siempre. 2. Los sentimientos de culpabilidad son los que perpetúan el tiempo. 2Inducen miedo a las represalias o al abandono, garanti¬zando así que el futuro sea igual que el pasado. 3En esto consiste la continuidad del ego, 4la cual le proporciona una falsa sensación de seguridad al creer que tú no puedes escaparte de ella. 5Pero no sólo puedes, sino que tienes que hacerlo. 6Dios te ofrece a cambio la continuidad de la eternidad. 7Cuando te decidas a hacer este intercambio, reemplazarás simultáneamente la culpabilidad por la dicha, la crueldad por el amor y el dolor por la paz. 8Mi papel consiste únicamente en desatar las cadenas que aprisionan tu voluntad y liberarla. 9Tu ego no puede aceptar esta libertad, y se opondrá a ella siempre que pueda y en cualquier forma que pueda. 10Y puesto que tú eres su hacedor, reconoces lo que él puede hacer, pues le conferiste el poder de hacerlo.¬ 3. Acuérdate siempre del Reino, y recuerda que tú que formas parte de él, jamás te puedes perder. 2La Mente que estaba en mí está en ti, pues Dios crea con absoluta imparcialidad. 3Deja que el Espíritu Santo te recuerde siempre Su imparcialidad, y déjame enseñarte cómo compartirla con tus hermanos. 4¿De qué otra manera sino se te puede brindar la oportunidad de reivindicarla para ti mismo? 5Ambas voces hablan simultáneamente en favor de diferentes interpretaciones de una misma cosa, o casi simultá¬neamente, pues el ego siempre habla primero. 6Las interpretacio¬nes que representan la otra alternativa no se hicieron necesarias hasta que se concibió la primera de ellas. 4. El ego dicta sentencia y el Espíritu Santo revoca sus decisiones, en forma similar a como en este mundo un tribunal supremo tiene la potestad de revocar las decisiones de un tribunal inferior. 2Las decisiones del ego son siempre erróneas porque están basa¬das en el error para cuya defensa, se tomaron. 3El ego no interpreta correctamente nada de lo que percibe. 4No sólo cita las Escrituras para defender su causa, sino que incluso las interpreta como testigos a su favor. 5A juicio del ego, la Biblia es algo temi¬ble. 6Al percibirla como algo temible la interpreta con miedo. 7Al sentir miedo, no apelas al Tribunal Supremo porque crees que también fallaría en tu contra. 5. Existen muchos ejemplos que muestran la forma en que las interpretaciones del ego son engañosas, pero con unos pocos bas¬tará para mostrar cómo el Espíritu Santo puede reinterpretarlas bajo Su Propia Luz. 6. Para el Espíritu Santo, "Lo que el hombre sembrare, eso cose¬chará" quiere decir que lo que consideres digno de ser cultivado lo cultivarás en ti mismo. 2Considerar que algo es valioso es lo que lo hace valioso para, ti. 7. "Mía es la venganza, dice el Señor", puede reinterpretarse fácil¬mente si recuerdas que las ideas se expanden sólo al compartirse. 2La aseveración subraya el hecho de que la venganza no se puede compartir. 3Dásela, por lo tanto, al Espíritu Santo, Quien te librará de ella; puesto que no le corresponde estar en tu mente, la cual forma parte de Dios. 8. De acuerdo con la interpretación del ego, "Castigaré los peca¬dos de los padres hasta la tercera y cuarta generación" es una ase¬veración especialmente cruel. 2Se convierte simplemente en un intento por parte del ego de garantizar su propia supervivencia. 3Para el Espíritu Santo, la frase significa que en las generaciones posteriores Él todavía podrá reinterpretar lo que las genera¬ciones previas habían entendido mal, anulando así la capacidad de dichos pensamientos para suscitar miedo. 9. "Los impíos perecerán" se convierte en una declaración de Expiación, si se entiende la palabra "perecerán" con el signifi¬cado de "serán des-hechos". 2Todos los pensamientos no amoro¬sos tienen que ser des-hechos, palabra ésta que el ego ni siquiera puede entender. 3Para el ego, deshacer significa destruir. 4El ego no será destruido porque forma parte de tu pensamiento, pero como no es creativo, y es, por consiguiente, incapaz de compartir, será reinterpretado de otra manera para así liberarte del miedo. 5La parte de la mente que le diste al ego regresará simplemente al Reino, donde a toda ella le corresponde estar. 6Puedes demorar la compleción del Reino, pero no puedes introducir el concepto de miedo en él. 10. No tienes por qué temer que el Tribunal Supremo te vaya a condenar. 2Éste simplemente declarará sin lugar el caso contra ti. 3No puede haber caso contra un Hijo de Dios, y todo testigo que da fe de la culpabilidad de las creaciones de Dios está levantando falso testimonio contra Dios Mismo. 4Apela jubilosamente todo lo que creas al Propio Tribunal Supremo de Dios, ya que éste habla por Él, y, por consiguiente, lo que afirma es la verdad. 5Declarará sin lugar el caso contra ti, no importa cuán cuidadosamente lo hayas preparado. 6Lo podrás haber planeado a prueba de todo, pero no está a prueba de Dios. 7El Espíritu Santo no le dará audiencia, pues El sólo puede dar testimonio de la verdad. 8Su veredicto será siempre: "Tuyo es el Reino", porque el Espíritu Santo te fue dado para recordarte lo que eres. 11. Cuando dije: "Yo he venido como una luz al mundo", lo que quise decir fue que vine a compartir la luz contigo. 2Recuerda mi referencia al espejo tenebroso del ego, y recuerda también que dije: "No mires ahí". 3Todavía sigue siendo cierto que es a ti a quien le corresponde decidir dónde has de buscar para encon¬trarte a ti mismo. 4La paciencia que tengas con tu hermano es la misma paciencia que tendrás contigo mismo. 5¿No es acaso digno un Hijo de Dios de que se tenga paciencia con él? 6He tenido infinita paciencia contigo porque mi voluntad es la Voluntad de nuestro Padre, de Quien aprendí lo que es la paciencia infinita. 7Su Voz estaba en mí tal como está en ti, exhortándonos a tener paciencia con la Filiación en Nombre de su Creador. 12. Ahora debes aprender que sólo la paciencia infinita produce resultados inmediatos. 2Así es como el tiempo se intercambia por la eternidad. 3La paciencia infinita recurre al amor infinito, y, al producir resultados ahora hace que el tiempo se haga innecesario. 4Hemos dicho repetidamente que el tiempo es un recurso de aprendizaje que será abolido cuando ya no sea necesario. 5El Espí¬ritu Santo, que habla en favor de Dios en el tiempo, sabe también que el tiempo no tiene sentido. 6Él te recuerda esto en todo momento porque Su función especial consiste en conducirte de regreso a la eternidad y permanecer allí para bendecir tus creacio¬nes. 7El es la única bendición que realmente puedes dar, pues es verdaderamente bendito. 8Puesto que Dios te dio el Espíritu Santo libremente, tienes que darlo tal como lo recibiste. VII. La decisión en favor de Dios 1. ¿Crees realmente que puedes fabricar una voz que pueda aho¬gar a la de Dios? 2¿Crees realmente que puedes inventar un sis¬tema de pensamiento que te pueda separar de Él? 3¿Crees realmente que puedes encargarte de tu seguridad y de tu dicha mejor que Él? 4No tienes que ser ni cuidadoso ni descuidado, necesitas simplemente echar sobre Sus Hombros toda angustia, pues Él cuida de ti. 5Él cuida de ti porque te ama. 6Su Voz te recuerda continuamente que tienes motivos para sentirte esperan¬zado debido a que estás a Su cuidado. 7No puedes elegir excluirte de Su cuidado porque ésa no es Su Voluntad, pero puedes elegir aceptar Su cuidado y usar el poder infinito de éste en beneficio de todos los que Él creó mediante él. 2. Han sido muchos los sanadores que no se curaron a sí mismos. 2No movieron montañas con su fe porque su fe no era absoluta. 3Algunos de ellos ocasionalmente curaron enfermos, mas no resucitaron a ningún muerto. 4A menos que el sanador se cure a sí mismo, no podrá creer que no hay grados de dificultad en los milagros. 5No habrá aprendido que toda mente que Dios haya creado es igualmente digna de ser sanada porque El la creó ínte¬gra. 6Se te pide simplemente que le devuelvas a Dios tu mente tal como Él la creó. 7Dios te pide únicamente lo que Él te dio, sabiendo que mediante esa entrega sanarás. 8La cordura no es otra cosa que plenitud, y la cordura de tus hermanos es también la tuya. 3. ¿Por qué prestarle atención a las continuas y dementes exigen¬cias que crees que se te hacen, cuando puedes saber que la Voz que habla por Dios se encuentra en ti? 2Dios te encomendó Su Espíritu, y te pide que tú le encomiendes el tuyo. 3Su Voluntad dispone que éste permanezca en perfecta paz porque tú eres de una misma mente y de un mismo espíritu con El. 4El último recurso desesperado del ego en defensa de su propia existencia es excluirte de la Expiación. 5Ello refleja a la vez la necesidad del ego de mantenerse separado, y el hecho de que tú estás dispuesto a ponerte de parte de la separación por la que él aboga. 6El hecho de que estés dispuesto a ello significa que no quieres sanar. 4. Pero ha llegado el momento. 2No se te ha pedido que elabores el plan de la salvación porque, como ya te dije anteriormente, el remedio no pudo haber sido obra tuya. 3Dios Mismo te dio la Corrección perfecta para todo lo que has inventado que no esté de acuerdo con Su santa Voluntad. 4Te estoy haciendo perfecta¬mente explícito Su plan, y te diré también cuál es tu papel en él y cuán urgente es que lo lleves a cabo. 5Dios se lamenta ante el "sacrificio" de Sus Hijos que creen que Él se olvidó de ellos. 5. Siempre que no te sientes completamente dichoso es porque has reaccionado sin amor ante una de las creaciones de Dios. 2Al percibir eso como un pecado te pones a la defensiva porque pre¬vés un ataque. 3Tú eres el que toma la decisión de reaccionar de ¬esa manera, y, por lo tanto, la puedes revocar. 4No puedes revo-carla arrepintiéndote en el sentido usual de la palabra porque eso implicaría culpabilidad. 5Si sucumbes al sentimiento de culpabi¬lidad, reforzarás el error en vez de permitir que sea des-hecho. 6. Tomar esta decisión no puede ser algo difícil. 2Esto es obvio, si te percatas de que si no te sientes completamente dichoso es por¬que tú mismo así lo has decidido. 3Por lo tanto, el primer paso en el proceso de des-hacimiento es reconocer que decidiste equivo¬cadamente a sabiendas, pero que con igual empeño puedes deci¬dir de otra manera. 4Sé muy firme contigo mismo con respecto a esto, y mantente plenamente consciente de que el proceso de des-¬hacimiento, que no procede de ti, se encuentra no obstante en ti porque Dios lo puso ahí. 5Tu papel consiste simplemente en hacer que tu pensamiento retorne al punto en que se cometió el error, y en entregárselo allí a la Expiación en paz. 6Repite para tus aden¬tros lo que sigue a continuación tan sinceramente como puedas, recordando que el Espíritu Santo responderá de lleno a tu más leve invitación: 7Debo haber decidido equivocadamente porque no estoy en paz. 8Yo mismo tomé esa decisión, por lo tanto, puedo tomar otra. 9Quiero tomar otra decisión porque deseo estar en paz. 10No me siento culpable porque el Espíritu Santo, si se lo permito anulará todas las consecuencias de mi decisión equivocada. 11Elijo permitírselo, al dejar que Él decida en favor de Dios por mí. Capítulo 6 LAS LECCIONES DEL AMOR Introducción 1. La relación que existe entre la ira y el ataque es obvia, pero la relación que existe entre la ira y el miedo no es siempre tan evi¬dente. 2La ira siempre entraña la proyección de la separación, lo cual tenemos que aceptar, en última instancia, como nuestra pro¬pia responsabilidad, en vez de culpar a otros por ello. 3No te puedes enfadar a no ser que creas que has sido atacado, que está justificado contraatacar y que no eres responsable de ello en absoluto. 4Dadas estas tres premisas completamente irracionales, se tiene que llegar a la conclusión, igualmente irracional, de que un hermano merece ataque en vez de amor. 5¿Qué se puede espe¬rar de premisas dementes; sino conclusiones dementes? 6La manera de desvanecer una conclusión demente es analizando la cordura de las premisas sobre las que descansa. 7Tú no puedes ser atacado, el ataque no tiene justificación y tú eres responsable de lo que crees. 2. Se te ha pedido que me tomes como modelo para tu aprendi¬zaje, ya que un ejemplo extremo es un recurso de aprendizaje sumamente útil. 2Todo el mundo enseña, y enseña continuamente. 3Asumes inevitablemente esta responsabilidad en el momento en que aceptas cualquier premisa, y nadie puede organizar su vida sin un sistema de creencias. 4Una vez que has desarrollado un sistema de pensamiento, sea cual fuere su clase, riges tu vida de acuerdo con él y lo enseñas. 5Tu capacidad para ser fiel a un sistema de pensamiento podrá estar mal situada, pero aun así es una forma de fe y se puede canalizar en otra dirección. I. El mensaje de la crucifixión 1. Para los efectos del aprendizaje, examinemos de nuevo la cruci¬fixión. 2No hice hincapié en ella anteriormente debido a las temi¬bles connotaciones que quizá tengas asociadas con ella. 3Lo único que se ha subrayado hasta ahora es que no fue una forma de castigo. 4No obstante, no se puede explicar nada utilizando exclu¬sivamente términos negativos. 5Existe una interpretación cons¬tructiva de la crucifixión que está totalmente desprovista de miedo y que, por lo tanto, si se entiende debidamente, es total¬mente benévola en cuanto a lo que enseña. 2. La crucifixión no es más que un ejemplo extremo. 2Su valor, al igual que el valor de cualquier otro recurso de enseñanza, reside únicamente en la clase de aprendizaje que facilitar 3Se puede entender -y se ha entendido- incorrectamente. 4Ello se debe úni¬camente al hecho de que los temerosos tienden a percibir con miedo. 5Ya te dije que siempre puedes recurrir a mí para compar¬tir mi decisión, y de ese modo hacerla más firme. 6Te dije también que la crucifixión fue la última jornada inútil que la Filiación tuvo que emprender, y que para todo aquel que la entienda representa la manera de liberarse del miedo. 7Aunque antes sólo hice hinca¬pié en la resurrección, no aclaré entonces el propósito de la cruci¬fixión y la manera en que ésta, de hecho, condujo a la resurrec¬ción. 8Ese propósito, no obstante, tiene una aportación muy concreta que hacer. a tu propia vida, y si lo examinas sin miedo, te ayudará a comprender tu propio papel como maestro. 3. Es probable que hayas estado reaccionando durante muchos años como si te estuviesen crucificando. 2Ésta es una marcada tendencia de los que creen estar separados, que siempre se nie¬gan a examinar lo que se han hecho a sí mismos. 3La proyección implica ira, la ira alienta la agresión y la agresión fomenta el miedo. 4El verdadero significado de la crucifixión radica en la aparente intensidad de la agresión cometida por algunos de los Hijos de Dios contra otro. 5Esto, por supuesto, es imposible, y se tiene que entender cabalmente que es imposible. 6De lo contrario, yo no puedo servir de modelo para el aprendizaje. 4. En última instancia, sólo el cuerpo puede ser agredido. 2No cabe duda de que un cuerpo puede agredir a otro, y puede incluso destruirlo. 3Sin embargo, si la destrucción en sí es imposi¬ble, cualquier cosa que pueda ser destruida no es real. 4Su des¬trucción, por lo tanto, no justifica tu ira. 5En la medida en que creas que la justifica, estarás aceptando premisas falsas y enseñán¬doselas a otros. 6El mensaje de la crucifixión fue precisamente enseñar que no es necesario percibir ninguna forma de ataque en la persecución, pues no puedes ser perseguido. 7Si reaccionas con ira, tienes que estar equiparándote con lo destructible, y, por lo tanto, viéndote a ti mismo de forma demente. 5. He dejado perfectamente claro que soy como tú y que tú eres como yo, pero nuestra igualdad fundamental sólo puede demos¬trarse mediante una decisión conjunta. 2Eres libre, si así lo eliges, de percibirte a ti mismo como si te estuvieran persiguiendo. 3Mas cuando eliges reaccionar de esa manera, deberías recordar que yo fui perseguido de acuerdo con el pensar del mundo, y que no compartí esa interpretación. 4Y puesto que no la compartí, no la reforcé. 5Ofrecí, consecuentemente, una interpretación diferente del ataque, que deseo compartir contigo. 6Si la crees, me ayuda¬rás a enseñarla. 6. Como ya dije anteriormente: "Lo que enseñes es lo que apren¬derás". 2Si reaccionas como si te estuvieran persiguiendo, estarás enseñando persecución. 3No es ésta la lección que el Hijo de Dios debe enseñar si es que ha de alcanzar su propia salvación. 4Enseña más bien tu perfecta inmunidad, que es la verdad acerca de ti, y date cuenta de que no puede ser atacada. 5No trates de protegerla, pues, de lo contrario, creerás que es susceptible de ser atacada. 6No se te pide ser crucificado, lo cual fue parte de lo que yo aporté como maestro. 7Se te pide únicamente que sigas mi ejemplo cuando te asalten tentaciones mucho menos extremas de percibir falsamente, y que no las aceptes como falsas justificacio¬nes para desatar tu ira. 8No puede haber justificación para lo injustificable. 9No creas que la hay, ni enseñes que la hay. 10Recuerda siempre que enseñas lo que crees. 11Cree lo mismo que yo, y llegaremos a ser maestros de igual calibre. 7. Tu resurrección es tu redespertar. 2Yo soy el modelo del renaci¬miento, pero el renacimiento en sí no es más que el despuntar en la mente de lo que ya se encuentra en ella. 3Dios Mismo lo puso allí, y, por lo tanto, es cierto para siempre. 4Yo creí en ello, y, por consiguiente, lo acepté como la verdad. 5Ayúdame a enseñárselo a nuestros hermanos en nombre del Reino de Dios, pero cree pri¬mero que es verdad, pues, de lo contrario, enseñarás mal. 6Mis hermanos se quedaron dormidos durante la supuesta "agonía del huerto", pero yo no pude haberme indignado con ellos porque sabía que no podía ser abandonado. 8. Lamento cuando mis hermanos no comparten mi decisión de oír solamente una Voz, pues eso los debilita como maestros y como alumnos. 2Con todo, sé que no pueden realmente traicio¬narse a sí mismos ni traicionarme a mí, y que sobre ellos es donde todavía tengo que edificar mi iglesia. 3No hay ninguna otra alter-nativa al respecto porque únicamente tú puedes ser la roca de la iglesia de Dios. 4Állí donde hay un altar hay una iglesia, y la pre¬sencia del altar es lo que hace que la iglesia sea santa. 5La iglesia que no inspira amor, tiene un altar oculto que no está sirviendo al propósito para el que Dios lo destinó. 6Tengo que edificar Su igle-sia sobre ti porque quienes me aceptan como modelo son literal¬mente mis discípulos. 7Los discípulos son seguidores, y si el modelo que siguen ha elegido evitarles dolor en relación con todo, serían ciertamente insensatos si no lo siguiesen. 9. Elegí, por tu bien y por el mío, demostrar que el ataque más atroz, a juicio del ego, es irrelevante. 2Tal como el mundo juzga estas cosas, mas no como Dios sabe que son, fui traicionado, aban¬donado, golpeado, atormentado y, finalmente, asesinado. 3Está claro que ello se debió únicamente a las proyecciones de otros sobre mí, ya que yo no le había hecho daño a nadie y había curado a muchos. 10. Seguimos gozando de perfecta igualdad como alumnos, aun¬que no es necesario que tengamos las mismas experiencias. 2El Espíritu Santo se regocija cuando puedes aprender de las mías y valerte de ellas para volver a despertar. 3Ése es su único propó¬sito y ésa es la única manera en que yo puedo ser percibido como el camino, la verdad y la vida. 4Oír una sola voz nunca implica sacrificio. 4Por el contrario, si eres capaz de oír al Espíritu Santo en otros, puedes aprender de sus experiencias y beneficiarte de ellas sin tener que experimentarlas directamente tú mismo. 6Eso se debe a que el Espíritu Santo es uno, y todo aquel que le escucha es conducido inevitablemente a demostrar Su camino para todos. 11. Nadie te está persiguiendo, del mismo modo en que nadie me persiguió a mí. 2No se te pide que repitas mis experiencias, pues el Espíritu Santo, a Quien compartimos, hace que eso sea innecesa¬rio. 3Para valerte de mis experiencias de manera constructiva, no obstante, tienes aún que seguir mi ejemplo con respecto a cómo percibirlas. 4Mis hermanos, que son también tus hermanos, están constantemente justificando lo injustificable. 5La única lección que tengo que enseñar, puesto que la aprendí, es que ninguna percep¬ción que esté en desacuerdo con el juicio del Espíritu Santo está jamás justificada. 6Mi función consistió en mostrar que esto es ver¬dad en un caso extremo, simplemente para que pudiese servir como un instrumento de enseñanza ejemplar para aquellos que, en situaciones no tan extremas, sienten la tentación de abandonarse a la ira y al ataque. 7Mi voluntad, junto con la de Dios, es que ninguno de Sus Hijos sufra. 12. La crucifixión no puede ser compartida porque es el símbolo de la proyección, pero la resurrección es el símbolo del compar¬tir, ya que para que la Filiación pueda conocer su plenitud, es necesario que cada uno de los Hijos de Dios experimente un re¬despertar. 2Sólo esto es conocimiento. 13. El mensaje de la crucifixión es inequívoco: 2Enseña solamente amor, pues eso es lo que eres. 14. Si interpretas la crucifixión de cualquier otra forma, la estarás usando como un arma de ataque en vez de como la llamada a la paz para la que se concibió. 2Con frecuencia, los Apóstoles la interpretaron erróneamente, por la misma razón que otros lo hacen. 3Su propio amor imperfecto les hizo ser vulnerables a la proyección, y, como resultado de su propio miedo, hablaron de la "ira de Dios" .como el arma de represalia de Éste. 4No pudieron hablar de la crucifixión enteramente sin ira porque sus propios sentimientos de culpabilidad habían hecho que se sintiesen indig¬nados. 15. Éstos son algunos de los ejemplos de pensamiento tergiver¬sado del Nuevo Testamento, si bien su evangelio es, en realidad, únicamente el mensaje del amor. 2Si los Apóstoles no se hubieran sentido culpables, nunca me habrían podido atribuir expresiones tales como: "No he venido a sembrar paz, sino espadas". 3Esto está en clara oposición a todas mis enseñanzas. 4De haberme entendido realmente, no podrían haber descrito tampoco mi reacción a Judas como lo hicieron. 5Yo no pude haber dicho: "¿Traicionas al Hijo del Hombre con un beso?" a no ser que hubiese creído en la traición. 6El mensaje de la crucifixión fue precisamente que yo no creía en la traición. 7El "castigo" que se dijo infligí a Judas fue un error similar. 8Judas era mi hermano y un Hijo de Dios, tan miembro de la Filiación como yo. 9¿Cómo iba a condenarlo cuando estaba listo para probar que condenar es imposible? 16. Cuando leas las enseñanzas de los Apóstoles, recuerda que les dije que había muchas cosas que ellos no entenderían hasta más tarde porque en aquel entonces aún no estaban completamente listos para seguirme. 2No quiero que dejes que se infiltre ningún vestigio de miedo en el sistema de pensamiento hacia el que te estoy guiando. 3No ando en busca de mártires sino de maestros. 4Nadie es castigado por sus pecados, y los Hijos de Dios no son pecadores. 5Cualquier concepto de castigo significa que estás proyectando la responsabilidad de la culpa sobre otro, y ello refuerza la idea de que está justificado culpar. 6El resultado es una lección acerca de cómo culpar, pues todo comportamiento enseña las creencias que lo motivan. 7La crucifixión fue el resul¬tado de dos sistemas de pensamiento claramente opuestos entre sí: el símbolo perfecto del "conflicto" entre el ego y el Hijo de Dios. 8Este conflicto parece ser igualmente real ahora, y lo que enseña tiene que aprenderse ahora tal como se tuvo que aprender entonces. 17. Yo no necesito gratitud, pero tú necesitas desarrollar tu mer¬mada capacidad de estar agradecido, o no podrás apreciar a Dios. 2Él no necesita que lo aprecies, pero tú sí. 3No se puede amar lo que no se aprecia, pues el miedo hace que sea imposible apreciar nada. 4Cuando tienes miedo de lo que eres no lo apre¬cias, y, por lo tanto, lo rechazas. 5Como resultado de ello, enseñas rechazo. 18. El poder de los Hijos de Dios está presente todo el tiempo porque fueron creados para ser creadores. 2La influencia que ejercen unos sobre otros es ilimitada, y tiene que usarse para su salvación conjunta. 3Cada uno de ellos tiene que aprender a ense¬ñar que ninguna forma de rechazo tiene sentido. 4La separación es la noción del rechazo. 5Mientras sigas enseñando esto lo segui¬rás creyendo. 6No es así como Dios piensa, y tú tienes que pensar como Él si es que has de volver a conocerlo. 19. Recuerda que el Espíritu Santo es el vínculo de comunicación entre Dios el Padre y Sus Hijos separados. 2 Si escuchases Su Voz sabrías que tú no puedes herir ni ser herido, y que son muchos los que necesitan tu bendición para poder oír esto por sí mismos. 3Cuando sólo percibas esa necesidad en ellos, y no respondas a ninguna otra, habrás aprendido de mí y estarás tan deseoso de compartir lo que has aprendido como lo estoy yo. II. La alternativa a la proyección 1. Cualquier división en la mente conlleva por fuerza el rechazo de una parte de ella misma, y eso es lo que es la creencia en la separación. 2La plenitud de Dios, que constituye Su paz, no puede ser apreciada salvo por una mente íntegra que reconozca la plenitud de la creación de Dios. 3Mediante ese reconocimiento, dicha mente conoce a su Creador. 4Exclusión y separación son sinónimos, al igual que separación y disociación. 5Dijimos ante¬riormente que la separación fue y sigue siendo un acto de diso¬ciación, y que una vez que tiene lugar, la proyección se convierte en su defensa principal, o, en otras palabras, el mecanismo que la mantiene vigente. 6La razón de ello, no obstante, puede que no sea tan obvia como piensas. 2. Repudias lo que proyectas, por lo tanto, no crees que forma parte de ti. 2Te excluyes a ti mismo al juzgar que eres diferente de aquel sobre el que proyectas. 3Puesto que también has juzgado contra lo que proyectas, continúas atacándolo porque continúas manteniéndolo separado dé ti. 4Al hacer esto de manera incons¬ciente, tratas de mantener fuera de tu conciencia el hecho de que te has atacado a ti mismo, y así te imaginas que te has puesto a salvo. 3. La proyección, sin embargo, siempre te hará daño. 2La proyec¬ción refuerza tu creencia de que tu propia mente está dividida, creencia ésta cuyo único propósito es mantener vigente la separa¬ción. 3La proyección no es más que un mecanismo del ego para hacerte sentir diferente de tus hermanos y separado de ellos. 4El ego justifica esto basándose en el hecho de que ello te hace pare¬cer "mejor" que tus hermanos, y de esta manera empaña tu igual¬dad con ellos todavía más. 5La proyección y el ataque están inevitablemente relacionados, ya que la proyección es siempre un medio para justificar el ataque. 6Sin proyección no puede haber ira. 7 El ego utiliza la proyección con el solo propósito de destruir la percepción que tienes de ti mismo y de tus hermanos. 8El proceso comienza excluyendo algo que existe en ti, pero que repudias, y conduce directamente a que te excluyas a ti mismo de tus hermanos. 4. Hemos aprendido, no obstante, que hay una alternativa a la proyección. 2Todas las capacidades del ego se pueden emplear para un propósito mejor, ya que sus capacidades las dirige la mente, que dispone de una Voz mejor. 3El Espíritu Santo extiende y el ego proyecta. 4Del mismo modo en que los objetivos de ambos son opuestos, así también lo son sus resultados. 5. El Espíritu Santo comienza percibiendo tu perfección. 2Como sabe que esa perfección es algo que todos comparten, la reconoce en otros, y así la refuerza tanto en ti como en ellos. 3En vez de ira, esto suscita amor tanto en ellos como en ti porque establece el estado de inclusión. 4Puesto que percibe igualdad, el Espíritu Santo percibe en todos las mismas necesidades. 5Esto invita auto¬máticamente a la Expiación porque la Expiación es la necesidad universal de este mundo. 6Percibirte a ti mismo de esta manera es la única forma de hallar felicidad en el mundo. 7Eso se debe a que es el reconocimiento de que tú no estás en este mundo, pues el mundo es un lugar infeliz. 6. ¿De qué otra forma puedes encontrar dicha en un lugar desdichado, excepto dándote cuenta de que no estás en él? 2Tú no pue¬des estar donde Dios no te ubicó, y Dios te creó como parte de Él. 3Eso es al mismo tiempo donde estás y lo que eres. 4Esto es alga completamente inalterable. 5Es inclusión total. 6No puedes cam¬biarlo ahora ni nunca.. 7Es verdad para siempre. 8No es una creencia, sino un Hecho. 9Todo lo que Dios creó es tan verdadero como Él. 10La verdad de ello radica solamente en su perfecta inclusión en Aquel que es el único que es perfecto. 11Negar esto es negarte a ti mismo y negarlo a Él, puesto que es imposible aceptar a uno sin el otro. 7. La perfecta igualdad que el Espíritu Santo percibe es el reflejo de la perfecta igualdad-del conocimiento de Dios. 2La percepción del ego no tiene equivalente en Dios, pero el Espíritu Santo sigue siendo el puente entre la percepción y el conocimiento. 3Al per¬mitirte usar la percepción de forma que refleje el conocimiento, éste finalmente podrá ser recordado. 4El ego preferiría creer que es imposible que ese recuerdo alboree en tu mente, sin embargo, es tu percepción lo que el Espíritu Santo guía. 5Tu percepción acabará allí donde comenzó. 6Todo converge en Dios porque todo fue creado por Él y en Él. 8. Dios creó a Sus Hijos extendiendo Su Pensamiento y conser¬vando las extensiones de Su Pensamiento en Su Mente. 2Todos Sus Pensamientos están, por lo tanto, perfectamente unidos den¬tro de sí mismos y entre sí. 3El Espíritu Santo te capacita para poder percibir esta plenitud ahora. 4Dios te creó para que creases. 5No puedes extender Su Reino hasta que no conozcas la plenitud de éste. 9. Los pensamientos se originan en la mente del pensador, y desde ahí se extienden hacia afuera. 2Esto es tan cierto del Pensa¬miento de Dios como del tuyo. 3Puesto que tu mente está divi¬dida, puedes percibir y también pensar. 4No obstante, la percepción no puede eludir las leyes básicas de la mente. 5Percibes desde tu mente y proyectas tus percepciones al exterior. 6Aunque la percepción es irreal, el Espíritu Santo puede usarla provechosamente por el .hecho de que tú la concebiste. 7Él puede inspirar¬ cualquier percepción y canalizarla hacia Dios. 8Esta convergencia parece encontrarse en un futuro lejano sólo porque tu mente no está en perfecta armonía con esta idea y, consecuentemente, no la desea ahora. 10. El Espíritu Santo hace uso del tiempo, pero no cree en, él. 2Puesto que Él procede de Dios, usa todo para el bien, pero no cree en lo que no es verdad. 3Puesto que se encuentra en tu mente, ésta sólo puede creer lo que es verdad. 4El Espíritu Santo puede hablar únicamente en favor de eso porque habla en favor de Dios. 5Te insta a que le devuelvas toda tu mente a Dios, ya que en realidad tu mente nunca se separó de Él. 6Si nunca se separó de Él, sólo tienes que percibirla tal como es para que retorne a Él. 7Tener plena conciencia de la Expiación es, por lo tanto, recono¬cer que la separación nunca tuvo lugar. 8El ego no puede prevalecer contra esto porque ello es una afirmación explícita de que él nunca existió. 11. El ego puede aceptar la idea de que es necesario retornar por¬que puede, con gran facilidad, hacer que ello parezca difícil. 2Sin embargo, el Espíritu Santo te dice que incluso el retorno es inne¬cesario porque lo que nunca ocurrió no puede ser difícil. 3Mas tú puedes hacer que la idea de retornar sea a la vez necesaria y difí¬cil. 4Con todo, está muy claro que los que son perfectos no tienen necesidad de nada, y tú no puedes experimentar la perfección como algo difícil de alcanzar, puesto que eso es lo que eres. 5Así es como tienes que percibir las creaciones de Dios, de modo que todas tus percepciones estén en línea con la única manera de ver del Espíritu Santo. 6Esta línea es la línea directa de comunicación con Dios, y le permite a tu mente converger con la Suya. 7Nada está en conflicto en esta percepción, ya que significa que toda percepción está guiada por el Espíritu Santo, cuya Mente está fija en Dios. 8Sólo el Espíritu Santo puede resolver conflictos porque sólo el Espíritu Santo está libre de conflictos. 9Él percibe única¬mente lo que es verdad en tu mente, y lo extiende sólo a lo que es verdad en otras mentes. 12. La diferencia entre la proyección del ego y la extensión del Espíritu Santo es muy simple. 2El ego proyecta para excluir, y, por lo tanto, para engañar. 3El Espíritu Santo extiende al reconocerse a Sí Mismo en cada mente, y de esta manera las percibe a todas como una sola. 4Nada esta en conflicto en esta percepción porque lo que el Espíritu Santo percibe es todo igual. 5Dondequiera que mira se ve a Sí Mismo y, puesto que está unido, siempre ofrece el Reino en su totalidad. 6Éste es el único mensaje que Dios le dio, en favor del cual tiene que hablar porque eso es lo que Él es. 7La paz de Dios reside en ese mensaje, y, por consiguiente, la paz de Dios reside en ti. 8La gran paz del Reino refulge en tu mente para siem¬pre, pero tiene que irradiar desde ti hacia afuera para que tomes conciencia de ella. 13. El Espíritu Santo te fue dado con perfecta imparcialidad, y a menos que lo reconozcas imparcialmente no podrás reconocerlo en absoluto. 2El ego es legión, pero el Espíritu Santo es uno. 3No hay tinieblas en ninguna parte del Reino, y tu papel sólo consiste en impedir que las tinieblas moren en tu mente. 4Ésta armonía con la luz es ilimitada porque está en armonía con la luz del mundo. 5Cada uno de nosotros es la luz del mundo, y al unir nuestras mentes en esa luz proclamamos el Reino de Dios juntos y cual uno solo. III. La renuncia al ataque 1. Como ya hemos puesto de relieve, toda idea tiene su origen en la mente del que la piensa. 2Lo que se extiende desde la mente,. por lo tanto, se encuentra todavía en ella, y la mente se conoce a sí misma por lo que extiende. 3La palabra "conoce" está usada correctamente aquí porque el Espíritu Santo, mediante Su per-cepción imparcial, guarda todavía el conocimiento a salvo en tu mente. 4Dado que Él nunca ataca, no obstaculiza la comunicación de Dios. 5Por lo tanto, el estado de ser nunca se ve amenazado. 6Tu mente, que es semejante a la de Dios, jamás puede ser profa¬nada. 7El ego nunca fue parte de ella, ni lo será jamás, pero a través del ego puedes oír, enseñar y aprender lo que no es cierto. 8Te has enseñado a ti mismo a creer que no eres lo que eres. 9No puedes enseñar lo que no has aprendido, y lo que enseñas lo refuerzas en ti al compartirlo. 10Cada lección que enseñas es una lección que tú mismo estás aprendiendo. 2. Por eso es por lo que debes enseñar solamente una lección. 2Si has de verte libre de conflictos, tienes que aprender únicamente del Espíritu Santo y enseñar únicamente con Él. 3Tú eres única¬mente amor, mas cuando lo niegas haces de lo que eres algo que tienes que aprender a recordar. 4Dije anteriormente que el men¬saje de la crucifixión fue: "Enseña solamente amor, pues eso es lo que eres". 5Ésta es la única lección que está perfectamente unifi¬cada porque es la única lección que es una sola. 6La única manera de aprenderla es enseñándola: 7" Lo que enseñes es lo que apren¬derás." 8Si esto es verdad, como en efecto lo es, no olvides que lo que enseñas te enseña a ti. 9Y no puedes sino creer en lo que proyectas o extiendes. 3. La única seguridad radica en extender el Espíritu Santo porque a medida que ves Su mansedumbre en otros, tu propia mente se percibe a sí misma como totalmente inofensiva. 2Una vez que puede aceptar esto completamente, no ve necesidad alguna de protegerse. 3La protección de Dios alborea entonces sobre ella, asegurándole que está perfectamente a salvo para siempre. 4Los que están perfectamente a salvo son completamente benévolos. 5Bendicen porque saben que son benditos. 6Desprovista de ansie¬dad, la mente es totalmente benévola, y puesto que extiende cari¬dad, es también caritativa. 7La seguridad no es otra cosa que la completa renuncia al ataque. 8Ninguna transigencia al respecto es posible. 9Si enseñas ataque en cualquier forma que sea, lo habrás aprendido, y ello no podrá sino causarte dolor. 10Con todo, ese aprendizaje no es permanente, y puedes desaprenderlo dejándolo de enseñar. 4. Puesto que no puedes dejar de enseñar, tu salvación radica en enseñar exactamente lo opuesto a lo que el ego cree. 2Así es como aprenderás la verdad que te hará libre y que te mantendrá libre a medida que otros la aprendan de ti. 3La única manera de tener paz es enseñando paz. 4Al enseñarla, no puedes sino aprenderla, pues no puedes enseñar aquello de lo que todavía te disocias. 5Sólo así podrás recobrar el conocimiento que desechaste. 6Para poder compartir una idea tienes primero que disponer de ella. ?Dicha idea despierta en tu mente mediante la convicción que nace de enseñarla. 8Aprendes todo lo que enseñas. 9Enseña sola¬mente amor, y. aprende que el amor es tuyo y que tú eres amor. IV. La única Respuesta 1. Recuerda que el Espíritu Santo es la Respuesta, no la pregunta. 2El ego siempre habla primero. 3Es caprichoso y no le desea el bien a su hacedor. 4Cree, y con razón, que su hacedor puede dejar de brindarle apoyo en cualquier momento. 5Si te desease el bien se alegraría de ello, tal como el Espíritu Santo se alegrará cuando te haya conducido de vuelta a tu hogar y ya no tengas necesidad de que Él te guíe. 6El ego no se considera a sí mismo parte de ti. 7En eso radica su error fundamental, la base de todo su sistema de pensamiento. 2. Cuando Dios te creó te hizo parte de Él. 2Por eso es por lo que el ataque no tiene cabida dentro del Reino. 3Hiciste al ego sin amor, y, por consiguiente, él no te ama. 4No puedes permanecer dentro del Reino sin amor, y puesto que el Reino es amor, crees estar privado de él. 5Esto le permite al ego considerarse a sí mismo algo separado y externo a su hacedor, y de ahí que hable en representación de la parte de tu mente que cree que tú estás separado y que eres algo externo a la mente de Dios.. 6El ego planteó entonces la primera pregunta que jamás se hizo, pre¬gunta que él jamás podrá contestar. 7La pregunta: "¿Qué eres?" representó el comienzo de la duda. 8Desde entonces el ego jamás ha contestado ninguna pregunta, aunque ha hecho muchas. 9Las actividades más ingeniosas del ego no han hecho más que enma¬rañar la pregunta, pues dispones de la respuesta y el ego te tiene miedo. 3. No podrás entender el conflicto hasta que entiendas plena¬mente el hecho fundamental de que el ego no sabe nada. 2El Espí¬ritu Santo no es el que habla primero, pero siempre contesta. 3Todo el mundo en uno u otro momento ha acudido a Él para de una u otra forma obtener ayuda, y Él ha contestado. 4Puesto que el Espíritu Santo responde de verdad, responde para siempre, lo cual quiere decir que todo el mundo dispone de la respuesta ahora mismo. 4. El ego no puede oír al Espíritu Santo, pero cree que parte de la mente que lo hizo está en su contra. 2Interpreta esto como una justificación para atacar a su hacedor. 3Cree que la mejor defensa es el ataque, y quiere que tú creas eso también. 4A no ser que lo creyeses no te podrías poner de su parte, y el ego tiene gran nece¬sidad de aliados, aunque no de hermanos. 5Al percibir en tu mente algo ajeno a sí mismo, el ego hace del cuerpo su aliado porque el cuerpo no forma parte de ti.. 6Esto hace del cuerpo el amigo del ego. 7Ésta es una alianza claramente basada en la sepa¬ración. 8Si te pones de parte de esta alianza no podrás sino sentir miedo porque te estarás poniendo de parte de una alianza basada en el miedo. 5. El ego se vale del cuerpo para conspirar contra tu mente, y puesto que el ego se da cuenta de que su "enemigo" puede acabar con él y con el cuerpo reconociendo simplemente que no for¬man parte de él, él y el cuerpo se unen para llevar a cabo un ataque conjunto. 2Tal vez sea ésta la más extraña de todas las percepciones, si te detienes a considerar lo que ello realmente implica. 3El ego, que no es real, trata de persuadir a la mente, que sí es real, de que ella es su recurso de aprendizaje, y, lo que es más, de que el cuerpo es más real que ella. 4 Nadie que esté en su mente recta podría creer semejante cosa, y nadie que está en su mente recta lo cree. 6. Escucha,. pues, la única respuesta del Espíritu Santo a todas las preguntas que el ego plantea: eres una criatura de Dios, una parte de Su Reino de inestimable valor que Él creó como parte de Sí Mismo. 2Eso es lo único que existe y lo único que es real. 3Has elegido un sueño en el que has tenido pesadillas, pero el sueño no es real y Dios te exhorta a despertar. 4Cuando le oigas no quedará ni rastro de tu sueño porque despertarás. 5Tus sueños contienen muchos de los símbolos del ego y éstos te han confundido. 6Eso se debe, no obstante, a que estabas dormido y no te dabas cuenta de ello. 7Cuando despiertes, verás la verdad a tu alrededor y dentro de ti, y ya no creerás en los sueños porque éstos dejarán de ser reales para ti. 8El Reino, en cambio, y todo lo que allí has creado, será sumamente real para ti porque es hermoso y verdadero. 7. En el Reino no hay ninguna duda acerca de lo que eres y de donde te encuentras. 2La duda no tiene cabida allí porque la pri¬mera pregunta jamás se planteó. 3Al haber sido por fin completa¬mente contestada, nunca existió. 4Sólo el Ser vive en el Reino, donde todo mora en Dios con absoluta certeza. 5El tiempo dedi¬cado a hacer preguntas en el sueño, ha dado paso a la creación y a su eternidad. 6Tú gozas de tanta certeza como Dios, pues eres tan real como Él, pero lo que antes gozaba de absoluta certeza en tu mente ha pasado a ser ahora únicamente la capacidad para gozar de ella. 8. Él origen de las capacidades representó el principio de la incer¬tidumbre porque las capacidades son logros en potencia, pero todavía no son logros. 2Tus capacidades son inútiles en presencia de los logros de Dios y de los tuyos propios. 3 Los logros son resul¬tados que ya se han alcanzado. 4Cuando son perfectos, las capacidades dejan de tener sentido. 5Es curioso que lo que es perfecto tenga ahora que ser perfeccionado. 6De hecho, eso es imposible. 7Mas recuerda que cuando te pones a ti mismo en una situación imposible crees que lo imposible es posible. 9. Debes desarrollar tus capacidades antes de poder usarlas. 2Esto no es cierto con respecto a nada que Dios creó, pero es la solución más benévola para lo que tú has fabricado. 3En una situación imposible puedes desarrollar tus capacidades hasta el punto en que ellas mismas te pueden liberar de tal situación. 4Dispones de un Guía que te muestra cómo desarrollarlas, pero no tienes otro jefe que tú mismo. 5Esto te pone a cargo del Reino, con un Guía para encontrarlo y los medios para conservarlo. 6Tienes un mo¬delo a seguir que reforzará tu mando y nunca lo menoscabará en modo alguno. 7Por consiguiente, ocupas todavía el lugar central en tu imaginada esclavitud, lo cual de por sí demuestra que no eres un esclavo. 10. Te encuentras en una situación imposible únicamente porque crees que es posible estar en una situación así. 2Te encontrarás en una situación imposible si Dios te mostrase tu perfección, y a la vez te probase que estabas equivocado. 3Esto demostraría que los que son perfectos son incapaces de cobrar conciencia de su pro¬pia perfección, y reforzaría la creencia de que aquellos que lo tienen todo necesitan ayuda y son, por lo tanto, desvalidos. 4Éste es el tipo de "razonamiento" en que el ego se embarca. 5Dios, que sabe que Sus creaciones. son perfectas; no las humilla. 6 Eso sería tan imposible como la noción del ego según la cual él ha humi¬llado a Dios. 11. Por eso es por lo que el Espíritu Santo jamás da órdenes. 2Dar órdenes implica desigualdad, y el Espíritu Santo demuestra que la desigualdad no existe. 3Ser fiel a una premisa que se ha aceptado es una ley de la mente, y todo lo que Dios creó es fiel a Sus leyes. 4Es posible también ser fiel a otras leyes, pero no porque las leyes sean ciertas, sino porque tú las promulgaste. 5¿De qué te serviría que Dios te probase que has pensado de forma demente? 6¿Podría Dios perder Su propia certeza? 7He dicho frecuentemente que eres lo que enseñas. 8¿Querrías que Dios te enseñase que has pecado? 9Si Él confrontase al ser que fabricaste con la verdad que Él creó para ti, ¿cómo no ibas a tener miedo? 10En ese caso dudarías de tu mente recta, que es el único lugar donde puedes encontrar la cor¬dura que Él te dio. 12. Dios no enseña, 2pues enseñar implica una insuficiencia que Dios sabe que no existe. 3Dios no está en conflicto. 4El propósito de enseñar es producir cambios, pero Dios sólo creó lo inmuta¬ble. 5La separación no fue una pérdida de la perfección, sino una interrupción de la comunicación. 6La voz del ego surgió entonces como una forma de comunicación estridente y áspera. 7Esto no podía alterar la paz de Dios, pero sí podía alterar la tuya. 8Dios no la acalló porque erradicarla habría sido atacarla. 9Habiendo sido cuestionado, Él no cuestionó. 10Él simplemente dio la Respuesta. 11Su Respuesta es tu Maestro. V. Las lecciones del Espíritu Santo 1. Como cualquier buen maestro, el Espíritu Santo sabe más de lo que tú sabes ahora, y sólo te enseña para que llegues a ser igual que Él. 2Tú te enseñaste mal a ti mismo al creer lo que no era cierto. 3No creíste en tu propia perfección. 4¿Iba acaso Dios a ense¬ñarte que habías fabricado una mente dividida, cuando Él sabe que tu mente es íntegra? 5Lo que Dios sí sabe es que Sus canales de comunicación no están abiertos a Él, lo cual le impide impartir¬les Su gozo y, así, saber que Sus Hijos son completamente dicho¬sos. 6El dar de Su gozo es un proceso continuo, no en el tiempo sino en la eternidad. 7La extensión de Dios, aunque no Su comple¬ción, se obstruye cuando la Filiación no se comunica con Él cual una sola. 8Así que Dios pensó: "Mis Hijos duermen y hay que despertarlos". 2. ¿Qué podría despertar más dulcemente a un niño que una tierna voz que no lo asusta sino que simplemente le recuerda que la noche ya pasó y que la luz ha llegado? 2No se le dice que las pesadillas que lo estaban aterrorizando tanto no eran reales, pues los niños creen en la magia. 3Simplemente se le asegura que ahora está a salvo. 4Más tarde se le enseña a distinguir la diferencia entre estar dormido y estar despierto, para que entienda que no tiene que tener miedo de los sueños. 5Y así, cuando vuelva a tener pesa¬dillas, él mismo invocará la luz para desvanecerlas. 3. Un buen maestro enseña mediante un enfoque positivo, no mediante uno negativo. 2No hace hincapié en lo que tienes que evitar para escapar de lo que te puede hacer daño, sino en lo que tienes que aprender para ser feliz. 3Piensa en el miedo y en la confusión que un niño experimentaría si le dijeran: "No hagas eso porque es muy peligroso y te puede hacer daño, pero si haces esto otro, no te harás daño, estarás a salvo y no tendrás miedo". 4Defi¬nitivamente es mucho mejor usar tan solo tres palabras: "¡Haz sólo esto!" 5Esta simple afirmación es perfectamente inequívoca y muy fácil de entender y de recordar. 4. El Espíritu Santo nunca hace una relación detallada de los erro¬res porque Su intención no es asustar a los niños, y los que carecen de sabiduría son niños. Siempre responde, no obstante, a su lla¬mada, y el hecho de que ellos puedan contar con Él los hace sen¬tirse más seguros. 3Los niños ciertamente confunden las fantasías con la realidad, y se asustan porque no pueden distinguir la dife¬rencia que hay entre ellas. 4El Espíritu Santo no hace distinción alguna entre diferentes clases de sueños. 5Simplemente los hace desaparecer con Su luz. 6Su luz es siempre la llamada a despertar, no importa lo que hayas estado soñando 7No hay nada duradero en los sueños, y el Espíritu Santo, que refulge con la Luz de Dios Mismo, sólo habla en nombre de lo que perdura eternamente. A. Para poder tener, da todo a todos 1. Cuando tu cuerpo, tu ego y tus sueños hayan desaparecido, sabrás que eres eterno. 2Tal vez pienses que ésto se logra con la muerte, pero con la muerte no se logra nada porque la muerte no es nada. 3Todo se logra con la vida, y la vida forma parte del ámbito de la mente y se encuentra en la mente. 4El cuerpo ni vive ni muere porque no puede contenerte a ti que eres vida. 5Si com¬partimos la misma mente, tú puedes superar la muerte puesto que yo la superé. 6La muerte es un intento de resolver conflictos no tomando ninguna decisión. 7Al igual que todas las demás solucio¬nes imposibles que el ego propugna, ésta tampoco resultará. 2. Dios no creó el cuerpo porque el cuerpo es destructible, y, por consiguiente, no forma parte del Reino. 2El cuerpo es el símbolo de lo que crees ser. 3Es a todas luces un mecanismo de separación y, por lo tanto, no existe. 4El Espíritu Santo, como siempre, se vale de lo que tú has hecho y lo transforma en un recurso de aprendi¬zaje. 5Una vez más, y como siempre, reinterpreta lo que el ego utiliza como un razonamiento en favor de la separación, y lo con¬vierte en una demostración contra ésta. 6Si la mente puede curar al cuerpo, pero el cuerpo no puede curar a la mente, entonces la mente tiene que ser más fuerte que el cuerpo. 7Todo milagro es una demostración de esto. 3. He dicho que el Espíritu Santo es la motivación de los mila¬gros. 2El Espíritu Santo te dice siempre que sólo la mente es real porque es lo único que se puede compartir. 3El cuerpo es algo separado, y, por lo tanto, no puede ser parte de ti. 4Ser de una sola mente tiene sentido, pero ser de un solo cuerpo no tiene ningún sentido. 5De acuerdo con las leyes de la mente, pues, el cuerpo no tiene ningún sentido. 4. Para el Espíritu Santo no hay grados de dificultad en los mila¬gros. 2A estas alturas, esto debería resultarte ya bastante familiar, aunque no es algo que todavía estés dispuesto a creer, 3Por lo tanto, ni lo entiendes ni puedes hacer uso de ello. 4Es mucho lo que todavía nos queda por hacer en favor del Reino como para pasar por alto este concepto tan crucial. 5Es realmente una de las piedras angulares del sistema de pensamiento que enseño y que quiero que tú enseñes. 6No puedes obrar milagros sin creer en él, ya que es una creencia en la perfecta igualdad. 7El único regalo idéntico que se les puede ofrecer a los Hijos idénticos de Dios, es apreciarlos completamente. 8Ni más ni menos. 9Sin una gama variable, la idea de grados de dificultad carece de sentido, y no debe haber gama alguna en lo que le ofreces a tu hermano. 5. El Espíritu Santo, que nos conduce a Dios, transforma la comu¬nicación en el estado de ser, de la misma manera en que en última instancia, transforma la percepción en conocimiento. 2No pierdes lo que comunicas. 3El ego se vale del cuerpo para atacar, para obtener placer y para vanagloriarse. 4La locura de esta percepción la convierte en algo verdaderamente temible. 5El Espíritu Santo ve el cuerpo solamente como un medio de comunicación, y puesto que comunicar es compartir, comunicar se vuelve un acto de comunión. 6Tal vez creas que el miedo -al igual que el amor¬- se puede comunicar y que, por lo tanto, se puede compartir. 7Sin embargo, esto no es tan real como pueda parecer a primera vista. 8Los que comunican miedo están fomentando el ataque, y el ata¬que siempre interrumpe la comunicación, haciendo que ésta sea imposible. 9Es verdad que los egos se unen en alianzas tempora¬les, pero siempre para ver qué es lo que cada uno puede obtener para sí mismo. 10El Espíritu Santo comunica únicamente lo que cada uno puede darle a todos. 11Nunca te quita nada que te haya dado, pues Su deseo es que te quedes con ello. 12Sus enseñanzas, por lo tanto, comienzan con esta lección: